SILABARIO RELIGIOSO - 8
AMOR PROPIO.- El amor de Dios, el amor a Dios y el amor al prójimo es un tripode que sostiene y motoriza la vida humana y la vida eterna, solo el amor descarta el infierno " Si amo para mí no hay infierno....." . Pero en el mundo también está la cizaña del mal y del odio y del amor propio, ahí está la raiz de los conflictos y guerras dentro y fuera del corazón humano solo hecho para amar. Los alejados de Dios y de la energia del amor ofrecemos un espectáculo desamorado, triste y escandaloso generado por - el amor propio, pecado antiguo de soberbia y egoismo - que es el " vampiro chupótero " del bién, de la alegría y de la paz. Mas guerras y sofisticados conflictos " Mirad como se odian y se matan ". AMOR PROPIO impropiamente llamado amor, no merece el título de " amor ", es soberbia, es engreimiento, es orgullo, está mas cerca del instinto de supervivencia y exclusividad, enemigo siempre dispuesto a saltar y acometer, de anteponernos a Dios - incluso negarlo - y anteponernos a las demás personas. Es soberbia, es altivez y afán desmedido por uno mismo lejos de las coordenadas del amor. Me gusta la bella perífrasis de San Agustin en la Ciudad de Dios: " Dos amores fundaron dos ciudades, a saber: el amor propio hasta el desprecio de Dios, la terrena, y el amor de Dios hasta el desprecio de si mismo, la celestial. La primera se gloría en sí misma y la segunda en Dios. porque aquella busca las gloria de los hombres y ésta tiene por máxima la gloria de Dios, testigo de su conciencia ....". Dice nuestro SILABARIO que tenemos que hace la guerra dentro de nuestro corazón y no fuera para dar muerte y morir al "amor propio y al propio yo " " a la gloria vana " y meter el amor de Dios que es el secreto de toda felicidad.
ACIDIA, ABULIA, AMBICIÓN SANTA.- No son malas las ambiciones humanas, naturales y nobles, ambiciones de este mundo y de " tejas abajo " que forman parte de los valores de la vida - poder, dinero, influencia, honra - pero nos advierte nuestro SILABARIO de los peligros que acechan y frenan a la única meta o ambición santa y sana del Amor de Dios, en orden a la santidad y la última y definitiva ambición - que vale la pena - no perder de vista en esta etapa terrenal. Vale la pena llevar a los demás bién, amor, paz y felicidad, al mismo tiempo que vivimos hacemos este deporte que nos gusta y agrada a Dios y a los demás. Pocos mundanos entienden esta santa ambición. Porque están los disolventes y apagafuegos de la pereza, la tibieza, la desgana, la acidia, la abulia, anorexia, enemigos que apagan la hoguera y enfrian el calor de nuestro amor a Dios y a los demás. "ACIDIA " = alfa privativa y de " kedos " = ansiedad, ambición, deseo, ganas. Olvido o marginación de las cosas de Dios." ABULIA " = de alfa privativa y de " bouleo " = querer, desear. Sin ambición santa y sana, Dios, amor, cielo, eternidad, ambiciosos humanos - solo de tejas abajo - negación de todos los valores de - tejas arriba - sobrenaturales. Olvidos, tibiezas, indiferencias para las cosas espirituales. Donde queda la sabiduría de nuestro SILABARIO cuando nos enseña " DOMINE, VULTUUM, DOMINE, REQUIRAM......" Tu rostro buscaré, Señor, como el ciervo que va - cito, cito - rápido y veloz hacia las fuentes frescas y tranquilas. AMBICIÓN SANTA = cuidado, atención, diligencia, echar leña al fuego para que no se apague el amor de Dios en la hoguera de nuestro corazón.
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