SPRICH - WORTEN - 287
" LEX ORANDI ( V ) "
Podemos decir que la oración es un elemento constitutivo de la Iglesia, la Iglesia vive en oración y existe para orar. Así se comprende la importancia y la palanca - la inestimable ayuda de las almas que rezan - y la misión y vida de la Iglesia que enseña y trabaja para que sus fieles intensifiquen el trato con Dios. El Espíritu Santo es el que suscita en los fieles la vida de oración, tan rica y variada, donde tiene su origen las distintas instituciones, espiritualidades y carismas, el Epíritu Santo es el maestro de la oración cristiana. Todos los sentimientos y necesidades que embargan el alma son formas esenciales de oración cristiana y forman el esquema o paradigma de la oración de la Iglesia: oración de adoración, de bendición, de alabanza, de petición, de intercesión y de acción de gracias. Todo el contenido de la oración de la Iglesia se centra en la oración por antonomasia y principal cuando se celebra la Eucaristía que contiene y expresa todas las formas de oración. Así hablan los teólogos de los fines de la Santa Misa: latreutico - de latria - que es adoración, prosternación y alabanza del hombre que se reconoce criatura ante su Creador - tres veces santo - : eucarístico - de eucaristia - dar gracias a Dios incesantemente y convertir todo acontecimiento en acción de gracias; impetratorio o de petición, petición de perdón y por todas nuestras necesidades espirituales y materiales, la primera necesidad es la llegada del Reino de Dios; propiciatorio para hacer propicio y favorable a Dios y moverlo a la piedad y a la misericordia, aplacar la ira de Dios. En los Hechos de los Apóstoles se narra que la primitiva comunidad de los creyentes " asiduamente se reunían para la Eucaristía y la oración ". El Espíritu Santo, Maestro interior de la oración de la oración cristiana, educa y anima a la iglesia en la vida de oración y la hace entrar cada vez con mayor luz y profundidad en la contemplación y en la unión con el insondable misterio de Cristo. Santa María, maestra de la oración, rumiaba todos los acontecimientos de Dios en su corazón y nos enseñó a orar con aquel - fiat - hágase y con el - magnificat - un himno de humildad y de reconocimiento, nos empuja al trato confiado con Jesús en las bodas de Caná " Haced lo que El os diga ", Se puede decir que la Iglesia nació en el oratorio del Cenáculo, en la oración del Pentecostés. Santa María ianuguró la oración de la Iglesia tras la partida de su Hijo al Cielo, reunida con los Apóstoles en el Cenáculo " perseveraban únánimes en la oración " . Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra es el mejor ejemplo y maestra de la oración.
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