SPRICH  - WORTEN   - 155

La fuerza  del contacto  y  unión   con Dios  nos  hace entrar en un dinámica  y proyecto   de vida  y  de  amor eternos. Este es el sentido   profundo y pleno  de la existencia humana  una vez  que Dios   nos   coloca en la  órbita de la vida. Hay una apasionante  página  de la  Biblia  que   ha revolucionado   y  animado   a todos los seres pensantes  de  la historia   desde  la filosofía  y teologia  -  Santos  Padres  de la ciencia y de la santidad  -   que  suena  así  "   DEUS, QUOD  SEMEL ASSUMPSIT,  NUNQUAM DIMISIT  "   "  DIOS, UNA VEZ QUE HA TOMADO LA DECISIÓN  DE   ALGO,  NO  PUEDE VOLVER ATRÁS ". Los exégetas y Santos   Padres    lo han referido  este  aforismo   siempre  al  misterio de la Encarnación -  sars egéneto  -   et  incarnatus est-   la salida  de Dios  hacia  los hombres   haciéndose  hombre  y tomar carne humana. Que  bién  lo expone  el  filosofo,  apologeta   y teólogo   Tertuliano   en el siglo  III   cuando  nos  deja escrito  el axioma  lapideo  y  profundo    " CARO SALUTIS  EST  CARDO  "   "   LA  CARNE DE LA  SALVACIÓN   ES   EL EJE, QUICIO, CAUSA,   FUNDAMENTO, RAZÓN  DE LA SALVACIÓN  DE LA HUMANIDAD "  " EL   MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN DEL  HIJO DE DIOS " . La  salvación de la humanidad  no es algo  etereo  o  espiritual   sino  que  está   la  carne,  cuerpo  y alma  que es la  totalidad   y  plenitud  del hombre.                                                   Volvemos al  título  de la SPRICH  -  WORTEN      de hoy   " QUOD  SEMEL  ASSUMPSIT  "  "  Una  vez  que Dios   se decidió  desde toda   eternidad  por el amor y la vida  de los hombres -  pensando en nosotros  vivos  -    ya no hay otra escapatoria  ni salida  -  amor  y  vida -    quiso  meter  al hombre en este plan divino. El  hombre  nada  y navega bién  en esta atmósfera    y  océano  -  si sincroniza  -  si está metido  de lleno  en este querer de Dios -  vida y amor - . Los hombres  no seriamos así  si Dios  no tuviera  en la   maqueta   o proyecto  de  la encarnación de su Hijo  que  va hacer  posible  este programa  de Dios. A todos  los que llama a la vida  les tiene  preparada una  morada  o casa  celestial y eterna   porque  todos son hijos  de Dios    por  medio  del  invento  y misterio    de la  Encarnación -  vida, muerte  y resurrección  del Hijo de Dios - . Los  Santos Padres  apuntan : " Dios se ha hecho hombre  para que  el hombre se haga Dios "  por la gracia  -  filiación  divina  -   nos injertamos    dentro  de la  dinámica de la vida    y del  amor    de Dios . Una  vez  que  Dios  para conocer   y participar  en   el  misterio  de la Encarnación,   nos  saca  al escenario  o palestra de la vida   ya  no  puede tener fin  jamás   para bién o para mal  -   respetando y contando  siempre  -  con  la libertad humana  - . Puede  ser una eternidad  de gloria  o de infierno. El Dios  de la vida    no puede pensar  en la muerte  y   por eso nos adelanta  " Vita  mutatur, non tollitur  "   "   La  vida   tiene   muchas  etapas,    se cambia, pero   nunca  se  termina. El  Dios  de  la  vida  no puede poner muerte   donde está la vida.   Nuestro  destino  de vida  final   es la eternidad  -  el Cielo  - .Tenemos  un argumento    " ad hominem  "    que  es  todo  ser viviente  se resiste  a desaparecer,  tenemos ansias  -   en nuestro   ADN   -  y deseos infinitos    de vivir  eternamente. Todos  los hombres sueñan con la vida no con la muerte . Sería  un mal Dios  -  crear  a los hombres -   con estos  ingredientes ontológicos  -  cuerpo  y alma inmortal  -   si no  fuese  verdad  o les faltase  esa capacidad.  Sería  Dios  una luz falsa  y una esperanza frustrada. Seria  el  peor  sinsentido  de la  historia,  cosa  que  -  nullo  modo  -  de ninguna manera ,   dicen los teólogos,    puede darse en Dios.