jueves, 21 de noviembre de 2013

CRESTOMATIA 410

CRESTOMATIA 410


Año de la fe... La celebración del Año de la fe quiere ayudar a los hombres a colocar su vida dentro del marco de la fe, de Dios, de Cristo, de la Iglesia, de la gracia y de la eterna felicidad  y de la verdad...El Papa ha mandado celebrar este Año de la fe porque ve al hombre de hoy claramente descolocado, fuera de la pista y caminando a la deriva y a palo de ciego...Hay un peligro óntico - real - en los hombres, de vicio y desenfoque - in radice - y que la fe puede desmontar...La fe hace la mejor fotografía del hombre que es una “ realidad paradójica “ que un ser grande y magnífico por su creación - en la cima -, frágil y pobre por la caida-pecado -, admirable por la redención - oh felix culpa -, una y única simbiosis de tiempo y eternidad, fuerza y debilidad, pecado y esperanza, humano y divino...La fe le enseña que su sitio en la cima de la creación - en la punta de la pirámide - como única creatura inteligente - es dar gloria a Dios por encima de todas sus urgentes necesidades...Es la primera petición y súplica de salida, primer gemido de la creatura-inteligente hacia su Creador: “ Primero saludo “ Padre nuestro “ y luego petición óntica y fundamental, colocarse en su sitio y desde ahí empezar desgranar su vida: antes, ahora, después, en un siglo o en el otro, corta o larga vida, con salud o sin ella, a la hora de la muerte y eternamente en el Cielo...Año de la fe...Tener clara esta idea y vivirla es la regla de oro de todas las sabidurías, de todas las metafísicas y de todas las filosofías para el comportamiento humano...La fe califica a cada persona como una realidad capaz de ser libre, capaz de amar y de vivir eternamente...Para entender el misterio del hombre es necesario penetrar en el misterio de Cristo donde Dios ha querido revelar los designios del género humano para coronar su Creación...Es dificil definir y entender al hombre al margen de Dios...Toda la felicidad que anhela no la puede encontrar nunca en el espejismo que le ofrece la ambición, el egoismo, el placer, el dinero, el éxito, sino que, al final, necesita para aquietar su innata y eterna   ansiedad de felicidad de la fe, de la esperanza y del amor, marcos y realidades que definen al hombre y a Dios...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.