lunes, 16 de enero de 2023

                                                               SPRICH    -WORTEN  -443

                                                             "  CORPUS PAULINUM "  Nº.-  7

                      "SEGUNDA CARTA  -  PROS  KORINTHIOUS - A LOS CORINTIOS.  "

                                                       "TRIBULACIONES  DEL APOSTOL "

Ya  en estos primeros  capítulos   de la carta  vamos entendiendo  porqué   los  escrituristas   la  califican   de  la  " Carta   de las  lágrimas  "   por las tribulaciones, sufrimientos   y  preocupaciones   físicas  y  morales   de  sus   entrañables   y queridas  comunidades. Pablo  aprovecha  para hablarles   de la  entidad  y  esencia     de la vida cristiana  -  pasión y muerte   de Cristo  y la esperanza firme del Cielo - . Los cristianos, si quieren imitar a Cristo  deben unirse a  su Cruz  a través de los sufrimientos  que se presentan en la vida  y en la búsqueda voluntaria  de la mortificación  y de la renuncia. Así  bellamente  nos  lo recuerda  además  un antiguo     Pseudo Macario, Padre   ermitaño   del  yermo-desierto  egipcio: " Si ambicionas  la estima de los hombres  y ansías  ser considerado o apreciado  y no buscas   mas que una vida placentera, te has desviado  del camino.....En  la ciudad  de los santos  -  el cielo  -  solo  se permite  la entrada  y descansar  y reinar   con el Rey   por los siglos eternos  a los que  pasan  por  la vía áspera, angosta  y estrecha    de las tribulaciones " . Escuchemos   la eterna  palabra   de Dios:  Pero llevamos  este tesoro  en vasos   de barro, para que  se reconozca  que la sobreabundancia  del poder  es de Dios  y que no proviene  de nosotros:  en todo  atribulados,  pero no angustiados;  perplejos, pero  no desesperados;  perseguidos, pero  no abandonados;  derribados, pero  no aniquilados;   llevando siempre  en nuestro cuerpo el  morir  de Jesús, para que  que también  la vida  de Jesús  se manifieste  en nuestro  cuerpo. Porque  nosotros, aúnque  vivimos, nos movemos  continuamente entregados  a la muerte   por  causa   Jesús, para que también  la vida de Jesús  se manifieste  en nuestra carne mortal. De manera  que nosotros actúe  la muerte  y en vosotros   la vida. Pero teniendo el mismo espíritu  de fe  -  según está escrito:   Creí,  por eso  hablé .  también   nosotros  creemos  y por eso  hablamos, sabiendo  que quién  resucitó  al Señor  Jesús  también  nos   resucitará con Jesús   y nos pondrá  a su lado  cono  vosotros. Porque  todo  es  para vuestro bién, a fin de que   la gracia, multiplicada a través de muchos, haga abundar   la acción  de gracias  para la gloria  de Dios. Por eso  no desfallecemos; al contrario, aúnque  nuestro  hombre exterior  se vaya desmoronando, nuestro hombre interior  se va  renovando  dia a dia. Porquee  la  leve tribulación  de un instante  se  convierte  para nosotros, incomparablemente, en una gloria eterna  y consistente, ya que  nosotros  no ponemos nuestros ojos  en las cosas  visibles, sino  en las invisibles;  pués  las visibles  son pasajeras  y en cambio  las invisibles, eternas. Porque sabemos  que,  si la tienda  de nuestra mansión terrena  se deshace, tenemos  un edificio que es  de Dios, una  casa  no hecha  por mano  de hombre, sino eterna, en los cielos. Y así gemimos  en esta   tienda  anhelando  revestirnos   de nuestra mansión  celestial, si es que entonces somos encontrados  vestidos  y no desnudos .  Realmente mientras   moramos  en esta  tienda, gemimos   oprimidos, porque   no queremos  ser desvestidos, sino  revestidos, para que  los mortal  sea absorbido  por la vida. Pero  quién  nos  ha preparado  para este fin es Dios, el cual  nos ha dado  como arras   el Espíritu. Por eso,  siempre estamos  llenos  de buén  ánimo, aún sabiendo  que mientras  moramos  en el cuerpo, estamos  en destierro  lejos del Señor, pués caminamos en la fe  y no en la visión. Así pués, estamos  llenos   de buén ánimo  y preferimos  salirnos  de este cuerpo  y  volver junto al Señor. Por eso,  tanto ahora  en el cuerpo  como  fuera de él, nos empeñamos  en agradarle. Porque  todos debemos  comparecer  ante el tribunal  del Cristo, para que  cada uno  reciba   conforme   a lo bueno o malo  que hizo  durante  su vida mortal.  Las  palabras   de San  Pablo  nos  exhortan  a  esforzarnos  en esta   vida   por ser gratos al Señor. Nos anuncia en la pantalla   de la vida  la " existencia   del  juicio  particular "   al final de  nuestro recorrido   como  nos enseña  el Catecismo   " Cada  hombre, después de morir, recibe  en su alma inmortal  su retribución  eterna  en un juicio  particular " .

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