SPRICH - WORTEN - 256
Seguimos y finalizamos con los Sacramentos de la sanación barruntando algo sobre la Unción de los Enfermos. En el Antiguo Testamento el hombre experimenta en la enfermedad su propia limitación y al mismo tiempo percibe que está vinculada con el pecado y también los profetas atisbaron que la enfermedad podía tener un valor redentor de los pecados propios y ajenos. En el Nuevo Testamento la compasión y predilección de Jesús hacia los enfermos y las numerosas curaciones son una señal clara de que el Reino de Dios habia llegado y por tanto la victoria sobre el pecado, el sufrimiento y la muerte. Con su Cruz, Pasión y Muerte, Jesús da un nuevo sentido al dolor y al sufrimiento que asociado al suyo, puede convertirse en medio de purificación, santificación y salvación para nosotros y para los demás. La Iglesia se empeña en el cuidado de los enfermos con oraciones de intercesión y tiene y ofrece un sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo como cuenta Santiago " ¿ Está enfermo alguno de vosotros ? Llame a los presbíteros de la Iglesia que oren sobre él, le unjan con el ´óleo en el nombre del Señor. ". Lo pueden recibir cualquier fiel en peligro de muerte por enfermedad o por vejez, se puede repetir varias veces si se produce un agravamiento de la enfermedad, si es posible, debe ir precedido de la confesión individual del enfermo. Solo puede ser administrado por los Obispos o Presbíteros. La celebración consiste esencialmente en la unción con el óleo de enfermos, bendecido por el Obispo - junto con el óleo de los Catecúmenos y el Santo Crisma - que son elementos esenciales para otros sacramentos. Hoy se unge al enfermo sobre la frente y sobre las manos. Yo recuerdo ungir a los enfermos en otras partes del cuerpo como hacen todavia en otros ritos. Esta unción es acompañada por las palabras y oraciones del sacerdote que implora la gracia especial de este sacramento: " Por esta Santa Unción y por su bondadosa misericordia te ayude el Señor con la gracia del Espíritu Santo, para que libre de tus pecados, te conceda la salvación y te conforte en tu enfermedad ". Esta Unción prepara al enfermo para pasar a la Casa del Padre, une más intimamente al enfermo a la Pasión de Cristo, para su bién y de toda la Iglesia, le otorga fortaleza, paz, ánimo y el perdón de los pecados, y - Deo volente - si Dios quiere - la recuperación de la salud física. El " Viatico " de " via, camino, tránsito, puente " es la Eucaristía recibida por los que están por dejar esta vida terrena y se preparan para el paso a la vida eterna. Si el diablo no anda por medio, deberíamos aceptar esta cariñosa y sanadora oferta que Dios nos pone en el paso fronterizo que todo humano tiene que cruzar. En otros tiempos, estuve muchos años en Hospitales - era prioritario y estaba de moda - que nadie se muriese sin la Santa Unción. ¡ Ojalá hoy no decaiga esta sanitaria y pastoral labor de los enfermos ! .
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