SPRICH - WORTEN - 401
" CORPUS PAULINUM " Nº.- 10
" PRIMERA CARTA - PROS TESSALONIKEIS - A LOS TESALONICENSES "
" PROGRESO EN LA VIDA CRISTIANA , ESPERANZA "
La certeza de la Resurrección - Anastasis tou Jesu " es una de las verdades fundamentales de nuestra fe y de la vida cristiana, es el centro de la virtud teologal de la esperanza. Así lo enseña San Pablo " Si Cristo no ha resucitado nuestra fe está vacia y esteríl ". Así lo enseña la tradición apostólica desde los primeros cristianos. Antes del cristianismo el mundo pagano hablaba de las " Necrópolis " ciudades o lugares donde depositaban a los muertos. " Necropolis " de " necros " = muerto y de " polis " = ciudad o lugar, ciudad de los muertos con el Evangelio y la Resurrección de Cristo empezó a usarse un nuevo léxico especial cristiano y familiar " Koimeterion o Cementerio " lugar donde descansan o duermen en la espera de la Resurrección como expresión de nuestra fe para referirse a los que murieron en la fe en Cristo. " Koimeterion " del verbo " Koimao " = que es dormir, descansar, esperar, reposar. Se habla de los que duermen en la esperanza de la Resurrección. Esta doctrina la recoge el Simbolo o Credo de los apóstoles y el Credo Niceno - Constantinopolitano " . Esta es nuestra fe " Creo en la Resurrección de la carne ". Seguimos " Ad litteram " la carta de San Pablo: No queremos, hermanos, que ignoreis lo que se refiere a los que han muerto, para que no os entristezcais como esos hombres que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera también Dios, por medio de Jesús, reunirá con El a los que murieron. Asi, pués, como palabra del Señor, os transmitimos lo siguiente: nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la venida del Señor - algunos estarán vivos - no nos anticiparemos a los que hayan muerto; porque cuando la voz del arcángel y la trompeta de Dios den la señal, el Señor mismo descenderá del Cielo - Parusía - o venida gloriosa - y resucitarán en primer lugar los que murieron en Cristo - es el protocolo de la resurrección y del juicio final - ; después nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados a las nubes junto con ellos al encuentro del Señor, de modo que , en adelante estemos siempre con el Señor.Por tanto, animaos mutuamente con estas palabras. Les anima a apoyarse en esta promesa y vivir esta esperanza. Cuando llegue ese momento no tendrá ventaja el que está vivo sobre los que ya hayan muerto, lo fundamental y relevante es estar siempre con Cristo, alcanzar el feliz final de la vida terrena. Nos habla la liturgia de Adviento del aquel dia del Señor - terrible y glorioso - para dar " cuenta " ante la plenitud de gloria de Jesus, Juez inaplable. Aprovechar otro tiempo de Adviento y Navidad - acercarse al que nos va juzgar nos ayudará para que " Jesús solo sea para nosotros siempre Jesús " " Jesu, Jesu esto mih i semper Jesus " rezamos. El dia y la hora de la " Parusia " es una incógnita y un enigma incierto pero nos enseña San Pablo que nuestra " Parusia " = encuentro cara a cara de cada hombre con Jesús tiene su protocolo trazado y se produce ya tras la muerte. Nos invita también a la prudente vigilancia, pués no sabemos cual será el último dia de nuestra vida.
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