miércoles, 11 de enero de 2023

                                                         SPRICH   -  WORTEN   - 438

                                                        "CORPUS PAULINUM  "  Nº.-  3

                "SEGUNDA  CARTA  - PRO  KORINTHIOUS   - A LOS CORINTIOS " 

                               "PROTOCOLO " " SALUDOS   Y ACCION  DE GRACIAS  "

Si  no fuera por aquellas raices,   tú  y  yo  no tendriamos  hoy   estas ramas  y  estos   frutos  de la misma  gracia y de   la misma  paz. Así  de bonito   abre la  segunda  carta  San Pablo  a los corintios  "  A  vosotros  la gracia y la paz  "   lo mejor  y  mas preciado bíen   de todo ser humano,    Alfa  y la Omega  de  la  existencia  humana,  si no  tenemos la gracia -  somos uns desgraciados  y desalmados  -  y si  no  tenemos   la  paz  ¿  Qué  sentido tiene la vida ?. El Santo  y Sabio   Tomás de Aquino  comenta  este saludo  del apóstol:  " El primer bién  del  mundo  es la gracia, que es el principio   de todos los bienes......El último   de todos los bienes  es la paz  ¡ Pax  vobiscum !   ¡  Paz a vosotros ! .....Saludo  divino,   porque de cualquier manera  que se emplee  esta  palabra , paz, tiene  razón   de fin  -   logro,  meta, vida,  progreso, éxito  -   en la gloria eterna,  en cualquier  gobierno  o modo  de vida, el fin es la paz. Después  de tantas generaciones  y  combinaciones  -  2000  años  -   estamos disfrutando  de la misma  gracia  y   de aquella misma   paz  -  la unica  paz verdadera   y eterna  -    de  los  Corintios  de parte  de Dios,  nuestro Padre   y del Señor  Jesucristo. ¡ Ciudadano  moderno y europeo !  No nos engañemos que  no puede haber   paz   de verdad  sin Dios  ni salvación  eterna  sin  gracia   de Dios. San  Agustín  aporta: "  Señor,  nos has hecho  para Ti  y sin  Ti no puede haber  quietud,  ni  descanso, ni  paz  ni vida ". Nos  encarrilamos  ya  en la carta:  Pablo, apóstol   de Cristo  Jesús   por voluntad  de Dios  y   Timoteo, nuestro hermano, a la   iglesia   en Corinto  y a todos los santos  que están  por toda  Acaya:  a vosotros  la gracia  y la paz  de parte de Dios, nuestro Padre  y del  Señor Jesucristo. Bendito  sea el Dios  y Padre  de nuestro  Señor Jesucristo, el Padre  de las misericordias  y Dios  de toda  consolación,  que nos consuela  en todas   nuestras   tribulaciones, para  que   también  nosotros  seamos  capaces   de consolar  a los que  mediante el consuelo  con que nosotros mismos  somos consolados  por Dios.( Bueno  y santo deseo  tener  la misma terapia   y medicina   que  tiene Pablo - medicina  panacea  como la   yerba-buena  de la abuela  que todo  los cura) . Porque, así  como abundan en nosotros los padecimientos  de Cristo, así abunda también  nuestra  consolación  por medio  de Cristo. Pués,  si somos  atribulados, es para consuelo  y salvación  vuestra;  si somos  consolados, es para   vuestro  consuelo, que muestra  su eficacia  en la paciencia  con que soportáis  los mismos sufrimientos  que nosotros. Y es firme  nuestra esperanza acerca    de vosotros, porque  sabemos  que así  como sois solidarios en os  padecimientos, también  lo seréis  en la consolación. En efecto,  no queremos  que ignoréis, hermanos,  la tribulación  que nos sobrevino  en Asia, porque  nos  vimos  abrumados  hasta el límite, tanto,  que ya no  esperábamos  salir con vida. Es más, aún dentro  de nosotros  hemos sentido  la sentencia de muerte, para que  no confiásemos  en nosotros mismos  sino en Dios, que  resucita  a los muertos. Ël  nos libró  de un peligro   mortal,  y seguirá librándonos.( Parece   referirse  al motin  del  platero  de  Artemisa, Demetrio,  en  Efeso  porque  aflojaba  el negocio   de los iconos  a  los  idolos ).  En   Dios  tenemos puesta  la esperanza   de que continuará  librándonos, cooperando  también vosotros  con la oración en favor nuestro, para que  la gracia  que se  nos concedió  por las plegarias   de muchos, sea agradecida  por muchos  en nuestro nombre. Desde  la  conversión  de  Pablo, toda  su vida, según cuenta,  fué  " A perículis  cunctis, libera nos, Domine "  "  Líbranos, Señor, de todos  los peligros: por tierra, por mar y   por aire   -   porque   encontrar a Jesús  es encontrarse  con la cruz.


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