SPRICH - WORTEN - 335
" PRAXEIS TON APOSTOLON " Nº.- 28
" SIMON EL MAGO - PECADO DE SIMONIA "
Desde el principio la Iglesia no solo se encuentra con persecuciones cruentas - como ovejas entre lobos - y con persecuciones literarias - contra las que responderán los grandes " Apologistas " - sino que surgen situaciones muy sofisticadas y réplicas diabólicas o magias para confundir a los creyentes. El Diablo es un perfecto imitador de Dios para ponerle la contramedida y la contra ofensa a la obra y al plan de Dios. Es la perfecta marioneta - replica " Mimelotaton " muy buena imitadora. Alguién le llamó al diablo la " Simia Dei " la " Mona de Dios " . Mientras el diacono Felipe predicaba el evangelio en Samaría con mucho éxito un tal Simón Mago tenía embaucado a la gente - pequeños y mayores - con sus artes de magia y decían " Esta es la Potencia de Dios - la Grande - lo escuchaban con fidelidad y se dejaban seducir por sus artes malabáricas. Pero cuando empezaron a escuchar el encanto y la verdad del Evangelio del Reino que anunciaba Felipe en nombre de Jesucristo, hombres y mujeres comenzaron a bautizarse, también el viejo Mago Simón despues de ser bautizado seguia asiduamente a Felipe porque veia los signos y los grandes prodigios que realizaba y estaba lleno de admiración. Al ver Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se confería el Espíritu Santo - un salto cualitativo que escapaba de sus manos - les ofreció dinero para añadir otra calidad nueva y superior a las gastadas y cotidianas artes de magia - un nuevo repertorio - para el impostor " Dadme también a mí ese poder para que cualquiera a quién yo le imponga las manos reciba el Espíritu Santo. " Pedro - primado del Colegio Apostólico - le respondió " Que tu dinero vaya contigo a la perdición, por pensar que con dinero se puede conseguir el don de Dios " tu corazón y tu codicia no es recta ante Dios, por lo tanto arrepiéntete de esta iniquidad tuya y suplica al Señor para ver si te perdona este mal pensamiento engañoso de tu corazón, porque está atado y ciego por las cadenas de la maldad y de la codicia. Pretender confundir los milagros y prodigios obrados en el nombre y con el poder de Jesucristo con los malabarismos y artes de magia. Pecado de Simonía, negociar y lucrarse con las cosas de Dios. Respondió Simon el Mago: Rogad vosotros por mi al Señor para que no me sobrevenga nada de lo que me habeis dicho. En cuanto Pedro y Juan resolvieron las gestiones que motivaron su visita a Samaría emprendieron el regreso a Jerusalén y de paso evangelizaban muchos lugares de samaritanos. Definición de Simonia en el Catecismo: compra o venta de las realidades espirituales.
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