martes, 23 de agosto de 2011

POBREZA Y RIQUEZA

El tener cosas no es malo, es malo estar pegado a ellas. Siempre nos ha predicado: “Qué difícil le va a ser a los ricos entrar en el Reino de los
Cielos…” Pero quienes son los ricos y quienes son los pobres?. Cual es el
único, definitivo y verdadero significado y sentido de la riqueza y de la
pobreza?. La riqueza no consiste tanto en tener, como en el estar desprendido de las cosas. Hay muchos ricos, pobres y muchos pobres
ricos.

Alguno es rico con solo su vacía “cucharita de oro” y con su “conejito o gazapito”. Está totalmente lleno, ocupado y satisfecho. No hay lugar ni sitio para Dios. Nos predican también: “loprimero amar a Dios, con todo el corazón y con todo el ser…”

No toda pobreza es santa ni toda riqueza mala. No todos los ricos se condernarán ni todos los pobres se salvarán.

El hombre con su trabajo o por herencia o por azar puede llegar a
poseer dinero, bienes y fortuna. Esto no es malo ni condenable,
pero se debe luchar para no apegarse desordenadamente. El corazón
del hombre debe estar libre para Dios. Donde está tu tesoro, allí
está tu corazón. Este desprendimiento cristiano no es desprecio
por los bienes terrenos, sino lucha por cumplir el mandato:
buscad primero el reino de Dios y su justicia y todo lo demás se
os dará por añadidura…”

En cualquier momento como una mala noche y como un ladrón en la noche — hay que estar dispuestos a dejarlo todo. Todo lo conseguido con tanto trabajo, sudor, sacrificio y esfuerzo. Nada en este mundo tiene un valor permanente y todo pasa con el tiempo.

El corazón del hombre es como una “cama estrecha y una manta
pequeña” que no cubre a dos, resulta ya estrecho para Dios solo, si además
le damos entrada a otras cosas, arrojamos a Dios.

No bajan con el rico al sepulcro todas sus riquezas. ¡Que necedad tan
grande es amontonar allí donde se ha de dejar y no enviar allí a donde
se ha de ir!

Dios se resiste a los llenos y satisfechos, lo mismo si están cubiertos
de seda que de harapos y concede su gracia a los humildes. De nada
nos servirá vivir sin un céntimo si acariciamos el deseo de poseerlo.
Se puede ser avaro sin tener dinero.

Todos los que aman las riquezas, aún cuando no puedan conseguirlas
deben contarse en el número de los ricos.

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