SPRICH - WORTEN - 358
"PRAXEIS TON APOSTOLON " Nº.- 51
" CONCILIO DE JERUSALÉN AÑO 5O "
A pesar del arreglo y pacificación del Conflicto de Antioquia, los judeocristianos no se daban por vencidos. Seguían pretendiendo que la salvación solo podían alcanzarla los judios ya que " sin la circuncisión nadie podía salvarse " y " que no podían los paganos entrar en la Iglesia si antes no se sometían a todas las observancias de la Ley mosaica ". Pablo y Bernabé refutaron sin dificultad estas pretensiones que amenazaban alejar a los paganos del Evangelio, por eso era necesario acabar de una vez para siempre con este problema. Se decidió que Pablo y Bernabé subieran a Jerusalén para tratar la cuestión con los apostoles y los ancianos. El Concilio de Jerusalén decidió que los paganos no estaban obligados a los mandamientos de la Ley mosaica y hablo en favor de la libertad y proclamó claramente que la circuncisión y las prácticas de la Ley mosaica no eran necesarias y que la sola gracia de Cristo es suficiente para la salvación. La salvación no proviene de la Ley sino de la gracia, por lo tanto las circuncisión y las prácticas ceremoniales de la Ley han quedado superadas por la fe en Jesucristo . Después de esta declaración por parte del jefe la Iglesia la causa de Pablo estaba ganada y ningún judaizante se atrevió protestar. El propio Santiago el Menor aprobó la declaración de Pedro, se limitó a pedir que se hiciesen algunas reservas sobre la libertad cristiana para facilitar la únión y armonia de los gentiles y de los judios, propuso que prohibiesen comer a los gentiles las impurezas de los ídolos o sea la carne de los sacrificios y de la fornicación, y de los animales ahogados y de la sangre cuyo uso tenían prohibido los judios. Estas fueron las decisiones del Concilio de Jerusalén que por medio de Pablo y de Bernabe, acompañados de Judas y de Silas se comunicaron a Antioquia. Según leemos en los Hechos que la decisión y la sentencia del Concilio es la mismísima del Espíritu Santo y que así serán los concilios futuros convocados por Pedro y sucesores Papas como factor decisivo en la unidad de la Iglesia. Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros mas cargas que las necesarias. Judas y Silas bajarón a Antioquia, reunieron a la muchedumbre y entregaron la carta y al leerla se llenaron todos de alegría por estas palabras de consuelo. Pablo y Bernabé se quedaron algún tiempo preparando ya el segundo viaje y anunciando la palabra de Dios. La destrucción del templo de Jerusalén el año 70 por el emperador Tito tuvo felices consecuencias para los destinos de la Iglesia cristiana, era la abolición de la Ley mosaica despúes de haber sido abolido de derecho antes por la ley cristiana. Estos tres episodios: el Conflicto de Antioquia año 49, , el Concilio de Jerusalen año 50 y la destruccción de Jerusalén año 70 significan la decadencia y fin del judaismo.
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