SPRICH -WORTEN - 444
"CORPUS PAULINUM " Nº.- 8
"SEGUNDA CARTA - PROS KORINTHIOUS - A LOS CORINTIOS "
" EL MINISTERIO DE LA RECONCILIACIÓN "
Insiste San Pablo sobre la reconciliación seria y determinante de cada uno con Dios, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: lo viejo pasó, ya ha llegado lo nuevo. En nombre de Cristo os rogamos: reconciliaos con Dios. Menos mal que son " cuatro " los que han descubierto el valor del Sacramento de la Reconciliación - perdón de los pecados - para matar al hombre viejo y estar en Cristo - revestidos de la gracia y perdonados - por Dios para toda la eternidad - poder divino - porque si son " cuatro cientos o cuatro mil " matarían a los pocos sacerdotes con tanta clientela. El mundo sigue teniendo solución: el poder omnipotente de Dios de perdonar los pecados delegado al ministerio sacerdotal. La enumeración de las multiples tribulaciones y trabajos que hubo de sufrir Pablo por llevar a cabo la reconciliación de los gentiles con Dios, nos debe mover a soportar con firmeza y reciedumbre las contrariedades de esta vida: " Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. Las paciencia todo lo alcanza, quién a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta " sic Santa Teresa de Jesús . Seguimos escuchando a Pablo: Por tanto, conscientes del temor del Señor, intentamos persuadir a los hombres: aparecemos como somos delante de Dios y espero también aparecer como soy delante de vuestras conciencias. No vamos a recomendarnos otra vez ante vosotros, sino que os damos la ocasión para gloriaros de nosotros, a fin de que sepáis responder a quienes se glorían en lo aparente y no en el corazón. En efecto, si hacemos el loco, es por Dios; si somos sensatos, es por vosotros. Porque el amor de Cristo nos urge, persuadidos de que si uno murió por todos, en consecuencia todos murieron. Y murió por todos a fin de que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que desde ahora no conocemos a nadie según la carne; y si conocimos a Cristo según la carne, ahora ya no le conocemos así. Por tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: lo viejo pasó, ya ha llegado lo nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió con él por medio de Cristo y nos confirió el ministerio de la reconciliación. Somos, pués, embajadores en nombre de Cristo. como si Dios os exhortase por medio de nosotros. En nombre de Cristo os rogamos: reconciliaos con Dios. A él que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que llegásemos a ser en él justicia de Dios. Cristo no tuvo pecado, pero se hizo víctima por el pecado o sacrificio por el pecado, cargando con los pecados de los hombres y ofreciéndose en la cruz como cordero para llevar a cabo la Salvación del mundo. Ahora podemos afirmar sin miedo que estamos en el nuevo tiempo de la " Staurocracia " omnipotencia y fuerza de la salvación de la cruz " Stauros " = cruz. Sabiduría de Pablo: lejos de mi presumir de cosa alguna, más que de la cruz de Cristo.
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