Ave verum corpus natum de Mozart
HUMANISMO
Humanismo es un sistema filosófico que hace girar todo en torno al
“ombligo del hombre”. Nunca puede ser el hombre el eje, el centro y
humanismo.
Todo ha de girar naturalmente en torno a Dios y por supuesto en torno al hombre sin exclusivismo. Jamás Dios excluye al hombe. Un humanismo aséptico excluye siempre y hace al hombre
principio y fin —poniéndolo como centro del universo—. El hombre es la medida y patrón de todo. Se convierte enlegislador y juez de sus acciones y margina al Creador. Como siempre un
humanismo inmanente termina por reducir, empobrecer y socavar la
dignidad del hombre.
Un falso humanismo envuelve al hombre de hoy como en un papel
de celofán o de regalo: una sed devoradora de bienes y servicios —tener,
tener y tener—. Tener dinero a toda costa —no importan los medios—
. El consumismo convierte al hombre en un ser de consumo —usar
y tirar—. Masifica y atrofia, marca y despersonaliza al hombre. Los
modelos de vida que presenta y ofrece a la sociedad están alardeados de
riqueza, lujo, derroche y placer.
Otro valor en alza es la ola de hedonismo y de lujuria que lo impregna
e inunda todo. La trivialización de la sexualidad —en tonos salvajes y
animalescos— al separar la sexualidad y la reproducción.
Comentan algunos teólogos modernos que al quitarle al hombre
todo lo sobrenatural también se le quita lo natural y lo humano y solo
se queda con lo animal.
Somos hijos de nuestro tiempo y todo está orquestado sirviendo y
fomentando este humanismo. La calle, la vida social, los medios de
comunicación sirven fielmente a la causa sin reparos y sin resistencias.
Se nota y se palpa, la metástasis, el feliz avance y progreso en el
hogar, en la familia y en cada persona. Naturalmente este humanismo
desenfrenado hace explotar y reventar la vida humana.
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