martes, 17 de diciembre de 2019

DECANOMIA - 153 . : EXAMEN FINAL

                                      Sonatine   de Clementi                                

EXAMEN FINAL

Todos los hombres que hemos tenido la suerte de nacer y pasar
por este planeta tierra durante algún tiempo tenemos la obligación de
rendir necesariamente un exámen y juicio final.

Alguno se extrañará de estos tonos escatológicos y temas de las
últimas cartas del autor, no hay morbo de ningún tipo ni fisiológico ni
síquico gracias a Dios. La única explicación es el latir y sincronizar un poco con los tiempos litúrgicos que nos recuerdan al finalizar cada año
y con motivo del tiempo fuerte del Adviento estas verdades eternas.

El mundo resulta ser como un campo de sementera donde hay
recolección, espigas y frutos.

Las buenas obras como el trigo hay que almacenarlas en el Cielo
y las malas obras como la cizaña y mala hierba hay que quemarlas.
Este juicio final es necesario y conveniente.
La vida temporal de cada hombre en la tierra es como un prólogo, un
preludio, un iceberg a la que le queda todavía mucho por ver e infinitas
páginas. Dios es paciente y no tiene prisa ya tendrá tiempo de separar
el trigo de la cizaña. Aquí y ahora no castiga a los malos ni premia a los
buenos. No quiere hacer exámenes parciales lo deja todo para el exámen
final.

El mínimo honor de Jesucristo —hijo de Dios— exige el juicio final,
pues el mundo verá que no era una blasfemia el afirmar que era —hijo
de Dios— para ser juzgado, azotado, coronado de espinas y clavado
en una cruz.

Es necesario un juicio pleno y exhaustivo ya que aún después de
muertos los hombres pueden hacer mucho bien o mucho mal: los
santos, los libros, las sectas, las doctrinas.

Exige juicio la virtud mal tratada y despreciada, el vicio siempre
aplaudido e impune en esta vida merece su castigo.

Quiere juicio la verdad y la justicia. Este mundo camina y vive en la
hipocresía, en el teatro, en la ficción, en la mentira y en la injusticia.
El dia del juicio es el día de la verdad y de la justicia. Hay estatuas
inmemoriales que no merecen estar más tiempo en los pedestales y
heroismos enterrados en el olvido, en la ignorancia y en el desprecio.

La condición social del hombre exige el aplauso al premio y el
castigo de la reprobación de una manera solemne, pública y social.

La última gran escena —el juicio final— del gigantesco drama
humano tiene que corresponder a la magnitud de la obra
representada.


DECANOMIA - 152 . : NUEVA VIDA




                        O  quam felix  gaudium   de  Mondo




NUEVA VIDA

Todos los hombres tienen la posibilidad —si quieren— de vivir una
nueva vida paralela —mal dicho paralela— a la vida natural, terrena y somática que es la vida sobre-natural, divina y eterna.

Así como a la vida física la anima la sangre, las venas, las arterias, los leucocitos y eritrocitos, los huesos, la piel, etc. a la vida sobre-natural la sostiene la fe, la gracia, los Sacramentos, los mandamientos y jamás perjudica o destruye la vida humana sino que la potencia, la capacita y la ayuda porque es superior, es sobre-humana, es sobre-natural, es mas que la vida natural.

San Pablo habla de esta nueva vida calificándola de “neofitismo” es decir, es una nueva planta, un nuevo brote, una nueva existencia, un nuevo ser, un nuevo retoño, otro nacimiento por el Bautismo.

La vida natural y somática tiene un desgaste y un final inevitable: la muerte. La vida sobre-natural crece y se desarrolla y es vida para siempre,
es eterna.

Cristo es el dueño de la vida del hombre y nos descubre “la grandeza
y el sentido de la vida”. El hombre es la única creatura de la tierra que
Dios ha amado por si misma y la ha destinado a la felicidad eterna. La
verdad y el bien son los únicos objetivos que aquietan el entendimiento
y la voluntad del hombre.

La nueva vida empuja al hombre a vivir de acuerdo con su “grandeza,
vocación y destino” que es conseguir dentro de la “libertad” la meta y el
logro de la verdad y del bien.

Esta nueva vida nunca será fácil de vivir porque la naturaleza está
herida y por lo tanto sujeta al error e inclinada hacia el mal. Nuestra
libertad herida hay que curarla, cuidarla y educarla, porque Dios nos
quiere llenos de verdad y de bien, nos quiere santos pero también felices.
La felicidad en la tierra siempre es agridulce.

Cristo que es el Señor de la historia y del cosmos es para el hombre
el camino, la verdad y la vida “nueva”. Ya lo decía la leyenda de aquella
biblioteca: Si conoces a Cristo lo sabes todo; si ignoras a Cristo, no
sabes nada…”

También la madre Teresa de Calcuta nos ha legado que “Cristo es el
Amor que ama, es el camino para ser andado, la luz para ser encendida,
la vida para ser vivida, el amor digno de ser amado”.

DECANOMIA - 151 . : SENTIDO DE LA EXISTEN CIA



                           Se  fué -  bolero -  de  E. Lecuano




SENTIDO DE LA EXISTENCIA

Todo hombre en estado de sensatez y desde su poquedad sabe que a Dios no se le puede corregir la plana ni el programa. Dios siempre sabe y no nos queda más, en nuestra condición de criaturas, que mirar y preguntar al Otro, al Creador.

Dios vió la “creación buena” y fuente de alegría para todas las criaturas y en sumo grado lo es para el hombre.Dios Creador puede decir a toda la creación: “Es bueno que tú existas”. La bondad de la creación —la Buena Noticia, el Evangelio— es más grande que todo lo
que en el mundo hay de mal. El mal no es fundamental ni definitivo.

Todas las ofertas, filosofías, doctrinas e ideologías son utopías y
torres de Babel que se van cayendo y quedando por el camino. El
mundo empieza a estar cansado de tantas y falsas ideologías y ofertas
que si no provienen de Dios al final hacen daño al hombre y nos llevan
a la degradación y a la cultura de la muerte.

Por eso se barrunta y atisba que empieza a brillar la verdad —Veritatis
Splendor— que está rasgando las tinieblas de la existencia humana.

El hombre moderno tristemente piensa, vive y trabaja como si Dios
no existiese. Este es el único y verdadero mal —causa y raiz de todos
los otros males—. El hombre —criatura— no puede ser auténtico sino
acepta a Dios como Creador; el hombre no es grande sino en la medida
que su vida sea una respuesta al amor de Dios y se pone al servicio
de sus hermanos.


El destino y el proyecto del hombre no solo está ligado a Dios en su
origen, procedencia divina —imagen y semejanza— sino también es su
vida injertada en Cristo y con participación con Cristo por medio del
Bautismo en la real vida de conocimiento, de amor y de alegría. Cuando
un hombre sale de las fuentes del Bautismo oye decir a Dios: “Tu eres
mi hijo yo te he engendrado hoy”. El proyecto de Dios sobre todos los
hombres también persiste en su fín y en su destino que es la vida eterna
en el Amor.

La vida viene de Dios y la salvación también viene de lo alto, así
nos lo recuerdan las altas de torre de los campanarios de las Iglesias y
Catedrales y también los sonidos y las alarmas de las campanas.

Dios no tiene dos proyectos sobre el hombre, uno natural y otro
sobrenatural, sino uno solo que es la total participación en la vida de
Cristo, la elevación del hombre y la filiación divina.

La civilización moderna pretende vivir sin Dios como si Dios no
existiera, minimizando y rebajando al hombre. Pero si Dios no existe
¿puede existir el hombre verdaderamente?

DECANOMIA - 150 .: SIGLOS DE INCREDULIDAD



                                  Rex  Regum - himno -




SIGLOS DE LA INCREDULIDAD

Después del concilio de Trento además de los buenos frutos empiezan
a surgir nuevos brotes de esceptecismo, gnosticismo, filosofismo y liberalismo como réplica a renovación y reforma en la fe católica.

En Francia aparecen los libertinos que defendían a ultranza el libertinaje e independencia total en materia de religión y revindicaban el derecho a la incredulidad. Sus corifeos, el filósofo
epicúreo Gassendi, discípulo de Moliere, Bernier y Bayle autor del
Diccionario histótico crítico” donde recogía todas las objecciones
contra la religión y contra la Iglesia. Estos libre-pensadores buscaban
todas las armas en la ciencia, en el dogma, y en la historia para
atacar a la Iglesia.

Todos estos y otros se aunaron para publicar la “Enciclopedia” en el
año 1751. Montesquieu, Voltaire, Rousseau, Concillac, Diderot éste
dirigió la obra y se declaró abiertamente ateo y sostenía que Dios no
existe. D’Alembert autor del prólogo en donde se burla de la edad
media cristiana.

El objetivo de esta obra era sustituir el culto tradicional cristiano por
el culto y la devoción a la diosa razón y al materialismo.

Voltaire ridiculiza al clero y los creyentes, atacaba todos los dogmas,
la Biblia y los evangelios.

La lista sigue con Juan Jacobo Rousseau otro acérrimo demoledor
de todas las bellezas, instituciones y doctrinas cristianas.

En Alemania también proliferaron los librepensadores como  Lessing que coloca a las tres religiones israelita, cristiana y musulmana en el mismo terreno como tres anillos iguales pero de distinto metal.

El baúl o compendio de todos los errores y falsas doctrinas y
ataques a la Iglesia lo realizó un librero Nicolai en su “Biblioteca general
alemana”.

En Inglaterra todas las fuerzas malignas y anticatólicas —deistas,
naturalistas, materialistas y librepensadores— se agruparon en torno
a la masonería del francés “maçón” que es albañil.

Masonería —albañiles franceses— que se fueron extendiendo por
todas las naciones.

En ciertas ocasiones, todas las fuerzas de la incredulidad, van más
lejos y así Alemania, Suiza, Francia y otros estados protestantes declaran
la guerra contra la iglesia católica —Kulturkampf— pero como siempre
saldrá victoriosa de estos zarpazos anticatólicos y anticristianos para
poder cumplir su misión.

DECANOMIA -149 . : DIOS Y CULTURA





                                               Jesu  mitis

                                              


DIOS Y CULTURA

La historia y la cultura de los diversos paises, regiones, naciones y
continentes a través de los siglos son como una respuesta variopinta policromada para intentar dar sentido a la existencia humana y personal.
Cultura también es la actitud que el hombre asume ante el “eterno
misterio de Dios”.

Cuando la cultura se nubla y se aleja del “misterio de Dios” también
se eclipsa el sentido de Dios y el sentido del hombre lo que sucede
en nuestro mundo contemporáneo. Al perder el sentido de Dios, se
pierde necesariamente el verdadero sentido del hombre, de su dignidad
y de su vida.

Como consecuencia de este eclipse aparecen hoy falsas soluciones
poco duraderas, doctrinas y filosofías con el materialismo, el hedonismo,
el relativismo que al final dañan al hombre. Se manifiesta aquí la
perenne validez de lo que escribió el Apóstol: “Como no tuvieron a bien
guardar el verdadero conocimiento de Dios, Dios los entregó a su mente
insensata para que hicieran lo que no conviene. (Rom. 1,28)”.

Para esta filosofía lo único que cuenta es el bienestar material —la
calidad de vida que nos empuja y aprieta contra la eficiencia económica,
el consumismo desordenado, la belleza y el goce de la vida física,
olvidando las dimensiones mas profundas —espirituales y religiosas—
de la existencia.

Otras consecuencias de este eclipse son la febril aparición de “utopias
totalitarias que predican con mucho ruido y por poco tiempo la justicia
sin libertad” o las “utopias libertarias” que defienden la libertad sin
verdad.

Estas falsas ofertas y efímeras niegan la existencia de una verdad
objetiva sobre la persona humana y la ética natural y confia el establecer
lo que es verdadero y lo que es justo a la simple opinión de la mayoría.
Estas utopías e ideologías, agnósticas y relativistas minan en su fundamento
cualquier estado de derecho, por eso el Papa sale al encuentro ante
estas doctrinas con sus dos encíclicas: “Veritatis splendor y Evangelium
vitae” donde defiende toda la justicia dentro de la libertad y la libertad
dentro de la verdad.

Un pretendido mundo y cultura sin Dios es inconcebible e ilusorio.
Los denodados esfuerzos del relativismo y del secularismo negando la
transcendencia del hombre nos conducen y propinan “la cultura de
la muerte y la degradación humana”.

Ya se empiezan a ver las ruinas de tantas torres de Babel que van
cayendo y quedando por el camino enlosando la historia y la cultura.


DECANOMIA - 148 . : EL HOMBRE



                             Rorate   Coeli    - gregoriano -





EL HOMBRE

¿Qué es el hombre?

Hay muchas teorías y definiciones sobre el hombre –variopintas y pintorescas. Las ha habido siempre y las habrá.

Recordemos a algunos filósofos y pensadores, como resumen, capitulación y prototipo, que engloban y significan los más salientes e
importantes en la historia.

Para Kierkegard el hombre es formalmente angustia, una existencia entre el ser y la nada. Para Heidegger el hombre es un “sein zum
Tode” … un ser para la muerte, un ser que viene de la nada y camina irremisiblemente hacia la nada, origen y meta de la existencia humana.
Para Sartre el hombre es una pasión inútil. Para Albert Camus el
hombre es un continuo absurdo, algo irracional y carente de sentido.

Todas estas teorías y ensayos de visión miope, asfixiante, angustiosa,
periférica e inmanente de los existencialistas contrasta con la
diagnosis que Cristo hace sobre el hombre —imagen e hijo de Dios— que
debe servir a Dios ene este mundo y luego ser feliz para toda la eternidad,
resultando así la concepción cristiana sobre el hombre, más rica,
alegre, abierta, esperanzada, transcendente y sustancial.

Todos los planteamientos e interrogantes filosóficos sobre el hombre
y el mundo encuentran respuestas infructuosas, obscuras y rebajadas y
poco dignas cuando se quiere enfocar al hombre fuera del marco divino
y desplumado de lo transcendente.

Realidad y grandeza del hombre cuyo asombro narra la Biblia:
¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él.? Has hecho al ser humano
un poco inferior a los ángeles… Sólo Dios, por ser creador y dueño del
hombre, tiene una concepción clara, exacta, sabia, válida y definitiva
sobre el ser humano y por lo tanto no discutible ni opinable. ¡Quizás
sea el relojero el que mejor puede definir y hablar del reloj…!

El misterio del hombre en cualquier época histórica no termina de
resolverse más que por una aceptación sincera a Cristo, Alfa y
Omega, piedra filosofal del hombre y clave del mundo.

DECANOMIA - 147 .: CONQUISTA DEL TESORO




                                   Conmunio  de  Schunman



CONQUISTA DEL TESORO

El que tiene algo importante que hacer o un gran negocio que arreglar anda como preocupado y procura poner en ello todo el corazón y toda la cabeza.

La Gloria, el Cielo es semejante a un “tesoro” “un gran negocio”, no deberíamos perder este punto de mira ningún instante de nuestra vida.

Habrá que hilar fino y luchar todos los días, incluso venderlo todo para conseguir el “tesoro” la margarita preciosa de la Gloria. Realmente
se trata de un gran negocio.

Necesario es el despengue y desasimiento de las cosas de este mundo
¡duro y difícil!. Ahí está el mérito. Si fuera fácil no se hablaría de tesoro,
sino más bien de bagatela.

Necesitamos volar, aunque no podamos levantar mucho vuelo, con nuestras alas manchadas, sucias, pegadizas y con mucho barro, a pesar de que la tierra nos atrae como un imán maldito. Hemos de imponernos y pelear contra esta fascinante
atracción… pensando que en realidad valen poco las cosas de la tierra, duran menos, apenas empiezan y ya se acaban.

Para saborear este efímera realidad convendría visitar con frecuencia
nuestra sepultura y allí mirar, oler y palpar nuestro cadáver podrido
de ocho días.

A cambio de esfuerzo que pongamos ahora, se conseguirá el gran tesoro, el gran premio, el gran amor, sin engaños, sin traiciones, con todo el amor, con toda la belleza, con toda la grandeza, con toda la ciencia.

Cada uno tiene que hacer y resolver el gran negocio: saber perder
cara a la tierra para ganar cara al Cielo. Esta si que es ganancia.

Mientras los hombres dicen y juran para “siempre” en sus cosas
temporales, solo es verdad, con una verdad total, el para “siempre” del
Cielo y de la eternidad.

Es bueno para el hombre, de vez en cuando, meditar, pensar, soñar y
sentir sabores de miel, dulzuras del Cielo, y poner los ojos en la
eternidad ¡que sí es para siempre!

Si esto no fuera así la vida sería una broma cruel.
Por otra parte no hay conquista de tesoro fácil.
Hay una ambición que siempre es poca y nunca es mala: la
ambición y ganas de Cielo.

Si todos corren hacia algo, nosotros — en el gran marathon de la
vida— tenemos que correr más que nadie hacia la meta: vida eterna,
Cielo.

Quizás esta lucha por el tesoro la entiendan pocos, pero también es
verdad que la felicidad del Cielo es solo para los que saben ser felices en
la tierra.