domingo, 27 de noviembre de 2022

                                                             SPTICH    - WORTEN  -  374

                                                     "PRAXEIS TON APOSTOLON  "   N.-º   66

                                                    "    TERCER VIAJE DE SAN   PABLO "

" DE TROADE A MILETO " "MELÁNCOLICA  DESPEDIDA  DE LOS PRESBÍTEROS   DE EFESO " 

Estamos ya preparando  el regreso   de San Pablo   del tercer viaje, los discipulos  que   lo acompañaron  se adelantan  a tomar una nave  y  zarpan rumbo  a   Asso  -   debajo   de  Troade  donde iban a recoger a Pablo   que había decidido llegar allí  por   tierra   para visitar  las comunidades  antiguas. Cuando nos reunimos en Asso   lo  recibimos a bordo   y   llegamos  por el sur a Mitilene   siempre frente a las costas   de Misia  y Lidia  y al dia siguiente  llegamos a la altura   de Quios,  luego atracamos en  Samos  y  al dia siguiente  arribamos a Mileto -  siempre  en  el  mar Egeo   recorriendo  las costas   occidentales  de Asia  Menor  -   Turquia actual  - . No quiso  parar en  Efeso   por   falta  de tiempo, se daba prisa  porque   deseaba   estar  en Jerusalén  el dia de Pentecostés.    Desde Mileto    envio un  mensaje   a Efeso   para convocar  a los presbíteros   de la Iglesia, cuando llegaron les dijo: ( Es  una  despedida emocionada  de San Pablo  a las Iglesias    que ha fundado  y organizado  y  les habla  encendidamente sobre la misión  y tarea   de los  -  episkopoi  kai  presbyteroi  -    obispos y sacerdotes   en  la Iglesia )  . Dijo:  "  Vosotros sabeis  cómo me he comportado  en vuestra compañia   desde el primer dia  que entré en Asia, sirviendo al Señor  con toda humildad  y lágrimas  en medio   de las dificultades  que me han venido  por las  insidias   de los judios;    cómo no dejé de hacer  nada  de cuanto  podía aprovecharos   - al predicaros  y al enseñaros, en público  y en vuestras casas  - cuando anunciaba a los judios  y griegos  la conversión  a Dios    y la fe  en nuestro Señor Jesús. Ahora  encadenado por el Espíritu, me dirijo a Jerusalén, sin saber  qué me pasará allí,    presiento en mi interior  que  me esperan  cadenas  y tribulaciones.Pero en nada  estimo  mi vida, con tal   de consumar  mi carrera y el ministerio  que recibí   del Señor  Jesús  y dar testimonio   del Evangelio   de la gracia  de Dios. Sé ahora que ninguno  de vosotros,  entre quienes pasé predicando  el Reino  de Dios,  volverá a ver mi rostro.Por eso, en este dia doy testimonio  de que  estoy libre  de culpa   de la sangre  de todoss, pués  no dejé  de anunciaros  todos los  designios   de Dios. Cuidad  de vosotros y de toda la grey   en la que  el  Espíritu Santo  os puso  como obispos  para apacentar   la Iglesia  de Dios  que El  adquirio con su sangre.Sé que después  de mi marcha   se meterán  entre vosotros  lobos feroces   que no perdonarán  al rebaño, y que    de entre vosotros  mismo  surgirán  hombres   que enseñarán    doctrinas   perversas, con el fin   de arrastrar  a los discípulos  tras ellos.Debeis,   por lo tanto, vigilar  - episkopein  - episkopos  -    y  recordar  que durante  tres años  no cesé   noche y dia  de exhortaros  con lágrimas  a cada uno   de vosostros. Ahora  os encomiendo   a Dios  y a la palabra  de su gracia, que es podeorsa  para edificar y  conceder  la herencia  a todos  los santificados. No  he codiciado  nada de plata, oro  o   ropas. Sabeis  bién   que las cosas   necesarias  para mí  y los que  están conmigo las    proveyeron estas manos. Os  he enseñado  en todo  trabajando  así es como  debemos socorrer  a los necesitados  y  que hay que recordar  las palabras  del Señor  Jesús , que dijo   "  Mayor felicidad  hay  en dar que en recibir  ". En cuanto acabó  de hablar  se puso  de rodillas  y oró   con todos ellos. Entonces rompieron todos a llorar  y abrazándose  al cuello  de Pablo  le besaban,  afligidos  sobee todo  por lo que  había  dicho  de que no volverían  a  ver su rostro. Y le acompañaron a la   nave. La  nave  siguió  su periplo   por  la costa  sur  de Asia Menor  pasando  por Cos, Rhodas  y  Patara, dejando   la  isla      de Chipre  al izquierda   navegó  hasta   la   costa   de    Siria,  Tiro, Ptolemaida,  Cesarea  y llegando   en   Pentecostés  a  Jerusalén. 

 


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