SPRICH - WORTEN - 288
Seguimos dando algunas pinceladas en nuestro trabajo de " EROTAPROKRISEIS " exposición de la doctrina cristiana en la forma tradicional-catequética de " preguntas y respuestas " . Ahora nos toca analizar la " Lex orandi " , la vida de oración en la Iglesia, aprender a hacer oración, la Tradición de la oración, fuentes de la oración, el camino de la oración. A través de la Tradición viva, es como en la Iglesia el Espíritu Santo enseña a orar a los hijos de Dios para dar respuesta a la petición " Señor, enséñanos a orar ". Normalmente el cristiano aprende a rezar en la familia - iglesia doméstica - desde muy pequeños se enseñan a los hijos las primeras oraciones con las que nos dirigimos a Dios, a Jesús, a la Virgen y a los santos. Son oraciones sencillas y entrañables que se conservan y transmiten de padres a hijos. Esto que se vive en la familia, se vive particularmente en la Iglesia - familia y comunidad de oración - si vivimos como buenos hijos, esta buena madre que es la Iglesia nos enseñará a hacer oración y nos ayudará para que consigamos ser " almas de oración ". Añadimos otro brochazo sobre las fuentes de la oración para perfilar y encarrilar nuestro camino hacia la vida de oración, la voz que Dios quiere oir es la voz nuestra - el timbre y sonido de tu corazón - que es el que ora pero con la fuente y música de fondo que es la Palabra de Dios - fuente principal y orientativa - de la oración. En la Sagrada Escritura es Dios quién nos habla - El Verbo, la Palabra, Cristo nos habla - y nos enseña y anima a orar, el que lee la Escritura aprende a orar. La liturgia de la Iglesia anuncia, actualiza y comunica el misterio de Dios y de la salvación, nos enseña a orar, ora en nosotros y con nosotros. Las virtudes teologales, fe, esperanza y amor se refieren directamente a Dios y nos comunican un trato de oración continua y contemplativa. Los acontecimientos de cada dia, el trabajo, la vida de familia, todas tus cosas y preocupaciones, la amistad, el descanso, el deporte son fuentes de oración, ocasión de encuentro con Cristo porque el " tema y asunto de mi oración es el tema de mi vida ". Dice el Santo Cura de Ars " Si mi lengua no quiere rezar o se olvida de decir que te amo, que mi corazón te lo repita cada vez que respiro ".
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