SPRICH - WORTEN - 261
Dentro de otras celebraciones litúrgicas nos encontramos con las " Exequias cristianas " que obviameente no son un sacramento, porque los sacramentos son para los vivos. La " Exequia funebre " es una celebracion litúrgica para despedir a un hermano cristiano que ha muerto y lo encomendamos a Dios que le perdone sus pecados y le conceda vivir eternamente al lado de Dios. " Exequias " a del verbo latino " Exsequor " que es acompañar a uno hasta su última morada del Cielo.. Se llama " Exequium " " Exequio " la comida con motivo del funeral. El cristiano que muere en Cristo alcanza la meta y la plenitud de la vida iniciada en el Bautismo, reforzada por la confirmación, sanada por la Penitencia y alimentada por la Eucaristía. El cristiano que muere en Cristo Jesús va " a vivir con el Señor " . " Dichosos los muertos que mueren en el Señor " . Canta el prefacio de difuntos " Vita mutatur, non tollitur " " La vida no termina, cambia y continúa ". Se canta en estas celebraciones " Dicen que nacemos para morir, pero la muerte de un cristiano a la luz de la Muerte y Resurrección de Cristo, nuestra única esperanza, sabemos que morimos para vivir ". Los ritos funebres expresan el caracter pascual de la muerte cristiana, en la esperanza de la Resurrección y el sentido de la comunión con el difunto, particularmente mediante la oración por la purificación de su alma y los sufragios. Los momentos principales de las exequias son: la acogida de los restos mortales del difunto por parte de la comunidad, con palabras de consuelo y esperanza para sus familiares; la liturgia de la palabra que da respuesta a las mas altas y profundas preguntas del ser humano: el sacrificio eucaristico; y el " adios " o despedida " donde se encomienda el alma del difunto a Dios , fuente de la vida eterna, mientras es conducido al cementerio para darle cristiana sepultura. Las Exequias se pueden celebrar con Eucaristía o sin Eucaristía. En la Iglesia se coloca el feretro como otro fiel cualquiera mirando hacia el altar, si es Obispo o Presbítero mirando hacia el pueblo como ha presidido siempre. En el rito de despedida está además de la oración, la aspersión con agua bendita para recordar su Bautismo y el incienso para honrar al que fué en vida templo y morada de Dios. No me resisto sin escribir un responso de oración y sufragio que reza así: " Dómine, secundun actum meum nolli me judicare, nihil dignun in conspectu tuo egi, ideo deprecor majestatem tuam ut tu, Deus , deleas iniquitatem meam. Amplius lava me ab injustitia mea,, et a peccato meo munda me, ut tu, Deus. deleas iniquitatem meam ..." Señor, no me juzgues según mis actos, porque nada digno he hecho delante de Ti, por eso pido a tu majestad que limpies mi iniquidad. Lava mas y mas de mi injusticia, borra y olvida mi pecado. ".
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