viernes, 3 de marzo de 2023

                                                                  SPRICH    -WORTE    -526 

                                                                 "CORPUS PAULINUM"   Nº.-  12

                                   "EPISTOLE   PROS  ROMAIOUS  - CARTA A LOS ROAMANOS  "

                                 " CONDUCTA  CRISTIANA  "  "  VIVIR  SEGÚN LA CARIDAD " 

Dice  San Juan Pablo  II:  " El pecado  es algo  personal, es un acto libre de la persona  individual,   no precisamente   de un grupo o una comunidad ,  en cada hombre no hay nada   tan personal  e intransferible  como el  mérito   de  la  virtud  o la responsabilidad   de la culpa " . Pero  también está la "  comunion de  los    santos "   con su doble  manga:  ley  de  elevación, toda alma que se eleva  eleva al  mundo   y la ley del  descenso,  toda alma que se abaja, abaja  al  mundo. También está los  "  Carismas "   " Jarisma "  "  Jaris "  " Gracia "     palabra introducida   por  San Pablo:   en la Iglesia  cada uno cumple su papel definido  y coopera al bién  general   de todos, a la vez que busca su propio  bién espiritual   movidos por el  Espíritu Santo. Hoy  nos habla Pablo   de los  " Carismas "   concedidos   a algunas personas  dentro del cuerpo  de la  Iglesia,  pero   el  "  Carisma   de la  caridad "   es un don  común y necesario  a todos los cristianos, la caridad  se manifiesta  de formas muy diversas, pero siempre se distingue porque busca  el bién y huye  del mal  y se ejerce con todos. Hemos  de comprender a todos, hemos  de vivir con todos, hemos    de disculpar a todos, hemos de perdonar a todos....ahogar  el mal  en     abundancia  de bién....Pero  oigamos  otra   profunda  y  sustancial  lección    de  Pablo  para   nuestra vida cristiana:   Os exhorto, por tanto, hermanos, por   la misericordia    de Dios, a que  ofrezcáis  vuestros cuerpos  como ofrenda viva, santa,  agradable  a Dios  :  éste es  vuestro  culto  espiritual. Y   no os amoldéis a este mundo, sino,  por el contrario, transformaos con una renovación  de la mente  -   metanoia  -   penitencia  -  para que podías  discernir  cual  es  la voluntad   de Dios, qué es lo bueno, agradable  y perfecto. Porque, en virtud   de la gracia  que me  fue dada, os digo a cada uno de vosotros  que nos  os estiméis  en más    de lo que conviene, sino  que debéis  teneros  una  sobria estima, según  la medida   de la fe  que Dios ha otorgado  a cada uno. Porque  así   como  en un solo  cuerpo  tenemos muchos miembros  y no todos  los miembros   tienen la misma función, así en Cristo, que somos  muchos,  formamos  en Cristo un solo   cuerpo, siendo  todos  miembros   los unos de los otros. Y  tenemos  dones diferentes  conforme  a la gracia  que se nos ha dado:  si se  trata   de profecía, que sea   de acuerdo  con la fe, y si se  trata    del ministerio,  que sea sirviendo. Y si uno tiene  que enseñar, que enseñe, y si  tiene  que exhortar, que exhorte. El que da,  que dé con sencillez; el que  preside, que lo haga  con esmero;  el que ejercita  la misericordia, que lo haga   con alegría. Que la caridad  esté libre  de hipocresía, abominando  el mal, adhiriéndoos  al bién;  amándoos   de corazón  unos a otros  con el amor  fraterno,  honrando  cada uno  a los otros más  a que a si mismo: diligentes  en el deber, fervorosos   en el espíritu, servidores  del Señor;  alegres  en la esperanza,  pacientes  en la tribulación;  constantes  en la oración;  compartiendo  las  necesidades  de los santos, procurando  practicar la  hospitalidad. Bendecid  a los que  os persiguen;  bendecidlos  y no maldigáis. Alegraos   con los que  se alegran, llorad  con los que lloran. Tened  los mismos  sentimientos  los unos  hacia los otros, sin  dejaros  llevar  por pensamientos  soberbios, sino  acomodándoos  a las cosas   humildes. No os tengáis  por sabios  ante   vosotros mismos. No devolváis a nadie  mal por mal:  buscad  hacer el bién  delante   de todos  los hombres. Si es posible, en lo  está   de vuestra parte, vivid en paz  con todos  los hombres. No os  avergoncéis, queridísimos,  sino   dejad  el castigo  en manos  de Dios, porque  está escrito: Mia  es  la venganza, yo retribuiré  lo merecido, dice  el Señor. Por  el contrario, si  tu enemigo  tuviese  hambre, dale de  comer; si  tuviese  sed, dale de beber; al hacer  esto,  amontonarás  ascuas  de fuego sobre su cabeza. No te  dejes  vencer  por el mal, al contrario, vence el mal   con el bién. Nota  bene:  No es de extrañar   que  ésta  sea  la  "  Carta magna "   del cristianismo   y  del amor   a los demás. La  novedad  y esencia  del cristianismo.  No es posible  escuchar   mejor  doctrina   y lección  para  la  convivencia  y  amor   entre los hombres    como  este  elocuente  e insuperable  discurso,    ejemplo y testimonio   de los primeros cristianos. Y  como   ramas silvestres  no  volvamos  a "  injertarnos "    en  el   " viejo  y  buén  olivo   de  la caridad   y  del  amor  "   no   hay nada   nuevo   que   discurrir,  ni   alta   meta   que alcanzar   ni progreso  feliz  que programar  o prometer. 

                                                      

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