SPRICH    -   WORTEN  -143

 Desde  un   viejo  y  conocido  axioma  latino  " OPERARI   SEQUITUR ESSE "    "  LA OPERACIÓN  SIGUE AL SER "  " CADA UNO OBRA SEGÚN SU NATURALEZA "     pretendo  hablar  de   la coherencia  y unidad  de  la   vida cristiana. El  perro ladra   y   los hombres  también podemos dar coces, pero  el  que mejor lo hace  es la mula  y el caballo.  Si somos cristianos  tenemos que ser coherentes. Dios es celoso  y   nos  quiere con amor  exclusivo. Corazones partidos  Dios  no los quiere. Ser  cristiano  es  querer  y servir a Dios  como  El quiere,  no podemos ser cristianos solo  a determinadas horas  y ocasiones  del dia,  no podemos partir la vida en dos mitades. No es posible   afirmar que somos cristianos  y vivir en sentido contrario. La  coherencia  y la unidad  es expresión  de vida  y que  se va por buén camino.   Cualquier cuerpo  o institución,  al faltar la unidad  se   desune,   descompone,  muere  y  se pierde. En definitiva,  la  fe y la vida  son indisociables. Nuestra  naturaleza   está   renovada,  rehecha  y renacida   por la fe,  exige  actuar en coherencia . ¿ Está  nuestra vida cristiana  identificada  y  unida  a  una  fe   vibrante y convencida  o   es  rutina y acostumbramiento ? ¿  Es posible todavía   la esquizofrenia  de  vivir el Domingo   para Dios  y   el  resto   de   la semana   para el Diablo ? . Advierte San Juan Pablo II  " Cuando el hombre pierde   de vista la unidad interior de su ser  cristiano , corre el peligro    de perderse  a si  mismo. "  .  ¿ Está  viva nuestra unidad  de vida  o   esta  rota  ?.   Si  los cristianos  vivieramos  de veras conforme  a nuestra fe, se produciría la mas grande revolución   de todos los tiempos. Tenemos  que trabajar para comer    en  la tierra  y tenemos que rezar   para  el Cielo. Trabajo  para  ganar  el  pan  y ganar también el Cielo. Vida  cristiana  sobre el  tripode   de la unidad  de vida: Trabajo, oración  y contemplación. Unidad  de vida  activa y contemplativa.  No  desunión  que es muerte y  perdición. . No puede haber  zonas y reservas  secas  a donde  no   llegue   Dios  en nuestra vida. Dios  nos mira y  contempla  nuestra  vida  y  nosotros  miramos y contemplamos  la gloria   de  Dios,   todas   las  realidades  naturales  y temporales   pueden llevarnos a Dios   menos  - el pecado  -. Vida activa  y vida contemplativa  no son  incompatibles   dentro    del convento  ni  en la calle   donde  están los  cristianos. Vida  del alma   cristiana:  trabajar en la presencia de Dios,  orar  que  es  hablar   con  Dios  y  contemplar   que  es ofrecer  y   mirar  a Dios como Padre  constituyen  el tronco  o nucleo   de la  unidad de vida  cristiana sin  rupturas    ni  mamparismos  entre la fe  y la vida  y   sin   "  dicotomias "   o   "  dobles vidas   ". No hay un  corazón  de repuesto,  tenemos  un solo corazón  para  amar   a los  que   queremos  y para amar  también  a Dios.