SPRICH -WORTEN - 442
"CORPUS PÀULINUM " Nº.- 6
" SEGUNDA CARTA - PROS KORINTHIOUS - A LOS CORINTIOS "
" GRANDEZA Y ESPLENDOR DEL MINISTERIO APOSTÓLICO "
No es posible pensar en algún trabajo mas hermoso y generoso que la evangelización ni en nada que sea de mas provechoso al hombre. Pero no es para mí un orgullo - dice Pablo - sino mi misión y obligación - oportune et importune - a tiempo a destiempo ¡ Ay de mí si no predicara !. San Pablo aduce tres razones para avalar la dignidad y grandeza del ministerio apostólico: pertenece a la Nueva Alianza " Id y predicad " a las almas y corazones que salgan a los balcones para escuchar el anuncio del Evangelio que supera las tablas de piedra de la Antigua Alianza; que tiene mayor esplendor y gloria que el de Moisés y se basa en el Espíritu de la verdad y la libertad y no en el texto escrito en piedra que necesita ser desvelado. La enseñanza final es clara: en Cristo, por el Espíritu Santo, podemos participar de la vida divina. Así como el rostro de Moisés reflejaba la gloria de Dios, tras estar con El en el Sinaí, los cristianos reflejan en su vida la gloria de Cristo, al que contemplan mediante la fe. Escuchamos al Espíritu Santo que dicta e inspira la carta de Pablo: ¿ Comenzamos de nuevo a recomendarnos a nosotros mismos ? ¿ O acaso necesitamos, como algunos, cartas de recomendación para vosotros o de vuestra parte ? . Nuestra carta sois vosotros, escrita en nuestros corazones, conocida y leida por todos los hombres, pués es notorio que sois una carta de Cristo, redactada por nuestro ministerio y escritas no con tinta sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra sino en tablas que son corazones de carne. Y esta confianza la tenemos por Cristo ante Dios. No es que por nosotros seamos capaces de pensar algo como propio nuestro, sino que nuestra capacidad viene de Dios, el cual también nos hizo idóneos para ser ministros de una nueva alianza, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. Pués si el ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, resultó glorioso, hasta el punto de que los hijos de Israel no podían fijar su vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, que era perecedera ¿ Con cuánta mayor razón será más glorioso el ministerio del Espíritu ? . Porque si el ministerio de la condenación fué glorioso, mucho más abunda en gloria el ministerio de la justicia. Y verdaderamente, aquella glorificación de ser gloriosa en comparación con esta gloria eminente. .Porque si lo perecedero pasó por un momento de gloria, con mucha mas razón lo duradero permanecerá en gloria. Teniendo, pués, esta esperanza, procedemos completamente confiados, y no como Moisés, que se ponía un velo sobre la cara para que los hijos de Israel no se fijasen en el final de lo que esta destinado a perecer. Pero sus inteligencias se embotaron. En efecto, hasta el dia de hoy perdura en la lectura del antiguo testamento ese mismo velo, sin haberse descorrido, porque sólo en Cristo desaparece; verdaderamente, hasta hoy, siempre que se lee a Moisés, está puesto un velo sobre sus corazones; pero cuando se conviertan al Señor, será quitado el velo. El Señor es Espíritu y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. Todos nosotros, que con rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, vamos siendo transformados en su misma imagen, cada vez mas gloriosos, conforme obra en nosotros el Espíritu del Señor. Todavía hoy está el mismo y único peligro " la incredulidad ", es decir, el dios de este mundo que ciega la inteligencia de los hombres para que no vean la luz del Evangelio. El mundo está y sigue con el ciego y viejo Pablo del caballo y no con el Pablo del espíritu del Evangelio.
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