martes, 28 de noviembre de 2017

CRESTOMATIA 927

                                                                   CRESTOMATIA 927
                                                                 MVI   -  0520



El problema del mal no está en el mundo sino en el hombre....El problema del mal y del pecado no es algo diluido ni etereo que vaga e inunda la historia del mundo, sino que es algo personal...El mal es mas viejo que el mismo hombre....El hombre es tan pobre que ni es capaz de inventar ni ser el dueño del mal....El hombre al llegar a la tierra ya se encuentra dentro de la burbuja y atmòsfera del mal...Ya hay aire del mal....Ya hubo una rebelión anterior de Satanás - Principe del mal - por eso el hombre desde el principio se encuentra, por su libertad, en medio de dos imanes uno ascendente que le tira hacia Dios - Bien Sipremo - y el otro descendente de animalidad hacia Satán - el mal ...En lo mas profundo y original de Dios esta el amor, el bién y la libertad ….Dios le regala el juguete de la libertad al hombre para que elija: Amar a Dios o no amar a Dios...escoger el bién o el mal....El mal es lo opuesto y lo contrario a Dios...El mal es una lucha contra Dios, el bién supremo, el mal y el pecado es precisamente lo que Dios no es...La única medicina logicamente contra el mal y el pecado es amar y adorar a Dios....estar de parte de Dios... Podemos decir que en lo mas profundo de cada hombre hay una metástasis o invasión de bién y de mal y Dios viene a la tierra para poner fronteras entre el bién y el mal...Estas son las raices del mal ...El mal es una repetición de una antigua y primera rebelión contra Dios que procede del Maligno - de Satanás - que se rebeló contra Dios y fichó a “ nuestros primeros padres y progenitores “ en su partido para rebelarse contra Dios, contra el bién y contra el amor....Si nadie quiere el mal no se puede cooperar con él... A San Pablo y todos los hombres le escocía el problema intimo y profundo del mal en su cuerpo “ Infeliz de mi “ Pués lo que quiero no lo hago y en cambio lo que detesto lo hago.....No hago el bién que quiero, sino el mal que no quiero....¿ Quién me puede liberar de este laberinto o encrucijada ? Solo Dios.... si Dios no está o no ayuda es imposible definir con total seguridad la naturaleza del bién y del mal....Enseña San Agustín : “ No hay pecado o error que nosotros no podamos cometer y si aún no lo hemos cometido se debe a la misericordia divina que nos ha preservado de ese mal....”

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