jueves, 28 de julio de 2011

DIOS Y EL HOMBRE

Es difícil descifrar el enigma y el sentido de la vida del hombre sin la clave de Dios.

Dice San Agustín que el hombre es una gran pregunta y solo Dios es su respuesta adecuada y exacta.

El hombre es como una “HOMEOPATÍA”, sistema curativo que aplica a las enfermedades y problemas sustancias iguales o parecidas a las que trata de combatir, es como una cuña de la misma madera.

Nadie ni nada le puede apagar al hombre su sed de vida, de amor, de belleza y de verdad porque solo Dios es todo esto.

Dice la canción religiosa: “Rios de Agua viva corren por mi ser…” Es el pozo y manantial de la Samaritana: “ Nunca tendrá más sed.…”

Muchas veces ante un revés o desgracia el hombre pregunta y quiere saber el por qué, la causa o explicación de la misma y después de mucha osbscuridad al serenarnos un poco encontramos al final con Dios que comienza a responder y descifrar. Ante un fenómeno de la naturaleza, ante el orden agresivo y perfecto de
la naturaleza, ante la marcha de la historia, ante el derecho, si nos preguntamos seriamente y en verdad Dios comienza a responder por medio de la razón. Siempre se pregunta y cuestiona el hombre ¿Qué haré para ser feliz? ¿Dónde está la felicidad? ¿Qué es y dónde está la verdad?

Solo Dios tiene el material, la solución, la respuesta exacta, quieta, exhaustiva, total y definitiva. A veces sin saberlo nos responde por medio de la razón, de un libro, de un consejo, de una gracia, de un amigo, de una luz interior como sucede en las grandes y pequeñas conversiones. Se empieza a ver claro el camino, se siente la mano y el digitus Dei”.

Cuando se pregunta y busca con ansias de saber. Reconociendo que
necesitamos una respuesta, que nos falta algo, con sinceros deseos de obtener solución y respuesta y ganas de aceptarla, Dios siempre responde.

Tanto San Agustín en el siglo IV como Martín Lutero en el
siglo XVI experimentaron un parecido fenómeno de la naturaleza
un rayo le llevó a sendos amigos— y les hizo preguntar
por el enigma de la existencia humana. Ambos preguntaron
seriamente y Dios les contestó. El hombre para resolver sus
problemas y dar sentido a su vida necesita escuchar a un semejante suyo: Dios.


 

DIOS HABLA

Siempre es difícil escuchar, pero escuchar a Dios es más difícil todavía.

Vivimos inmersos entre unaserie de ruidos por dentro yporfuera,
pero para escuchar se necesita silencio. Vivimos con mucha velocidad
y vértigo.

Dios es también “Verbum” es decir Palabra. Dios habla, solo Dios habla. Pero Dios como el esposo lleva al alma —la esposa— a la soledad, al tálamo, al silencio y le habla al corazón.

Dios es el que más habla y no solamente cuando truena, habla porla naturaleza, por su altavoz —el hombre—. Dios habla por medio de su palabra escrita —la Biblia— Dios habla por la oración. Dios habla multifariam multis modis… siempre y de muchas maneras. Al final y en definitiva habla por medio de su hijo hecho carne —el Verbum— Jesucristo que es único camino, verdad y vida y su palabra son eternas.

Ya no hay que escuchar nada más porque nadie sabe nada,absolutamente todas las palabras, ofertas y soluciones no sirven ni aquietan al hombre. Pasarán los cielos y toda la tierra pero mis palabras no pasarán.

Todos los santos —los expertos en la escucha de la Palabra de Dios— nos cuentan que ellos empiezan a escuchar allá donde las criaturas ya no saben decir más y responden: “Aquí estoy, Señor, habla que tu siervo o tu sierva escucha..." Y Dios comienza a hablar y el hombre va agotando todas sus preguntas y se hace todo oidos, y escucha, y escucha.... y Dios habla y habla, porque solo Dios sabe y la Palabra es eterna.
Este muindo nuestro necesita silencio y serenidad, es tal y tanto el atolondramiento que nos ensordece, aturde y enmudece a la Palabra de Dios.
El silencio es tan necesario como la música.Como nos enseña aquel reloj de los foros romanos que lleva aquella inscripción: " Horas non numero, nisi serenas....No marco, no cuento más que las horas serenas.... porque el reloj sabe que la voz de Dios es dulce y suave.... 

lunes, 25 de julio de 2011

DE UTILITATE CREDENDI

Con este título “De utilitate credendi” escribía una gran obra literaria San Agustín en el año 412 a su amigo maniqueo Honorato.

Intenta exponer y desarrollar un tema capital y transcendental que le
interesa a todos los hombres en cualquier tiempo y lugar. Responde a las preguntas: ¿Por qué creer? ¿Para qué creer? ¿Qué provecho o ventajas,
qué utilidad tiene el creer?

San Agustín en sus nueve años que militó en la secta maniquea
arrastró consigo a tres amigos Alipio, Rominiano y Honorato.

Alipio se convirtió y se bautizó junto con Agustín en el año 387. A Rominiano le dedica otra conocida obra de “Vera religione” en la que intenta arrancarlo de la secta.

Con esta obra “De utilitate credendi” busca ansioso a su amigo
Honorato, forzando y apurando su conversión. Expone la táctica
engañadora y racionalista de los maniqueos y ataca su doctrina y
filosofía. Le habla magistralmente de la necesidad de la urgencia, de la sensatez y de la racionalidad de la fe cristiana. Hasta en la vida humana y en la convivencia social es necesaria la “fe”, la confianza y el fiarse. La fe es un elemento vital, básico y fundamental en el devenir de la vida humana.

Creemos a los maestros, a los historiadores, a los sabios, a los
médicos, a la Banca, al hombre del tiempo ¿Por qué no creer y fiarse de Cristo o de la Iglesia Católica?. Esta es la única fe que nos salva.

Ataca a los libre-pensadores. Contra la exégesis rigurosamente
literalista de los maniqueos aclara y demuestra que la interpretación de la Sagrada Escritura hay que buscarla y pedirla no a los enemigos de Cristo y falsos profetas, sino a los amigos y seguidores de la Iglesia, la única que tiene autoridad y poder sobre las Escrituras. Solo la Iglesia Católica es la verdadera depositaria e intérprete competente para explicar el sentido de las Escrituras.

Frente al absurdo dualismo maniqueo, defiende San Agustín la
unidad física, sicológica y religiosa del hombre. No hay que buscar un Dios, causa y origen del mal sino que el mal tiene su “causa” en la herida voluntad del hombre y que hay un solo remedio y terapia: Cristo.

domingo, 24 de julio de 2011

DE VERA RELIGIONE


Con este título se conoce una de las grandes obras literarias de San Agustín. “De vera religione” es un libro escrito a su amigo mecenas hereje-maniqueo Rominiano sobre el año 380.

Pretende ayudarle Agustín en la obscura y difícil búsqueda de la verdad y de la única y verdadera religión, problema capital e importante en todo tiempo y geografía para todos los hombres que tienen la suerte de habitar y vivir en este planeta tierra.

Tarea y problema fundamental que está ahí siempre y según sea la respuesta así será la trayectoria de la historia y de los hombres.

El hombre necesita y busca una religión y solo hay una que es buena y verdadera.

San Agustín pretende demostrar en esta obra “De Vera religione” que la única y verdadera religión es la cristiana y que esta religión cristiana no se halla mas que en la religión católica. Es verdad que esta pretensión molesta, pero el problema no vamos a resolverlo los humanos —será imposible—. El problema le interesa y lo resuelve Dios, autor, agente, protagonista y causante de la religión.

Evidentemente que ese Dios Omnipotente arregla ya coge todo lo bueno y santo que hay en el corazón de cualquier pigmeo, pagano o católico.
Dios creó a los hombres no para divertirse a costa de ellos como monos o monas de Dios para hacerle cosquillas —dificultades, cargas y problemas— sino para ser personas e incluso “hijos de Dios”.

Cuenta Agustín a su amigo Rominiano: “Escribí en aquel un libro de “vera religione” en el cual demostré con muchos y abundantísimos argumentos que se debe dar culto a la verdadera religión del único Dios verdadero, es decir, a la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dije también que la verdadera religión es la religión cristiana que fué otorgada a los hombres por la inmensa misericordia de Dios y que todo hombre debe estar dispuesto por cierta necesidad a dar culto a Dios”.

Este libro forma parte de un pentateuco o grupo de cinco libros que San Agustín escribió a algunos amigos y colegas que militaban en las falsas sectas maniqueas.

Agustín, antes de su conversión al catolicismo había estado atrapado en las redes de la herejía maniquea.

DESEO DE DIOS


La última y fundamental razón por la que el hombre es grande y exige tanta dignidad y respeto es por el parentesco y comunión que tiene con Dios. Lleva dentro un deseo innato inserto en el corazón
que le tira y le inclina hacia Dios.

Siempre le aflora a lo largo de su vida esa tendencia, reclamo, vocación o llamada por parte de Dios. Dios le atrae al hombre como un imán en medio de los trabajos, alegrías, tristezas, dolor y muerte.
Jamás el hombre se encuentra tranquilo mientras no encuentra el “placet” y respuesta de Dios como dice San Agustín.

Es natural esta atracción y dependencia del hombre hacia a Dios pues lo creó por amor, quiere que ande en el amor y lo destina finalmente para el amor.

Dios lo lleva de la mano como un padre al niño pequeño, rebelde y corre veidile que siempre intenta escapar de la mano y salirse del camino y de la pista del amor.

La historia humana se reduce a esto: contar y narrar los comportamientos y hazañas de los hombres cuando se acercan a Dios
o cuando se alejan de El. Luces y sombras que van haciendo real el innato deseo de Dios que el hombre lleva dentro. Religiones, creencias y comportamientos religiosos en todos los siglos y en el mundo entero que hacen definir al hombre como un “ser religioso”.
Dios —como Padre y Amor— no deja jamás de llamar, buscar e incitar a todo hombre para que viva en el amor y encuentre la
dicha y la felicidad. Pero Dios quiere que el hombre haga todo esto libremente— no forzado ni atado por las narices y —triste y paradogicamente— es el hombre, la única creatura que puede olvidar y rechazar a Dios. Entonces las consecuencias saltan inmediatamente a la vista: el hombre es como las piezas sueltas de un reloj o un hueso fuera de sitio o un elefante suelto en una tienda de cacharros.

DECANOMIA


Esta palabra griega “Decanomía” se usa en jurisprudencia para
referirse a un conjunto o recopilación de “diez normas, leyes o mandatos”.
Procede del griego “deka” que es diez y “nomos” que es ley.

Dios, infinitamente sabio, no dispone más que de “diez leyes o mandamientos” para regir, gobernar y conducir a la humanidad hacia la felicidad terrena y eterna. Son pocas las leyes divinas, pero bastan para controlar a todos los hombres de todas las razas y de todos los
tiempos. “Si quieres entrar en la vida eterna, guarda los mandamientos” nos recuerda el Señor.

Son unos preceptos de la ley natural impuestos por Dios a cada
hombre. Se fundamentan en que Dios es Dueño y Señor de la tierra y por supuesto de los hombres, con más autoridad y poder que ningún otro legislador.

Esta “decanomía” protege nuestros derechos y también los de nuestros prójimos. Son leyes universales válidas para todos los hombres y es necesario cumplirlas todas. No basta decir “yo no robo ni mato”.
Al fallar uno sólo se viene abajo todo el puente y el andamiaje. Al quebrantar uno sólo se hace reo de todos. Son la base de toda moral individual y social; es el programa y política más completa y más perfecta para conseguir la paz de los pueblos, familias y naciones.

Si uno lucha por cumplirlos es mucho más feliz que si no se
cumplen. Las mayores tragedias de la historia ocurren porque no se guardan. El desprecio a estas leyes es una de tantas causas de las  desgracias, hambres, guerras, disgustos, lágrimas y penas en este mundo. Asimismo destruye automáticamente la verdadera y auténtica felicidad, la unidad de la familia, la fidelidad matrimonial, la educación de los hijos, el respeto a la vida, la normalidad sexual, la honradez, la verdad, la religión y la moral.

El hombre que intenta organizar la sociedad y el progreso al margen de la ley divina, al final va contra el mismo hombre.

Los mandamientos no son “prohibiciones caprichosas” como algunos
pretenden y defienden, sino que son normas sabias, razonadas y
cariñosas como las señales de tráfico o los carriles del tren o las ruedas para los automóviles que jamás resultan dañinas y perjudiciales sino más bien útiles y necesarias.

DECANOMIA 3 : CRISIS ACTUAL

                                                                    MVI  -  1015 





Toda crisis es crisis del hombre. Ya finales del siglo XX está surgiendo
un nuevo tipo de hombre. Esta crisis actual es tan profunda porque se
está agotando la concepción del hombre moderno y está apareciendo
el hombre contemporáneo. Dice Ortega y Gasset que la crisis consiste
precisamente en no saber lo que nos pasa.

El hombre es el ser más rico e importante de la creación y está
por lo tanto abierto a la transcendencia. Nos recuerdan los filósofos:
Homo, transcende te ipsun…”. Al hombre no podemos separarlo de la
transcendencia, pues es, algo constitutivo y ontológico. No podemos
desplumarlo y desmarcarlo de lo divino ni impedirlo en sus proclives
relaciones libres y amorosas con Dios.

Es peligroso confundir las crisis con las modas o ensayos u otras
ligeras diatribas o tanteos. Ni lo viejo por ser viejo ni lo nuevo por
ser nuevo constituyen en sí mismos criterios de verdad. En toda
crisis podemos perder de vista los elementos constitutivos, básicos y
fundamentales e inmanentes del hombre: la mismidad y la alteridad,
la libertad y la autoridad, la libertad y la ley. Antes había un orden, es
verdad, pero era ¡demasiado orden! Impuesto y desde arriba y abusando
de los prejuicios y de las ignorancias de la masa social. Ahora hay más
desorden pero puede llevarnos —eso esperamos— al verdadero orden
provisional y efímero. La libertad integral es el signo de nuestro tiempo.
La crisis y empresa por buscar la libertad es difícil y arriesgada, pero
vale la pena todo esfuerzo y riesgo.

En estos momentos de crisis no podemos lamentarnos con
nostalgias facilonas de otros tiempos que no fueron mejores ni peores
sino simplemente distintos. La pretendida libertad que buscamos aún
dentro de la crisis actual debe ayudarnos a ser mejores. Tenemos que
acostumbrarnos a vivir la enhorabuena de la libertad pero con ley. Una
libertad sin ley no es libertad. Libertad no es capricho, ni instinto ni
fuerza bruta. La libertad humana es una libertad limitada. Una libertad
sin ley se destruye a si misma, es utópica, quimérica y vaporosa. Libertad
sin ley es libertinaje y anarquía. Todos juntos arrimando el hombro
podemos hacer que esta nuestra crisis actual desemboque en un orden
más justo.

BONDAD Y MALICIA

DECANOMIA 2 : AZAR Y CASUALIDAD




                                 DECANOMIA  2


                               AZAR  Y CASUALIDAD



Estas dos palabras carecen de sentido profundo. Jamás nadie ha
nacido por casualidad, nadie ha sido consultado para venir al mundo,
nadie elige siglo o tiempo, nadie elige a sus padres ni país ni tierra
para nacer.

Reflexiona el filósofo: “Mi vida se había hecho sin mi, sin mi
intervención, la presencio pero no la causo, algo o alguien distinto de mi
hace mi vida y me la entrega, me la atribuye, me la adscribe a mi; en cierto
sentido, mi vida aunque parezca una antinomia, no es mía, yo la vivo,
pero es hecha por otro, me es regalada, me es atribuída…”

Todo nacimiento es siempre resultado de un proceso muy largo y
minuciosamente desarrollado. Acontecimientos y circunstancias han
ido convergiendo y tejiéndose a lo largo de los siglos hasta el minuto
preciso en el que un ser singular y único —tu y yo— hace su entrada
en el mundo.

La previsión o designio de Dios, su intervención en la naturaleza y
en la vida, en las cosas y en los hombres, en los acontecimientos y las
acciones y en la historia es absoluta y total. “Hasta los cabellos de vuestra
cabeza están todos contados (Mt 10,30)”, es evidente, que si Dios cuida
de cosas tan sin importancia como es el número de los cabellos cuanto
más tendrá en cuenta cosas de mayor importancia. Dios infinitamente
sabio e inteligente todo lo ve, todo lo sabe y nada se le escapa a su
previsión. Dios no quiere el mal, pero el hombre es inteligente y libre
usa mal de su libertad— y Dios lo permite antes que arrebatarle esa
libertad.
Todo ser inteligente obra por un fin. Dios al crear el mundo se
propone una finalidad: su gloria y la gloria nuestra. En el fondo
subsiste la ordenación y unidad del cosmos en medio de una inmensa
variedad de las distintas criaturas.

Si una cosa, un acontecimiento, por pequeño que sea, Dios lo
quiere o lo permite —incluso el mismo hombre— es por algo y
para algo. Un mínimo de sentido común nos hace pensar que no
puede haber existencias, seres, cosas, hombres entregados al azar, sin
rumbo y sin norma.

DECANOMIA 1 : ALFA Y OMEGA


Todo está rodeado de Dios, Alfa y Omega, al principio y al final,
por arriba y por abajo, por dentro y por fuera, lo que pasa es que el hombre es capaz de acostumbrarse a las cosas grandes e incluso a las divinas. Entre el hombre y el animal más cercano a él, hay una distancia abismal e infinita, distancia y diferencia que le imprime lo divino.

El hombre, aunque no quiera, está envuelto y rodeado de una
atmósfera divina y se le nota a poco que se le observe detenidamente: el poder nacer, el poder morir, el poder amar, el poder odiar, el poder rezar, el poder pecar, el poder perdonar, el poder llorar, el poder hacer, el poder inventar, el poder descubrir, el poder esperar, el poder olvidar, el poder gozar, el poder reir, el poder ser perdonado, el poder recordar, el poder ser hijo de Dios, toda esta posibilidad, toda esta realidad y más… está muy lejos de la simple actividad material y animal y está rozando las fronteras de lo divino y lo eleva sobre toda
la creación con un —endiosamiento bueno—.

Pero también el hombre posee un —endiosamiento malo— que
es el orgullo y soberbia cuando quiere ponerse totalmente en lugar de Dios, consiguiendo así una vida achatada, triste y rastrera y cansándose neciamente para que todo gire a su alrededor, que todo empiece y acabe con él.

Debiendo ser los hombres los que alaben y aclamen a su Hacedor-
Dios, paradójicamente lo alaban y proclaman más y mejor los animales y las bestias del campo, los peces del mar y las aves del cielo, así lo atestigua la Sagrada Escritura.

El hombre —engreído y lleno de orgullo— no habla, no canta
la gloria de Dios y las maravillas de la creación, pero encerrado
en sí mismo —como ave de corral— intenta atribuirse a él todo
el aplauso, todo el honor y toda la gloria. Toda la creación y la
naturaleza habla sin remedio de las “magnalia Dei” de las maravillas de Dios, excepto el hombre que se convierte en el único ladrón posible de la gloria de Dios.

Es triste la visión del egoista cuando todo lo somete a su miope
observación: “me apetece, no me apetece”, “me va bién, no me va bién”.
El egoísta tiene una visión deforme de la realidad.

Dios tiene que ser el origen de nuestro ser y el término de nuestros deseos como se pide en una súplica que dice así: “…ut cuncta nostra actio et operatio, a te semper incipat et per te coepta finiatur…” …que toda nuestra acción y operación y trabajo empiece y termine en Ti, Señor…
Esta es la meta y la cumbre de todo quehacer humano y de paso que
hace bién a los demás nos da mucha paz, todo lo demás será chapucería, mediocridad, cuquería y yavalismo (ya vale… ya está bien) al mismo tiempo que produce malestar.

Dice un refrán alemán: “Ende gut, alles gut ” … si tiene buen
final, ya está bien, pero nosotros añadimos, que si tiene además un buen principio es mejor. Empezó Dios, continuamos nosotros y Dios terminará.

viernes, 22 de julio de 2011

ESTER Y MARDOQUEO


En el “Libro de Ester” leemos otra bella historia del pueblo judío en el destierro o diáspora en Persia en tiempos del Rey Asuero o Jerjes I en el siglo IV antes de Cristo.
El pequeño libro lleva el título de su protagonista la joven doncella judía Ester que junto con tío Mardoqueo, el Rey Asuero y su divo ministro Amán completan el núcleo de su contenido.
Como prólogo tiene el relato de un sueño de Mardoqueo recordando el oprobio y la desgracia de la cautividad de su pueblo por parte de Nabucodonosor.
Empieza el libro contando la destitución de la esposa y reina Vasti por asuero y la entronización de la bella y hermosa judía Ester.
Para sustituir a la reina Vasti se convocan elecciones por parte de los eunucos de palacio  reuniendo a todas las mujeres jóvenes, vírgenes y doncellas las más hermosas y bien parecidas que para el “casting” se untaban con toda clase de cosméticos, grasas y aceites y se adornaban con los mejores vestidos, afeites y pulseras.
Mardoqueo y Ester –ocultando su condición judía- merodean en torno al palacio y rezan para que la guapa Ester pueda presentarse a la elección.
Al final logra la prueba –al natural- sin ninguna clase de adornos ni perfumes, al verla los eunucos y el rey quedan prendados y enamorados de tanta belleza y extrema hermosura y coronada como reina.
Revienta la envidia del  ministro Aman y prepara una trama para ahorcar al tío Mardoqueo ya que era un –fac totum- en el palacio de su sobrina Ester.
Conoce la Reina la trama y convoca un convite en palacio y al final cuando estan todos ebrios Ester pide a Asuero que su ministro Aman imponga el manto real a Mardoqueo.
La situación era pírrica e inaguantable porque el sobrebio Amán no aceptaba aquel vasallaje ni acatamiento.
Con astucia prepara la Reina otro banquete en el que pide a Asuero que asista su ministro Amán.
Con astucia y armas de mujer, con oración y fidelidad a su Dios al final cuando están ebrios –así tristemente acababan las celebraciones y fiestas paganas- Ester se presenta al Rey, mandó a la horaca a Amán y todos sus hijos.
Una vez más Dios salva a su pueblo de los decretos redes preparados por el ministro Amán para acabar con los judíos.
Los judíos para recordar y celebrar esta venganza instituyen la fiesta de los “Purim” o “Suertes” porque Dios le ha cambiado la suerte poniéndose de su parte.
Al final del libro se puede leer una oración de la Reina Ester que pone su confianza en el Señor: “Oh Señor mío, Tú eres el único Rey nuestro socórreme en el desamparo pues no tengo otro protector fuera de Ti…”

jueves, 21 de julio de 2011

Alfa Privativa (I)

El Proyecto de Dios

Pensamientos 1


La creación


PRÓLOGO

Introducción

Decanomía o Decálogo es la manifestación o expresión del único y querido
programa serio y válido del Creador, es la voluntad y el plan de Dios para todos
los hombres de todos los tiempos y lugares.
Para que lo oyese todo el planeta quiso Dios promulgarlo en la cima del
monte Sinaí con ruido de truenos, relámpagos y sonido de trompetas.
Decanomía es un vocablo griego derivado de “deka” que es diez y
“nomos” que es ley, noma, mandato, querer, precepto. Decanomía son los diez mandamientos.
Los hombres al llegar y pasar por este planeta ya no tienen otro reto ni otra
alternativa: cumplirlos o no cumplirlos. El único fracaso o desgracia que le va hacer daño de verdad al hombre será el incumplimiento de la Decanomía.
Hoy —primo intuitu— a primera vista, la cosmovisión o fotografía
pancósmica del mundo refleja una andadura humana totalmente contraria y
antagónica a la Decanomía. El Diablo —simia Dei— la mona de Dios se
encarga de hacer rodar al mundo perfectamente en contra de Dios con sus
—mimos y réplicas— aunque hubiera cuarenta mandamientos.
Con este nuevo trabajo “Decanomia” el autor pretende ayudar a alguien
a corregir el rumbo y poner norte hacia la Decanomía. Tal vez el lector al ir
repasando estas páginas se siente interpelado y mientras tiene tiempo —con
la indefectible ayuda de Dios— pueda dar otro volantazo, ponerse en pista y
luchar por ajustar su vida a la Decanomía.
La Decanomía se reduce a una línea de amor “descendente” de Dios y
de amor “ascendente” del hombre, por eso el hombre solo puede ser útil y
feliz dentro de este contexto de amor.

El autor,


jueves, 7 de julio de 2011

ABULIA


ABACTERIANA. ABAPTISTA. ANABAPTISTA. ABASILIO. ABIOGENESIA. ABIOLOGIA. ABISMO. ABLEPSIA. ABOTANICA. ABULIA.

Cuando un vocablo español está compuesto con la partícula negativa “a” llamada Alfa privativa siempre hace significar al término todo lo contrario de lo que significa normalmente. ABACTERIANA es una situación, lugar o zona preservada de todo género de gérmenes y bacterias. Sin gérmenes o bacterias. Vocablo compuesto de alfa privativa y de “bacteria, bactrón”, células
que tiene forma de bastón.

ABAPTISTA quiere decir sin mojar, sin bautizar. Vocablo compuesto de alfa privativa y del verbo griego “baptisein” que es mojar, bautizar, sumergir.
Recordamos las sectas ANABAPTISTAS en la historia que defendían que había bautizar de nuevo o rebautizar a los que procedían de otras religiones o credos. Vocablo compuesto de la partícula “ana” que es de nuevo, de abajo a arriba, totalmente y del verbo “baptisein” que es bautizar, mojar, echar agua.

Ya conocemos el nombre BASILIO que significa “rey”. Pero el término ABASILIO con el alfa privativa quiere decir “sin rey, no partidario de la realeza”. Vocablo compuesto de alfa privativa y del verbo “basilein” que es reinar, mandar, gobernar, dirigir. BASILICA será la Iglesia Real.

La palabra ABIOGENESIA nos suena ya a algo sin vida. Compuesto de
alfa privativa y del verbo griego “ginnomai” que es llegar a ser, nacer, originar.
Equivale a generación espontánea. algo sin proceso generativo.

Lo mismo podríamos decir de la ABILOGIA ciencia que trata de la
vida inorgánica o sin vida. Compuesto de alfa privativa y de “logos” que es estudio, tratado, ciencia.

El vocablo ABISMO quiere decir algo sin fondo, es un precipicio, un peligro. Compuesto de alfa privativa y de “bizós” que es fondo, término. Es una gran profundidad, es un infierno.

En medicina se llama ABLEPSIA a la ceguera o falta de visión. Vocablo compuesto de alfa privativa y del verbo griego “blepo” que es ver, observar, mirar. ABOTANICA significa en las ciencias naturales “sin vegetación y sin plantas”. Compuesto de alfa privativa y de “botané” que es vegetación, planta.


Cuando nos encontramos con la ABULIA o ANOREXIA significa falta de voluntad y de querer. Sin ganas de comer o disminución del apetito.


CLEMENTE DE ALEJANDRÍA


Cuando evocamos estos nombres: Clemente de Alejandría y Orígenes  siempre nos remontamos a eximios e importantes maestros en la antigüedad cristiana con sus grandes escuelas.
Tito Flavio Clemente nació en Atenas sobre los años 140 y 150, cuna y centro de famosas escuelas y maestros. Allí tenía su sede la escuela defilosofía más famosa e importante “La Academia Platónica de Atenas” en ella estudiaron destacados Padres de la Iglesia.
Al final de una vida “itinerante por muchas escuelas y ciudades” fijó su residencia en Alejandría donde tuvo como maestro a Panteno y a quién sustituye en la dirección de la escuela y más tarde le sucedió Oarígenes. Se trata de una escuela filosófica libre –como la de San Justino en Roma- sin encargo del Obispo. Enseñaban a reflexionar sobre la fe sirviéndose de los métodos filosóficos. Clemnente abrazó el cristianismo siendo adulto de mediana edad y no se sabe si llegó a recibir la ordenación sacerdotal. Al estallar la persecución de Sptimio Severo 202-203 abandonó Alejandría y se fue a Palestina junto a su amigo Alejandro de Capadocia y allí se murió.
Clemente presentó el cristianismo a la clase culta y rica de Alejandría, exponía el sentido de la vida cristiana a los que no se confromaban con una praxis más o menos piadosa sino que buscaban una reflexión intelectual más profunda.
Sus obras son una trilogía: “Protreptico o exhortación a los helenos, el Pedagogo, y los Stromata…”
En el primero pretendía convertir a la fe al no creyente. En el segundo ofrece el cristianismo como maestro o educador primario que enseña la recta vida cristiana, En el tercero hace hablar al maestro o “Didaskalos” para llegar a la perfección.
El “Protreptico o Exhortación a los griegos “trata de convencer a los paganos y griegos con una exposición positiva de la fe cristiana contra los cultos paganos para que vuelvan al verdadero Logos o Gnosis. Esboza una imagen global y ontológica de Cristo, la economía de la salvación y de la redención. Les recuerda como las filosofías y las literaturas antiguas griegas apuntaban ya hacia el único Dios Verdadero. Les invita a relacionarse y adivinizarse con Cristo que se manifestó como hombre entre nosotros y es la única guía de las almas.
El “Pedagogo” el tema de este libro son las obras o acciones del hombre –la etica o moral. Así como en la vida diaria un esclavo de la casa conducía como “Pedagogo” a los niños a la escuela y les enseñaba también en casa como “repetitor” el comportamiento recto. Así el verdadero “Logos”, la Palabra de Dios dirige y enseña por medio de la religión cristiana el comportamiento y la perfección.
El “Stromata” otro género literario que noo exponía la doctrina cristiana de una manera sistemática, sino usando tapices –Stromateis- variedades, diversos y variopintos escritos y otras piezas mezcladas para exponer el cristianismo y el camino de perfección.