viernes, 27 de mayo de 2011

PASSIO PERPETUAE ET FELICITATIS

Dentro del genero de relatos de martirios se conservan la modélica y ejemplar “pasión de Perpetua y Felicidad” dos mujeres jóvenes que en torno al año 202 murieron como mártires en el día –natali Caesaris- o del cumpleaños del emperador.
Gran impresión, sacudida y devoción por todas partes ha producido el valeroso martirio de la joven Vibia Perpetua de 22 años de edad de una familia noble en la ciudad norteafricana de Thuburbo y de su esclava Felicidad, también catecúmena que estaba encinta cuando la arrestaron y dio a luz un poco antes de morir en la arena del circo.
El autor de la “Pasio” da colorido y vibración a la narración porque enlaza, juega y une el relato del martirio con los datos biográficos confesados con las propias palabras o en primera persona de Perpetua y de Saturo.
Su “Martirio o testimonio” evidencian para la edificación de  todos los hombres -creyentes o no creyentes de antes y de ahora- el poder y la fuerza de la gracia de Dios.
El relato resulta singular y modelico por la cantidad y diversidad de elementos que emplea el autor, circunstancias familiares y visiones apocalípticas.
El interrogatorio del proceso judicial tiene lugar en el foro y en el anfiteatro, expone el triple intento del padre de la joven Perpetua para convencerla que cambie de opinión y haga “apostasía de su fe cristiana”, mientras ella confiesa la grandeza y las maravillas de su condición de cristiana y al final, ante tanta fortaleza y firmeza en la fe, la cobarde y vil sentencia de muerte – damnatio ad bestias – la condena a las bestias y a los leones.
El autor enfatiza las escenas con algunas extraordinarias y apocalípticas visiones vividas por los acusados mientras están encarcelados esperando el proceso judicial y la condena.
Perpetua ve una escalera del cielo a cuyo pie se encuentra un dragón que espanta a todos para que no suban, Saturo sin miedo utiliza la cabeza del dragón como primer peldaño, le sigue Perpetua, llegan a un jardín – paraíso- que le da dulce leche y miel.
En otra visión Perpetua ve a su hermano Dinocrates que había muerto de jovencito sufriendo muchos y horribles tormentos y reza por el y ve que es salvado y redimido.
Finalmente, el día anterior al martirio se ve luchando a puñetazos valientemente contra el demonio en el anfiteatro, como señal de su martirio victorioso.

Manuel Latorre de Lafuente

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