SPRICH - WORTEN - 459
" CORPUS PAULINUM " Nº.- 4
" EPISTOLE PROS GÁLATAS "
" FILIACIÓN DIVINA "
Toda nuestra piedad cristiana se alimenta de este hecho: somos hijos de Dios. De ahí la piedad, el servicio, la alegría, la gloria, el honor, la alabanza, la veneración, el amor hacia nuestro Padre-Dios. El fundamento de la filiación divina está en la gracia - hijo de Dios - participación real de la divinidad, no es un metáfora, es un realidad profunda que afecta al mismo ser del hombre, afirma Santo Tomás que el hombre por ella es constituido en un nuevo ser. Añade San Pablo un " neofito " un nuevo plantado, un nuevo nacimiento. " Neofito " = nueva creatura de " Neos " = nuevo y de " Fiton " = planta. Enseña San José María: " Si tenemos asidua relación con el Espíritu Santo, nos haremos también nosotros espirituales, nos sentiremos hermanos de Cristo e hijos de Dios, a quién no dudamos en invocar - Abbá - como a Padre. " . En este capìtulo cuarto San Pablo insiste en la " descendencia de la fe " que con la encarnación del Hijo de Dios llega al momento culminante y hace un alegoria de los dos Testamentos: Agar y Sara, las dos mujeres de Abrahan. Agar, la esclava tuvo un hijo de Abrahan, que se llamó Ismael, que representa al pueblo judio, Sara, estéril, dió a luz a otro hijo, Isaac. como fruto de la promesa divina, que representa y prefigura la la herencia, nuevo pueblo de Dios, la Iglesia. Los cristianos reflejan la figura de Isaac, porque han sido constituidos - hijos - en virtud de la promesa, no por la Ley. Pero sigamos libando las lecciones de Pablo: Ahora bién, mientras el heredero es menor de edad, aunque sea dueño de todo, no se diferencia en nada de un siervo, sino que está sometido a tutores y administradores hasta el momento señalado por su padre. También nosotros cuando éramos menores de edad estábamos sujetos como esclavos a los elementos de este mundo. Pero al llegar la plenitud de los tiempos - pleroma ton jronon - envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para redimir a los que estában bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Y, puésto que sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: ¡ Abbá, Padre ! . De manera que ya nos eres siervo, sino hijo; y como eres hijo, también heredero por gracia de Dios. Pero en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servísteis realmente a los que no eran dioses. Ahora, en cambio, que habéis conocido a Dios, mejor dicho, que habéis sido conocidos por Dios ¿ Cómo es que volvéis otra vez a esos elementos sin fuerza y sin valor, a los que queréis servir de nuevo como antes ? ¡ Seguís observando cuidadosamente los diás, los meses, las estaciones y los años ! . Temo haberme esforzado por vosotros inútilmente. . Os ruego, hermanos, que seáis como yo, pués también yo me hecho como vosotros. En nada me habéis agraviado; bién sabéis que cuando os prediqué el evangelio la primera vez, por culpa de una enfermedad, a pesar de que esa situación era una prueba para vosotros, no me despreciasteis ni me rechazasteis, sino que me recibisteis como a un ángel de Dios, como al mismo Cristo Jesús. ¿ Entonces, donde está aquella alegría que manifestábais ? .Puedo atestiguar de vosotros que, de ser posible, os habríais arrancado los ojos para dármelos. ¿ Es que me he convertido en vuestro enemigo por deciros la verdad ? . El interés que muestran por vosotros no es bueno, sino que quieren separaros de nosotros, para que os entreguéís a ellos. En cambio lo que es bueno es mostrar siempre interés por el bién y no solo cuando estoy presente entre vosotros, hijos mios, por quienes padezco otra vez dolores de parto, hasta que Cristo esté formado en vosotros. Desearía estar presente ahora entre vosotros y cambiar el tono de voz, porque no sé qué hacer con vosotros. Decidme, los que queréis estar sujetos a la Ley: ¿ No habéis oído la Ley ? . Pués está escrito que Abrahan tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; en cambio, el de la libre, en virtud de la promesa. Todo esto tiene un sentido alegórico, porque estas mujeres representan los dos testamentos: uno, el del Monte Sinaí, que engendra esclavos, es Agar. La palabra " Agar " en Arabia designa el monte Sinaí y corresponde a la Jerusalén actual, que es, en efecto esclava junto a sus hijos. En cambio, la Jerusalen de arriba es libre y es nuestra madre; pués está escrito: Alégrate, estéril, que no das a luz; rompe en gritos de júbilo, tú que no sufres dolores de parto, porque son muchos los hijos de la abandonada, más que los de la que tiene marido . Vosotros, hermanos, como Isaac, sois hijos de la promesa. Pero al igual que entonces el que había nacido según la carne perseguía al nacido según el espíritu, así sucede también ahora. Pero ¿ Qué dice la Escritura ? .Expulsa a la esclava y a su hijo, pués no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. Por tanto, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre. Los cristianos de hoy damos la impresión de que no distinguimos y no sabemos en que testamento estamos. Esta el verdad última y feliz : somos hijos de Dios y no da lo mismo. ¡ Que pena y que vergüenza tener que escuchar, los cristianos de hoy, las palabras de la Escritura: No deís margaritas ni perlas a los cerdos ! Por no saber apreciar y vivir esta dignidad y categoria de ser hijos de Dios.
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