SPRICH - WORTEN - 222
Llegamos a un punto duro y crudo en los interrogantes que todo hombre se plantea en este mundo - tenemos derecho a preguntar todo - pero poco vamos a solucionar. Los ingredientes del problema son muy delicados, es dificil entenderlos bién todos: tenemos la fe, Dios, Padre infinitamente bueno, la libertad humana y el mal. No va ser la última tinta que se gaste sobre este tema tan vital para el hombre. Ya sabemos lo que es la fe - es fiarse de Dios y de su plan de salvación - . ¿ En qué consiste la Providencia divina ? Dios mantiene, conduce y gobierna todo el mundo y a las criaturas a la perfección última, a las que El quiso y ha llamado. Dios es el autor soberano de su designio, de su destino y de su fin. Ninguna criatura, nadie ni nada nace o muere cuando ella quiere sino cuando Dios quiere - ni antes ni después -. Dios para hacer su Providencia - Providere - hacer su trabajo de mantenimiento y gobierno del mundo y del hombre se sirve de la cooperación y colaboración de sus criaturas, otorgando a estas la dignidad de obrar por si misma - lograr su designio y su fin - de ser causas unas de otras. Entra en juego ahora la criatura mas importante de la creación, la mas querida por Dios y la mas perfecta - el hombre - dotado de libertad y su designio, destino y fin es el Cielo. ¿ Cómo colabora el hombre con la Providencia divina ? Dios otorga y pide al hombre - la cumbre de la creación - respetando siempre su libertad que colabore con la Providencia mediante sus acciones, sus oraciones, sus sufrimientos, es decir, - in melius - con el bién y el amor, no - in peius - con el mal y el pecado. Entrando en el juego del plan y querer de Dios - según sus amorosos y misericordiosos designios - . Avanzamos en las preguntas ¿ Si Dios es todopoderoso y providente ¿ Por qué entonces existe el mal ? . Dios no es, en modo alguno, ni directa ni indirectamente, la causa del mal, Dios no puede querer el mal. Según el plan de Dios no existe mas que un mal en el mundo que es el pecado. Nuestros males en el mundo no coinciden con lo que Dios llama mal. Un mal para nosotros en el mundo - un revés o adversidad - para Dios puede ser un bién precioso y necesario para alcanzar nuestro designio y llegar al destino y cumplir nuestro fin. Dios ilumina y explica el misterio del mal con su Hijo Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado para vencer el gran mal - el pecado - de los hombres que es la raiz y la causa de todos los restantes males del mundo. Dios del mal peor - la muerte del Hijo de Dios - sacó el bién supremo y mejor, el mayor de los bienes para el hombre, la resurrección y glorificación de su Hijo y nuestra Redencion y Salvación - el Cielo -. Dios no permitiría el mal si no saliera el bién del mal mismo. Mis caminos. no son vuestros caminos.
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