jueves, 1 de diciembre de 2022

                                                                SPRICH   - WORTEN  -   378

                                                          "  PRAXEIS TON APOSTOLON "  Nº.- 70

              "  SAN PABLO  CIUDADANO  ROMANO  "  "  DISCURSO ANTE EL SANEDRÍN   " 

Terminados  los viajes   apostólicos   de  San   Pablo   en  torno   al   año  58   al   llegar  a Jerusalén    lo estaban esperando  los judios   para  perseguirlo  y   hacerlo  desaparecer  tuvo  que defenderse   -  iremos  viendo  -   con    unos    elocuentes   discursos   ante el pueblo,   ante  el sanedrin   para evitar  la flagelación   demostrando  que  era ciudadano  romano   de nacimiento  y   con otro discurso,    luego  tuvo que defenderse   en Cesarea   ante le procurador   romano  Felix   y     su    sucesor   Festo,   delante  del Rey  Herodes Agripa II   y  su mujer   Berenice   con  un postumo  y    brillante  discurso  y  por   finalmente    apeló  al Cesar  de Roma. San  Lucas   terminará  los   " Hechos  de los apóstoles  "    con el viaje  de San  Pablo  a Roma. Le  había   dicho  el Señor  mientras  sufria   toda clase  de vejaciones  en Jerusalén :   "  Pablo, mantén el ánimo, pues  igual  que has dado testimonio   de mi  en Jerusalén, así  debes  darlo también   Roma ".  En  resumen  que Pablo   salió  ileso  y  protegido   de  Jerusalén  y  fué  custodiado  por   un grupo   de  soldados  hasta     Roma   donde predicó el evangelio  hasta el  año  67   y    bajo   la  persecución  de Nerón   fué decapitado     en   "  Tre fontane "  in    San  Paolo  fuori  le mura "  "  San   Pablo extramuros  " .  Pero  ahora  sigamos   "  Ad  litteram  "    los  ultimos  capítulos   de  San Lucas. Una vez   que  terminó  Pablo su  discurso ante el pueblo  todos alzaron la voz  y dijeron   contra  Pablo   ¡ Quita  a ese  de la tierra !  ¡ No merece vivir ! Como continuaban  vociferando, agitando sus ropas  y lanzando   polvo  al aire, el tribuno  mandó conducirlo  dentro del cuartel  y dispuso  que con  azotes  le interrogaran, para saber por qué  motivo  gritaban   así contra él. Cuando  lo tenían  sujeto con correas para  azotarlo, Pablo  le dijo  al centurion  que estaba alli:  ¿  Os es lícito  azotar a un  romano  sin haberle   juzgado ? .Al oir esto, el centurión  fué al tribuno  y le dijo ¿ Que vas  a hacer ?  Este  hombre  es un ciudadano romano. Vino el tribuno y le preguntó:  Dime, ¿  Eres  de verdad romano ?  Sí,  contesto Pablo. Yo conseguí esta ciudadanía  gracias  a una fuerte   suma - replicó el tribuno -. Pués  yo  -  contestó  Pablo - la tengo  por nacimiento. Enseguida se retiraron  los que iban   a torturarle  y el tribuno  se asustó  al enterarse  de que era romano  y de que  le  había hecho  encadenar para azotarlo. Al dia siguiente, deseando  saber  con exactitud  de que  le acusaban  los judios, le quitó  las cadenas, mandó  reunir  a los príncipes     de los sacerdotes  y a todo el sanedrin, llevó a  Pablo y lo hizo  comparecer  ante ellos. Fijos los ojos   en el sanedrín  Pablo  exclamó:  ¡ Hermanos, yo me he comportado  con entera   buena conciencia  ante  Dios  hasta  este  dia  !   El sumo sacerdote    de turno Ananias  -  de temperamento  colérico  e insolente  -   ordenó a los que estaban junto a  él  que le golpeasen   en la boca. Entonces Pablo le dijo :  ¡  Dios te golpeará  a ti,  muro blanqueado !   ¿ Tu  te sientas para   juzgarme  con arreglo a la ley y contra ley   mandas golpearme  ?.Los presentes  dijeron: ¿  Ultrajas  al sumo sacerdote  de Dios ?  Respondió Pablo:  No sabia, hermanos  que era  el sumo sacerdote;  está escrito : No maldecirás al principe  de tu pueblo. Sabiendo Pablo  que unos  eran  saduceos  y otros fariseos, gritó  en medio  del sanedrín:  ¡Hermanos, yo soy fariseo, hijo  de fariseos  y se me juzga  por la esperanza  en la resurrección   de  los muertos!  Al  decir esto  se produjo  un enfrentamiento  entre fariseos y  saduceos  y se dividió  la multitud. Porque  los saduceos  dicen  que no hay  resurrección, ni ángeles  ni espíritus;   los fariseos,  en cambio,  confiesan  una y otra cosa. Se produjo  un enorme  griterío  y puestos  en pie algunos escribas   del grupo  de los fariseos  discutían:  No  encontramos  nada  malo  en  este hombre  ¿ Y si ha hablado algún espíritu o algún angel  ?   Como el alboroto  crecía  cada vez mas, temeroso  el tribuno   de que despedazaran a Pablo, ordenó  a los sodados  bajar,  sacarlo de en medio   de ellos  y conducirlo  al cuartel. Esa noche  se le apareció el Señor  y le  dijo: "  Pablo, mantén el ánimo, pués  igual  que has dado testimonio  de mi en Jerusalén, así    debes darlo  también en  Roma  " .  Pero  los pérfidos  judios   conjuraron  no comer nada hasta dar  muerte  a  Pablo.

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