SPRICH - WORTEN - 387
"PRAXEIS TON APOSTOLON " Nº.- 78
" VISIÓN DE SAN PABLO Y EXHORTACION A LA DOTACIÓN "
Metidos en el ojo de la tempestad llevábamos largo tiempo sin comer y entonces Pablo se alzó en medio de ellos y dijo: Mejor hubiera sido, amigos, escucharme y no habernos hecho a la mar desde Creta ( hay una prudencia humana o cuquería y la prudencia es la virtud que es sabia y sana - auriga virtutum ) , porque habríamos evitado estos peligros y estos daños y sobresaltos. Pero ahora os invito a tener bun ánimo, porque ninguno de vosotros morirá; solo se perderá la nave. Esta noche se me ha aparecido un angel de Dios - a quién pertenezco y a quién sirvo - y me ha dicho: No temas Pablo, tienes que comparecer ante el Cesar en Roma y Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo. Por lo tanto, amigos, tener ánimo. Confio en Dios que ocurrirá tal como se me ha dicho. Vamos a dar con alguna isla. La decimocuarta noche que ibamos a la deriva por el Adriatico, los marineros, a eso de la medianoche empezaron a presentir que se acercaban a tierra firme. Echaron la sonda y descubrieron que había veinte brazas y después de avanzar un poco sondearon de nuevo y descubrieron quince brazas. Temerosos de que chocásemos contra algunos escollos, echaron cuatro anclas desde popa y esperaron a que amaneciera. Como los marineros querían abandonar la nave y habiendo arriado ya el esquife al mar con el pretexto de echar las anclas de proa, Pablo les dijo al centurión y a los soldados: Si estos no permanecen en la nave, vosotros no podréis salvaros.. Entonces los soldados cortaron las amarras del esquife y lo dejaron caer. Mientras amanecía, Pablo invitó a todos a tomar alimento. Llevais hoy catorce dias llenos de tensión y en ayunas sin haber comido nada, por eso, os animo a que tomeis alimento, pués es necesario para que os salveis, porque ninguno de vosotros perderá ni un solo cabello de la cabeza. Dicho esto, tomó pan, dió gracias a Dios delante de todos, lo partió y empezó a comer. Todos los demás de animaron y tomaron también alimento. Estábamos en la nave un total de doscientas setenta y seis personas. Despúés de haber comido hasta quedar satisfechos, aligeraron la nave arrojando el trigo al mar. La virtud santa de la prudencia en este caso de naufragio apunta que para salvar la vida hay que aligerar la carga y el lastre arrojando el trigo al mar - primum vivere et postea philosophare - primero salvar la vida después ya se ira viendo y pensando como seguir llevando el tributo del trigo de Egipto a Roma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.