SPRICH - WORTEN - 231
" Jesus coepit facere et docere " " Jesús empezó primero a hacer y luego a dar doctrina y enseñar, cuando hay ejemplo perfecto sobran las palabras, si los cristianos diéramos ejemplo como Jesús el mundo hoy sería de otra forma. ¿ Qué nos quiso enseñar Jesús con su vida oculta - nacimiento, infancia de Jesús y la vida oculta de Nazaret ? Debe tener mucha importancia la vida ordinaria y normal de cada hombre porque Jesús gastó mas su vida en el " fácere " hacer, dar ejemplo, su vida que en el " docere " dar a conocer su doctrina y enseñar, que gastó solo - tres años - . En la cátedra de Belén Jesús no todavía habla, pero enseña magistralmente, y de la Infancia de Jesús en Nazaret a penas tenemos algunas palabras o discursos. Los primeros misterios de la vida Jesús son pedagogia divina en su " Nacimiento " , la gloria del cielo se manifiesta en la debilidad de un niño, en la " circuncisión " es una lección de su pertenencia al pueblo hebreo y prefiguración de nuestra pertenencia al nuevo pueblo de Dios por el Bautismo, en la " Epifania " es la manifestación del Rey-Mesias de Israel a todos los pueblos, en la " Presentación del templo " en Simeón y Ana se concentra toda la expectación de Israel, que viene al encuentro de su Salvador; la " Huida a Egipto " y la matanza de los inocentes anuncian que toda la vida de Cristo estará bajo el signo de la persecución; su " Retorno de Egipto " recuerda el Ëxodo y presenta a Jesús como el nuevo Moisés: El es el verdadero y definitivo liberador. En la vida oculta de Nazaret, Jesús permanece en el silencio de una existencia ordinaria. Nos da ejemplo de una comunión íntima con El vida de contemplación - en la santidad de la vida ordinaria y cotidiana, hecha de oración, sencillez, trabajo y amor familiar. La sumisión a María y a José, es imagen de la obediencia filial de Jesús al Padre.. María y José, con su fe, acogen el Misterio de Jesús, aúnque no siempre lo comprendan. En el Bautismo Jesús que es " el cordero de Dios que quita el pecado del mundo " acepta ser contado entre los pecadores. El bautismo de Jesús es la prefiguración de nuestro Bautismo - un mimo del amor de Dios - porque esta vida sin Bautismo no es vida y la vida eterna no existe. La tentaciones de Jesús en el desierto recuerdan la de Adan en el paraiso y las de Israel en el desierto y nuestras tentaciones existenciales. La Iglesia se une particularmente a este misterio de la cruz en el tiempo de Cuaresma. Jesús invita a todos a entrar en el Reino de lo cielos, aún al peor de los pecadores es llamado a convertirse y aceptar la infinita misericordia del Padre. Jesús con sus signos y milagros atestigua que el Reino está presente. El no ha venido para abolir todos los males de esta tierra, sino ante todo para liberarnos de la esclavitud del pecado, único mal y origen de todos los males. Luchar contra el pecado ya es toda la guerra. La expulsion de los demonios anuncia que el el infierno no prevalecerá. A sus discípulos - a los doce - les da autoridad para enseñar, absolver los pecados, edificar y gobernar la Iglesia. Pedro ocupa el primer puesto - con las llaves del Reino - y para custodiar la fe en su integridad y confirmar a sus hermanos en la fe. En la Transfiguración de Jesús aparece ante todo la Trinidad y muestra que su gloria pasa a través de la cruz y da un anticipo de la alegría de la Resurrección y gloriosa venida que garantiza que nuestro cuerpo, a pesar de la podredumbre y pulverizacion de los huesos será un cuerpo glorioso como el suyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.