sábado, 10 de abril de 2010

SAN JUSTINO MARTIR


Justino, era un laico pagano, que había nacido en Palestina -Flavia Neapolis- Siquem la actual Nablus a mediados del siglo II en medio de las tinieblas paganas y las cruentas persecuciones contra los cristianos.
Hay fenómenos en la naturaleza que solo Dios sabe y puede explicar fuera de toda lógica: ¿Cómo es posible seguir el origen, itinerario y el feliz final de un laico pagano “Justino” luego cristiano, santo y mártir y el apologista más brillante e importante de la fe en la encrucijada del siglo II
¿Cómo puede florecer un lirio tan blanco en tal y tan grande estercolero?
En búsqueda de la verdad recorrió todas las escuelas de su tiempo donde pitagóricos y platónicos hasta llegar a la fe cristiana.
Después de la conversión puso toda su fuerza y saber al servicio de la fe.
Estando en Roma en tiempos del emperador Marco Aurelio (138-161) fundó una escuela de filosofía cristiana de gran prestigio y renombre, donde tuvo condiscípulos a Taciano que nos cuenta las polémicas discusiones, envidias y maquinaciones y por último fue acusado por un tal filosofo cínico Crescente ante el Prefecto de la ciudad que lo condenó al martirio por el solo delito de confesar y defender su fe
-nomen Christianorum- por el solo nombre de ser cristiano en el año 165.
Se conservan dos preciosas Apologías o defensas de la fe ante el emperador Antonio Pío y una obra titulada dentro del género literario
“Diálogos: Dialogo con el judioTrifón” donde defiende magistralmente a los cristianos contra los ataques del judaísmo.
En las Apologías hace una brillante, valiente y clara exposición de la fe cristiana afirmando: -solo en el Logos, Verbun, Cristo-Dios reside la plenitud de la verdad eterna y que también la sabiduría de Dios ha sembrado también en toda la creación y en todos los grandes filósofos, poetas e historiadores precristianos de la antigüedad, la semilla de la verdad –Logos Spermatikos-.
En la segunda Apología expone que “Cuanto de bueno y de verdad ha sido descubierto y dicho por todos ellos pertenece a nosotros los cristianos”.
En el “Dialogo con el judio Trifón” le advierte: “Que de los libros de la ley y de los profetas, escritos por varones inspirados y antiguos se puede sacar más sabiduría y conocimientos sobre la cuestión de los filósofos paganos pueden saber...”.
No solo exponía con claridad la luz de la fe y defendía con valentía la doctrina sino que invitaba a conocer y adorar al Dios verdadero y única sabiduría por lo que tuvo que morir como mártir.

Manuel Latorre de Lafuente

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