SPRICH -WORTEN - 449
"· CORPUS PAULINUM " Nº.- 13
" SEGUNDA CARTA - PROS KORINTHIOUS - A LOS CORINTIOS "
" RESPUESTA A ALGUNAS ACUSACIONES "
" El que se gloría, que se gloríe en el Señor " este el el manantial que provoca las lágrimas de Pablo por su conducta y sinceridad en el trabajo de evangelización y respuesta a las acusaciones y ataques de los Corintios. San pablo no es voluble en sus enseñanzas y doctrinas, apologias y decisiones. Otros que proceden y militan según la carne - no según la gloria de Dios - ponen su fin en los bienes materiales y orientan sus obras para conseguir lo que es de la carne. Y como esto se lo pueden arrebatar, se comportan con blandura, flojera y sumisión con los demás con la falacia de la demagogia. La palabra de Dios no tiene rebajas. Las Cartas de San Pablo - inspiradas por el Espíritu Santo - son piezas claves y fundamentales de nuestra fe cristiana, en la Iglesia, en la teologia, en la catequesis, en la oración, en la liturgia de la Eucaristia, la lectura de las cartas y del Evangelio configuran y completan la " Liturgia de la Palabra " en cada Santa Misa. Pero ahora seguimos con el capítulo diez de esta segunda carta, donde Pablo hace la apologia de su persona en la polémica con sus adversarios de Corinto. Se defiende de las acusaciones de debilidad en el ejercicio de su misión apostólica y de vanagloria por su trabajo. Compara sus títulos honor con los de sus adversarios. Finalmente indica que esta apologia va orientada a los Corintios antes de su próxima e inminente visita. Seguimos " Ad litteram " : Yo personalmente, Pablo, cunado estoy presente entre vosotros soy tímido, pero ausente soy audaz - os exhorto por la mansedumbre y la benignidad de Cristo. Ruego que, cuando esté presente, no tenga que mostrarme audaz, con la confianza con que pienso obrar resueltamente contra algunos que nos tienen como si procediésemos según la carne. Porque, aunque vivimos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestro combate no son carnales, sino que Dios las hace poderosas para derribar fortalezas: deshacemos sofismas y toda altanería que se levanta contra la ciencia de Dios y sometemos a la obediencia de Cristo, como a un prisionero, a todo entendimiento, dispuestos a castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea completa. Sólo véis según las apariencias. Si alguno se cree que es de Cristo, que tenga también en cuenta esto: tan de Cristo somos nosotros como él. Pués aúnque yo me excediera un poco en gloriarme de la potestad que el Señor nos dió para vuestro bién y no para vuestra ruina, no tendría de qué avergonzarme. Y que nadie piense que pretendo atemorizaros con mis cartas. Porque hay quién dice: " Sus cartas son duras y fuertes , pero en persona es poca cosa y su palabra no vale nada " . Que tenga en cuenta ése que lo mismo que decimos en nuestras cartas, estando ausentes, eso mismo haremos cuando estemos presentes. Porque no nos atrevemos a equipararnos ni a compararnos con algunos que se recomiendan a si mismos; pués ellos, midiéndose según su opinión y tomándose a si mismos por medida, proceden con insensatez. Nosotros, en cambio, no nos gloriaremos desmedidamente, sino que tomamos por medida los límites Dios nos ha asignado, que también os deben alcanzar a vosotros. Al incluiros no nos hemos excedido, porque nosotros fuímos los primeros en predicaros el Evangelio de Cristo. No nos gloriamos desmedidamente atribuyéndonos los frutos del trabajo ajeno, sino que tenemos la esperanza de que, creciendo vuestra fe, con vosotros nuestros límites se ampliarán cada vez más, hasta evangelizar a los que están mas allá de vosotros, sin gloriarnos en campo ajeno con trabajos ya realizados por otros. " El que se gloría, que se gloríe en el Señor ". Pués no es hombre probado quién se recomienda a si mismo, sino aquel a quién el Señor recomienda. Logicamente Satanás - enemigo de la fe - sentía envidia de la santidad de la primitiva comunidad de Corinto lo mismo que los adversarios que pretendían anunciar otro Cristo y corromper los pensamientos de los Corintos, por eso Pablo entre lágrimas, rezando y con audacia les advertía que se mantengan - fortes in fide - defensores de la fe recibida aúnque vengan otros " superapóstoles " e incluso ángeles a contaros algo distinto del evangelio que habéis recibido y abrazado con orgullo y que yo con lágrimas os he anunciado. El Espíritu Santo, Espíritu de la verdad de Dios, el Espíritu de ayer y de hoy no tiene " plan B ". Pero sí, tiene una alternativa, la mentira que abandera el mundo de hoy.
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