SPRICH -WORTEN - 489
" CORPUS PAULINUM " Nº.- 1
" EPISTOLE PROS TIMOTEON - A TIMOTEO "
" SALUDO Y VERDADERA DOCTRINA "
San Pablo exhortaba de esta manera a Timoteo: " Guarda el depósito a ti confiado, evitando las vanidades impías y las contradicciones de la falsa ciencia que algunos profesan, extraviándose de la fe ". Con esta expresión " Depósitum fidei " la Iglesia sigue designando al conjunto de verdades que recibió del mismo Cristo y que ha de conservar hasta el final de los tiempos. De forma magistral lo afirma San Vicente de Lerins con esta sentencia o regla tradicional porque la verdad de la fe no cambia con el tiempo y no se desgasta a través de la historia: " Quod ubique, quod semper, quod ab omnibus .....lo que en todas partes, lo que siempre, lo que por todos se ha creido, eso debe mantenerse como formando parte del " depósitum fidei " porque el Credo no cambia, no envejece, no se deshace. La exhortación a Timoteo se centra en el deber de preservar la recta doctrina, frente a las falsas interpretaciones, tal como hizo San Pablo. Una de las cuestiones mas importantes que tuvieron que afrontar las primeras comunidades cristianas, entre ellas la de Efeso, fué el discernimiento y mantenimiento de la fe genuina, ya que se daban interpretaciones particulares, algunas muy pegadas a las tradiciones judias y otras impregnada de elementos de religiosidad y filosofías helenistas , extrañas al mensaje cristiano, por eso era la primera responsabilidad de quién presidía la comunidad que consistía en vigilar - episkopein - episkopos - obispo - por la recta doctrina. Pero entremos en la carta: Pablo, apóstol de Cristo Jesús por disposición de Dios, nuestro Señor y de Cristo Jesús, nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe: gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Ya te encarecí, al marcharme a Macedonia, que permanecieras en Efeso para que ordenases a algunos que no enseñaran doctrinas diferentes, ni prestaran atención a mitos y genealogias interminables, que más que servir al designio de Dios en la fe fomentan discusiones. El fin de este mandato es la caridad, que brota de un corazón limpio, una conciencia buena y una fe sincera. algunos, al apartarse de esto, se han convertido en charlatanes, pretendiendo ser doctores de la ley cuando no entiende lo que dicen ni lo que rotundamente afirman. Sabemos que la Ley es buena si uno la usa legitimamente, teniendo en cuenta que la Ley no se ha dado para el justo sino para quienes no admiten norma ni sometimiento, para los impios y pecadores, sacrílegos y profanadores, parricidas y matricidas, homicidas, adúlteros, sodomitas, traficantes de hombres, mentirosos, perjuros y para todo cuanto se opone a la sana doctrina, según el Evangelio de la gloria de Dios bienaventurado, que me ha sido confiado. Doy gracias a aquel que me ha llenado de fortaleza, a Jesucristo nuestro Señor, porque me ha considerado digno de su confianza al conferirme el ministerio, a mí, que antes era blasfemo, perseguidor e insolente. Pero alcancé, misericordia porque actué por ignorancia cuando no tenía fe. Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con la fe y la caridad en Cristo Jesús. Podéis estar seguros y aceptar plenamente esta verdad que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores y de ellos el primero soy yo. Pero por eso he alcanzado misericordia, para que yo fuera el primero en quién Cristo Jesús mostrase toda su longanimidad y sirviera de ejemplo a quienes van a creer en él para llegar a la vida eterna. Al rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amen. Este mandato te confío, Timoteo, hijo mío, conforme a las profecías hechas sobre ti anteriormente: que de acuerdo con ellas milites en este noble combate, mantengas la fe y la buena conciencia. Algunos, por haberla desechado, naufragaron en la fe. Entre ellos están Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar. Nota bene: la fe es un don gratuito de Dios que se puede perder. Lo advierte San Juan Crisóstomo: " El que dice adiós a la vida cristiana se forma una creencia semejante a sus costumbres " es decir, el que no vive como piensa, termina pensando como vive, inventando una fe falsa y a la carta.
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