domingo, 12 de marzo de 2023

                                                                 SPRICH    -WORTEN  - 543

                                                            "CORPUS PAULINUM  "   Nº.-  11

                               " EPISTOLE PROS  HEBRAIOUS  - CARTA LOS HEBREOS  " 

                                          " EXHORTACIÓN  A PERSEVERAR EN  LA  FE " 

Finaliza  ahora  San  Pablo  con las comparaciones  entre los  sacrificios     de la Antigua Alianza  y el sacrificio     de Cristo  y  que  los sacrificios  de  la Ley  de Moises    tenían que retirarse    porque no podían  perdonar los pecados  y que  el  sacrificio   de Cristo en la cruz  es único y perfecto   " para siempre ". Ahora  la carta tiene  un tono  más moral  y  hace  una exhortación    para   vivir  según la fe   viva  y  perseverante,   que mueva a acercarse a Cristo tanto en las pruebas  y tribulaciones  como en la conducta presidida  por la caridad. Es decir,    dejar que actúe  en el alma la redención obrada  por Cristo  en la cruz .Pero  escuchemos una vez  más  otra  elocuente  lección   de San Pablo   ya   en estos últimos capítulos:  Puesto que   la Ley  posee  sólo  una sombra  de los bienes  futuros  y no  la verdadera imagen    de las cosas,  no puede  jamás , mediante   los mismos  sacrificios   que no cesa  de presentar  todos los años, hacer  perfectos  a los que  se aceran  con ellos. Si no  fuera así,  los que rinden  culto, al considerarse  definitivamente  purificados,  por no  tener  ya conciencia     de alguna  de pecado ¿ No   dejarían de ofrecerlo ? . Por el contrario, con ellos se renueva  cada  año  el recuerdo  de los pecados, porque  es imposible  que la sangre   de toros  y machos cabríos  borren  los pecados. Por  eso, al entrar en  el mundo,  dice:  Sacrificio  y  ofrenda    no quisiste,   pero me preparaste un cuerpo;  los holocaustos  y  sacrificios   por el pecado  no te han agradado. Entonces  dije:  Aquí vengo, como está escrito   de mí al comienzo   del libro,  para hacer, oh Dios, tu voluntad ".  Después   de haber  dicho antes: No quisiste  ni te agradaron sacrificios  y ofrendas  ni holocaustos  y víctimas  expiatorias   por el pecado  -  cosas  que se ofrecieron  según la Ley  -,  añade luego: Aqui   vengo  para hacer  tu voluntad.   Deroga  la primero   para instaurar lo segundo.  Y por esa voluntad  somos santificados  de una vez  para siempre, mediante  la ofrenda   del  cuerpo   de Jesucristo. Mientras todo sacerdote  se mantiene en pié  dia tras dia  para celebrar  el culto  y ofrecer  muchas veces  los mismos sacrificios, que nunca pueden borrar los pecados, él, en cambio ofreció  un solo  sacrificio  por los pecados  y se sentó  para siempre  a la derecha   de Dios  y sólo  le queda  esperar   que sus enemigos  le sean  puestos bajo sus piés;  porque  con  una sola  oblación  hizo  perfectos  para siempre  a los que  son santificados. Nos lo atestigua  también el Espíritu  Santo,   porque  después    de haber dicho:  Ësta es la alianza  que estableceré  con ellos   después    de aquellos dias, dice el Señor. Pondré mis leyes  en sus corazones  y las  grabaré  en sus inteligencias,  añade:  Y  de sus pecados  y de sus iniquidades  ya no me acordaré. Ahora bién, donde hay  remisión  de pecados  ya no hay   ofrenda  por ellos. Por  tanto,    hermanos, como tenemos  la confianza  de entrar  en el  Santuario  por la sangre   de Jesús   -  por el camino  reciente  y vivo  que  él  nos abrió   a través    del velo, es   decir,  de su carne  -  a un gran sacerdote  al frente    de la casa  de Dios   -  .   acerquémonos  con un corazón  sincero  y una fe  plena,  despúes    de purificar  nuestros corazones  de una mala  conciencia  y de lavar   nuestro cuerpo   con agua pura. Mantengamos firme  la confesión   de la esperanza, y estemos pendientes  unos  de otros  para  estimularnos  a la caridad  y a  las  buenas obras, sin   abandonar  nuestras propias  reuniones, como   acostumbran   algunos,  sino  animándonos  tanto  más cuanto más  cercano véis el día. Porque  si pecamos  voluntariamente  después   de haber   recibido  el conocimiento  de la verdad, ya no nos queda  ningún  sacrificio por los pecados,  sino  la tremenda  espera     del juicio  y  del ardor   del fuego  que va a devorar a los  rebeldes. Si álguién  transgredía  la Ley   de Moisés, con el testimonio   de dos o tres  se le condenaba  a muerte  sin    compasión.  ¿ Qué castigo  más  grave  pensáis  que merecerá  el que  haya  pisoteado  al  Hijo   de Dios  y haya considerado impura la sangre    de la alianza  en la que  fué  santificado  y haya  ultrajado al Espíritu   de la gracia ?. Pues conocemos  bién al que dijo: Mia es la venganza;  yo   daré  lo merecido. Y  otra vez:  Juzgará  el Señor a su pueblo. ¡ Es terrible  caer  en manos  del Dios  vivo  !. Acordaos   de los dias  primeros  cuando,  recién  iluminados, tuvisteís  que sostener  una lucha  grande  y dolorosa:  unas veces sometidos  publicamente  a calumnias  y vejaciones, otras  estrechamente  unidos  a los que  así  eran tratados, porque   compartísteis  los sufrimientos  de los encarcelados  y recibísteis con alegría  el robo   de vuestros bienes, sabiendo  que    poseéis  un patrimonio  mejor  y más duradero. No perdáis, por  tanto,   vuestra confianza, que tiene  una gran  recompensa:    porque necesitáis  paciencia  para  conseguir  los bienes  prometidos  cumpliendo  la voluntad  de Dios. En efecto,  todavía un poco  de tiempo, muy  poco, y   el que a venir llegará  y no tardará;  pero  mi justo vivirá  de fe;  y si  se volviera  atrás, mi alma  no se complacerá  en él. Pero  nosotros no somos  de los que  se vuelven  atrás  para su perdición, sino  de los que  tiene  fe  para la salvación  del alma. Nota  bene:   Nos  recuerda el ejemplo   de perseverancia   en la fe    de los patriarcas,  de  la  fe  de Moisés,  de los Jueces,  de  lo profetas   y del mismo Jesucristo   modelos   de  virtudes  para  mantenernos     "  fideles et fortes   in fide  "       fieles y fuertes en  la fe   en medio  de    tantas   dificultades,   leyes  y ambientes   paganizados  y   programados   lejos y al margen  de la  fe. Se  trata  de  un combate   " sui géneris  "    el combate   de la fe. Dios  quiere  que todos los  hombres  se salven  y   ha agotado  todas  las   ofertas  y  posibilidades.  Sólo  resta   la  segunda venida  del Señor  -  no   ya como   Redentor y Salvador   -  sino  como Juez    de vivos y muertos. San Pablo   se atreve  a decir:  ¡  La venganza será terrible ! ¡  Es terrible  caer  en manos  del Dios   vivo !  


                       

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