martes, 8 de febrero de 2011

EL PROFETA ZACARÍAS

Zacarías, hijo de Baraquías es contemporáneo del profeta Ageo, que profetizaron sobre el 520 a. de Cristo en el reinado de Darío.
   El tema central de sus vaticinios es: promover y alentar a los repatriados judíos sobre la obra, construcción y restauración del templo mezclando sus profecías con las promesas y esperanzas mesiánicas. Sus referencias al Mesías o Deseado de las Naciones son tan claras y terminantes que parece un profeta-evangelista.
   Habla de la conversión final de los judíos y del anti-Cristo.
   El libro de Zacarías consta de catorce capítulos. Los siete primeros capítulos por su estilo, vocabulario y temática son diferentes de los otros siete restantes, de tal manera que los escrituristas hablan de dos libros en uno y los distinguen en la primera parte como “Libro o primero de Zacarías” y a la otra parte “Segundo de Zacarías”.
   Zacarías es sacerdote y le preocupa el momento histórico y la situación de su pueblo después del destierro, le alienta y anima en los trabajos de la restauración del templo. Pero no basta la construcción del templo ni un culto vacío, es necesaria la conversión y avivar la fe y la esperanza tratando de buscar la identificación del pueblo de Dios. Es preciso la reconstrucción del pueblo, recordarle las promesas mesiánicas –centradas ahora en la figura de Zorobabel-.
   Por medio de figuras, visiones y oráculos les intenta descubrir el nuevo mundo del futuro y la restauración de la gloriosa Jerusalén ante todas las naciones con la presencia del Mesías.
   En la segunda parte o Segundo Zacarías expone la situación de la comunidad en el periodo post-exílico y anuncia claramente al Mesías como rey, como pastor y como el siervo del Señor en la figura del “Doliente, Traspasado o Crucificado”.
   Predice una intervención, irrupción o aparición –nacimiento- definitiva y solemne de Dios y la salvación y gloria de la futura Jerusalén por medio de otra Alianza renovada y la instauración definitiva del reino de Dios.
   Como Ageo también recuerda y habla de un “Resto, un grupo o un tercio del pueblo” que se mantendrá fiel en la Nueva Alianzala Iglesia- y el Señor pone en boca de Zacarías estas palabras: “A este tercio lo haré pasar por el fuego, lo purificaré como se purifica la plata y lo acrisolaré como se acrisola el oro. Él invocará mi nombre y yo lo escucharé. Yo diré: “Es mi pueblo” y el pueblo dirá: “El Señor es mi Dios”.
                                                              Manuel Latorre De Lafuente
                                                                

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.