SPRICH - WORTEN - 351
" PRAXEIS TON APOSTOLON " Nº.- 44 " VIAJES APOSTOLICOS DE SAN PABLO " " PRIMER VIAJE "
" DESIGNACIÓN DE SAN PABLO Y DE SAN BERNABÉ "
En esta obra evangelizadora de gran envergadura " cristianizar " y " convertir " el imperio romano al evangelio de Cristo-Resucitado es el nuevo reto. Se dibuja una maroma de varios hilos dificil de romper: El Espiritu Santo que guia, dirige y anima las obras de la primitiva y nómada comunidad cristiana. Es quién inspira la predicación de San Pedro, quién confirma en su fe en los discípulos y convertidos, quién sella con su presencia la llamada dirigida a los gentiles, quién envía a Saulo y a Bernabé hacia tierras desconocidas y lejanas para abrir nuevos surcos al evangelio de Cristo. Es un hilo de la maroma que su presencia y actuación lo dominan todo. Otro hilo de la maroma es la santidad, el amor y la fidelidad de los apóstoles al Maestro y como final logico el último hilo: el martirio. Todos los apostoles han gastado su vida hasta la muerte en proclamar el Evangelio de Dios. Mientras se preparaban - logistica - para la aventura con los gentiles en Antioquia, celebraban el culto al Señor y ayunaban. Dijo el Espíritu Santo: Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra que le he asignado y después de ayunar, orar e imponerles las manos los despidieron. Testimonio de San Pablo " Con saña perseguía a la Iglesia de Dios y trataba de devastarla y aventajaba a todos los fariseos coetáneos de mi linaje, celoso como nadie de mis tradiciones paternas ". El perseguidor radical y fulminante es ahora un heraldo docil y ardiente de Jesús y de su evangelio. Ahí va el carro trabado y con palos en las ruedas dirigido por Pablo y Bernabé con su primo Juan Marcos como colaborador para la hazaña apostólica y aventura misionera de la primitiva Iglesia. San Pablo y San Bernabé salieron de Antioquia probablemente en la primavera del 45 y volvieron a esta ciudad cuatro años mas tarde y subieron a Jerusalén para hacer alguna aclaración en el Concilio de Jerusalen sobre el año 50. En este mundo hay hazañas, correrias, aventuras, militares, comerciales o de turismo - todas arduas y dificiles - pero ninguna comparable a la aventura misionera de San Pablo, infiltrándose en medio de los judios, proselitos, temerosos de Dios y los gentiles. Es una alegría sumarse ahora a la comitiva para acompañarlos - avatares y peripecias - aúnque solo sea con buén espíritu y mejor ánimo.
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