lunes, 16 de enero de 2023

                                                                  SPRICH     -WORTEN  -  444

                                                                  "CORPUS PAULINUM "  Nº.-   8

                    "SEGUNDA  CARTA  -  PROS  KORINTHIOUS  -  A LOS CORINTIOS " 

                                                " EL MINISTERIO  DE LA RECONCILIACIÓN  " 

Insiste   San  Pablo  sobre  la reconciliación  seria y determinante    de cada uno   con   Dios, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura:  lo viejo pasó, ya   ha llegado  lo nuevo. En  nombre  de Cristo  os rogamos: reconciliaos  con Dios. Menos  mal  que son  " cuatro "  los que   han descubierto  el  valor  del Sacramento   de  la Reconciliación  -  perdón  de los  pecados  -   para  matar al hombre  viejo  y   estar en Cristo  -  revestidos  de  la gracia   y   perdonados  -  por  Dios   para  toda la eternidad  -  poder divino  -   porque  si son  "  cuatro cientos  o  cuatro mil "  matarían    a los pocos sacerdotes   con tanta  clientela. El  mundo  sigue teniendo  solución: el poder  omnipotente  de Dios   de perdonar   los pecados   delegado   al ministerio  sacerdotal.  La  enumeración    de las multiples  tribulaciones y trabajos  que  hubo  de sufrir  Pablo   por llevar a  cabo  la reconciliación  de los  gentiles con Dios, nos debe  mover a soportar  con firmeza  y reciedumbre  las contrariedades  de esta vida: " Nada  te  turbe, nada te espante, todo  se pasa,  Dios no se muda. Las paciencia todo lo alcanza, quién a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta "  sic  Santa  Teresa  de  Jesús . Seguimos escuchando a Pablo: Por tanto, conscientes del temor  del Señor, intentamos  persuadir  a los hombres: aparecemos  como  somos  delante    de Dios  y espero  también aparecer  como soy   delante   de vuestras  conciencias. No  vamos a recomendarnos otra vez  ante  vosotros, sino  que os damos la ocasión  para gloriaros de nosotros, a fin de que sepáis  responder  a quienes se glorían  en lo aparente  y no en el corazón. En efecto, si hacemos  el loco, es por Dios; si somos  sensatos, es  por vosotros. Porque el amor de Cristo  nos urge,  persuadidos  de que si  uno murió  por todos, en consecuencia  todos  murieron. Y murió  por todos a fin de que los que  viven,  ya no vivan para  sí,  sino para aquel  que murió  y resucitó  por ellos. De manera que  desde  ahora no conocemos a nadie  según la carne; y si conocimos  a Cristo  según la carne, ahora ya no  le  conocemos así. Por  tanto,  si alguno está  en Cristo, es una  nueva criatura:  lo viejo  pasó, ya  ha llegado  lo nuevo. Y todo proviene   de  Dios, que nos  reconcilió  con él   por medio  de Cristo  y nos  confirió  el ministerio   de la reconciliación.  Somos, pués,  embajadores   en nombre de Cristo. como si Dios  os exhortase  por medio  de nosotros.  En nombre   de Cristo  os rogamos:  reconciliaos  con Dios. A él   que no   conoció pecado, lo  hizo pecado por nosotros, para que  llegásemos  a ser  en él justicia de Dios. Cristo no tuvo pecado,  pero se hizo víctima  por el pecado  o  sacrificio  por el pecado, cargando  con los pecados  de los hombres  y ofreciéndose  en la   cruz  como   cordero   para   llevar  a cabo  la  Salvación  del mundo. Ahora podemos  afirmar sin  miedo  que estamos  en el  nuevo tiempo  de la  "  Staurocracia  "   omnipotencia  y fuerza   de la  salvación  de la cruz  " Stauros  " =  cruz.  Sabiduría  de Pablo: lejos de mi presumir  de  cosa alguna,  más que de la  cruz   de Cristo.



















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