viernes, 16 de diciembre de 2022

                                                                 SPRICH   - WORTEN  -  397

                                                              " CORPUS PAULINUM "  Nº.-  7

                " PRIMERA CARTA  -  PROS  TESSALONIKEIS  -  A LOS  TESALONICENSES  " " "RECUERDOS DE LA EVANGELIZACION  Y  PERSEVERANCIA DE LOS TESALONICENSES" 

San  Pablo  se mete   ya    en el meollo  y profundidades  serias, ontológicas  y   radicales    de  la vida  de fe   cristiana   porque  ve madurez  y   verdad   en  sus fieles   de Tesalonica. Pensando  en la  " Parusia   final  "    o segunda  venida  gloriosa   de  Jesús  como Juez  en el  último  dia   les exhorta  a  la rectitud   de intención  ante Dios  de todos nuestros actos  -  a quién nadie puede engañar  -   y ante los hombres, todos  estamos llamados  a la sinceridad,  a la santidad  y a la veracidad  en el hacer  y en el hablar. ¡  En el juicio final  nada dejará de pasar por el tribunal  de Dios:  pensamientos,  imaginaciones,  deseos,  palabras, acciones y omisiones,   cada acto humano  adquirirá  entonces  su verdadera  dimensión, la que tiene ante Dios, no la que tuvo ante los hombres  -  el Juez   descubrirá aquel dia  los escondrijos  y las intenciones  de los corazones  - .  Seguimos  la carta  "  Ad  litteram  " :    Conoceis bién, hermanos, que la estancia entre vosotros  no fué infructuosa, sino que,  como sabeis,   después  de haber  padecido  sufrimientos  e injurias  en Filipos, tuvimos confianza  en nuestro Dios  para predicaros  el Evangelio  de Dios en medio   de  muchos combates  y dificultades. Nuestra exhortación  no procede, por eso,  del error  ni de la impureza  ni es engañosa . Al contrario, ya que Dios nos ha encontrado  dignos  de confiarnos el Evangelio, hablamos  no como quien   busca  agradar  a los hombres  sino a  Dios, que  ve el fondo   de nuestros corazones. Como sabeis  nunca nos hemos movido  con palabras  aduladoras, ni por avaricia disimulada  - Dios  es testigo  -  ni buscando gloria humana, ni de vosotros ni de nadie. Aúnque, como apóstoles de Cristo, podríamos haber  impuesto  el peso  de nuestra autoridad, sin embargo nos comportamos  con dulzura  entre  vosotros. ¡  No  imponiendo la doctrina   sino  con mimo, dulzura, paciencia.  y  amor  de padre ! .  Como una   madre  que da alimento   y calor a sus hijos, así, movidos   por nuestro  amor, queríamos  entregaros    no solo  el evangelio   de Dios   sino   incluso nuestras propias vidas ¡ Tanto os llegamos a querer !. Pués recordais, hermanos, nuestro esfuerzo y nuestra fatiga    trabajando dia  y noche, para  no ser  gravosos  a ninguno  de vosotros, os predicamos el evangelio    de Dios. Testigos sois  y Dios también, de que  nuestra  conducta  entre vosotros, los creyentes, fuá santa, justa e irreprochable. Como un padre a sus hijos  -  lo sabeis bién  -  , a cada uno os  alentábamos  y so  consolábamos, exhortándoos  a que viviérais  de una manera  digna  de  de Dios   que os llama a su  Reino y  a su gloria. Y  por eso  también nosotros  damos gracias  a Dios  sin cesar, porque, cuando  recibisteis  la palabra   que os predicamos, la acogísteis  no como palabra humana, sino  como lo  que es en verdad:  palabra divina, que actúa eficazmente  en vosotros  los creyentes. Pués, hermanos,   os habeis hecho imitadores  de las iglesias  de Dios  que están  en Judea, en Cristo Jesús  -   esta atmósfera  huele  a  comunidades   de santos  -   puesto  que habeis sufrido  también  de vuestros compatriotas  lo mismo  que ellos  han sufrido   de los judios. Estos son los que mataron  al Señor Jesús   y a los profetas  y también  a nosotros   nos han perseguido. Y así   no solo  no agradan a Dios, sino que  se hacen enemigos   de todos los hombres, al impedir  que prediquemos a los gentiles  para que  se salven;  y así  están siempre  colmando  la medida  de su pecados. ¡ Como  el perro  del hortelano, no hacen ni dejan hacer !. Pero  la ira  contra ellos ha llegado  al límite. Toda predicación  es palabra  de Dios  como si Dios  nos   hablase por medio  de  ellos  - embajadores, apostoles   de la Palabra, transmisores  de la  revelación  o anuncio divino  - . Nota  bene.  Predicaba  un Obispo  santo  sobre  la  " Parousia  "   o   juicio  final:   Un  buén   hombre  le  replicó  "  Me   hizo gracia   que hable   usted  de la  "  cuenta "    que le pedirá  Nuestro  Señor.  Le aclaró:   No, para  usted,  no será  Juez, sino simplemente  Jesús. ¡ Podemos ser  muy amigos  del que  nos va juzgar   y cada dia debe ser mas grande   esa amistad !. 

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