SPRICH - WORTEN - 446
"CORPUS PAULINUM " Nº.- 10
"SEGUNDA CARTA - PROS KORINTHIUOS - A LOS CORINTIOS "
" ALEGRÍA DE LAS NOTICIAS TRAIDAS POR TITO "
La vida vieja y pagana de los corintios quedó atrás después de la conversión a Dios, pasaron de la vida diaria en pecado a la vida diaria de la gracia - vida cristiana - plenitud vida, inhabitación del Dios, Uno y Trino en el alma en gracia, como cualquier cristiano de hoy, la fe es para vivirla, mueve e informa toda nuestra vida, Dios nos pide servirle con la vida y las obras, con todas las fuerzas del alma y del cuerpo, la fe - es un motor - es algo vital para todos lo dias, vivir con arreglo a lo que se cree - no solo los domingos o en otras ocasiones - . No puede ser la fe una capa externa que se pone o se quita, es la esencia entrañable de nuestra vida, es un despliegue de la toda la existencia humana - pensamientos, decisiones, comportamientos, vida - prorsus diversa - totalmente diversa de una vida pagana y sin Dios. Pero seguimos la teologia y las enseñanzas cristianas de Pablo: No os unzáis a un mismo yugo con los infieles. Porque ¿ Qué tiene que ver la justicia - santidad - con la iniquidad ? ¿ O qué tiene de común la luz y las tinieblas ? ¿ Y qué armonía cabe entre Cristo y Belial ? ¿ O qué parte tiene el creyente con el infiel ? ¿ Y cómo es compatible el templo de Dios con los ídolos ? . Porque vosotros sois templo de Dios vivo, según dijo Dios: Yo habitaré y caminaré en medio de ellos, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Por eso, salid de en medio de ellos y separaos, dice el Señor. No toquéis nada impuro, y Yo os acogeré y vosotros seréis para mi hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.. Por tanto, queridísimos, teniendo estas promesa, purifiquémonos de toda mancha de carne y de espíritu, llevando a término la santificación en el temor de Dios. Hacednos un sitio en vuestros corazónes. Con nadie nos hemos portado injustamente, a nadie le hemos cometido fraude. No hablo con intención de condenaros; porque ya os he dicho que estáis en nuestro corazón, para morir y vivir juntos. Tengo mucha confianza al hablaros, me siento muy orgulloso de vosotros: estoy lleno de consuelo, rebosante de gozo en todas nuestras tribulaciones. Porque cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo tranquilidad alguna, sino que fuímos atribulados en todo: por fuera, luchas; por dentro, temores. Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la llegada de Tito; y no solo con su llegada, sino también con el consuelo que le habéis proporcionado, comunicándonos vuestra ansia, vuestro llanto, vuestro celo por mi, de manera que mi alegría creció aún más. :Pués aúnque os entristecí con mi carta, no me arrepiento. Y aúnque me llegué a arrepentir -viendo que aquella carta, aúnque fuera sólo por un momento, os entristesció - ahora me alegro, no porque os entristeciera, sino que porque vuestra tristeza os movió a penitencia, pués os entristecisteis según Dios - arrepentimiento y conversión - de manera que no habéis padecido ningún daño por causa nuestra. Porque la tristeza según Dios produce un arrepentimiento saludable, del que uno jámás se arrepiente; mientras que la tristeza del mundo produce la muerte. En efecto, mirad cuanto desvelo os ha ha causado esta tristeza según Dios; es más: qué excusas, qué indignación, qué temor, qué ansia, qué celo, qué castigo. En todo habéis demostrado ser inocentes en este asunto. Por eso, si os escribí, no fué a causa del que cometió el agravio ni a causa del que sufrió, sino para que se manifestara antes Dios vuestro desvelo por nosotros. Esto es lo que nos ha consolado. Pero aparte de este consuelo nuestro nos alegramos mucho más por el gozo de Tito, ya que su espíritu ha sido reconfortado por todos vosotros - lazos de familia y sincronización en la santidad - . Porque si en algo me había gloriado de vosotros ante él, no he quedado avergonzado, sino que así como en todos os había dicho la verdad, así también ha resultado verdadero nuestro motivo de gloria ante Tito. Y su cariño hacia vosotros se acrecienta aún más al recordar vuestra obediencia unánime, como le recibísteis con temor y temblor. Me alegro de poder confiar para todo en vosotros. Otra enseñanza paulina, cuando se reprende o corrige fraternalmente se busca siempre el bién de la persona corregida - corrección fraterna -. Apunta San Agustín : " Debemos corregir por amor, no con deseo de hacer daño, sino con la cariñosa intención de lograr su enmienda ".
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