miércoles, 24 de agosto de 2011

PRELUDIO DE MATRIMONIO

Las cosas grandes no se hacen en un día. El matrimonio es una de esas cosas grandes, es un “sacramentum magnum” es un sacramento grande.

Antes de llegar al matrimonio definitivo y estable existen unas etapas naturales y previas como preludio. En la adolescencia y juventud se van dando pasos para ir conociendo y descubriendo al otro sexo. Es malo lanzarse y malo el retirarse.

En estas etapas de evolución natural y normal de conocimiento es necesario el trato entre los jóvenes, el encuentro, la convivencia, los
grupos o pandillas que pueden estar fundamentadas en lo cultural, lo
benéfico o deportivo u otras afinidades.

Los grupos o pandillas entre chicos y chicas invevitablemente darán
a conocer los variopintos y pintorescos aspectos de la forma de ser de
cada uno. Las grandezas y las virtudes como también las pequeñeces
y miserias de cada cual. Dice la sicología que “ya en el juego y la mesa
se le puede conocer bien a una persona”.

Como fruto y resultado del conocimiento en grupos y pandillas irán
emparejándose para salir juntos, salir juntos no es todavía el noviazgo
pero es un preludio.

El noviazgo como preludio y preámbulo del matrimonio ya no
puede ser un mal juego ni una diversión ni un pasatiempo sino algo
muy serio, es una etapa muy formativa como ocasión para ejercitar

la nobleza, la sinceridad, la lealtad, la generosidad, la caballerosidad,
la discreción, la fortaleza, la fidelidad, la moralidad. Es el momento de
conocerse mutuamente para luego dar un paso para toda la vida. Hay
que prepararse para un amor duradero. Al no llevar bien el noviazgo no
puede marchar bien luego el matrimonio.

El amar para un rato tan solo —diversión, flirteo, aprovechamiento—
es egoismo y no amor. Flirteo es jugar al amor. Es la negación del amor,
es caricatura del amor, es mutilación del amor. El amor es lo más íntimo
y más delicado del ser humano.

El noviazgo es una escuela preparatoria para el matrimonio. El
ligue es un juego peligroso, ligero, superficial y frívolo que incapacita
para amar.

Hoy está en crisis el matrimonio porque está en crisis el noviazgo.
Fracasan los matrimonios porque el noviazgo estuvo cargado de
placer, egoismo y calamidad y sin virtud y sin amor no puede haber
matrimonio feliz.

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