domingo, 12 de febrero de 2023

                                                                SPRICH    -WORTEN  -  489

                                                           " CORPUS PAULINUM "  Nº.- 1

                                         "  EPISTOLE  PROS   TIMOTEON  - A TIMOTEO " 

                                             "  SALUDO Y VERDADERA DOCTRINA " 

San Pablo exhortaba  de esta manera   a Timoteo:   " Guarda el depósito   a ti confiado, evitando  las vanidades  impías  y las contradicciones   de la falsa   ciencia  que algunos  profesan, extraviándose de la fe  ".  Con esta expresión  " Depósitum fidei  "  la Iglesia  sigue designando   al conjunto    de verdades   que recibió   del mismo Cristo  y que ha de  conservar  hasta el final de los  tiempos. De forma  magistral  lo afirma   San   Vicente  de  Lerins    con  esta  sentencia   o    regla  tradicional  porque la verdad  de la fe  no cambia con el tiempo   y no se desgasta a través de la historia:  "  Quod  ubique, quod  semper, quod ab omnibus  .....lo  que en todas partes, lo que siempre,  lo       que por   todos    se ha creido, eso debe mantenerse   como formando parte   del  " depósitum  fidei  "    porque   el Credo  no cambia,  no envejece, no se deshace. La  exhortación   a  Timoteo  se centra  en el deber   de preservar  la recta  doctrina, frente  a las falsas  interpretaciones, tal como  hizo San Pablo. Una   de las cuestiones  mas importantes que tuvieron  que afrontar  las primeras  comunidades  cristianas, entre ellas  la de Efeso, fué  el  discernimiento  y mantenimiento   de la fe genuina, ya  que  se  daban   interpretaciones  particulares, algunas  muy pegadas   a las tradiciones   judias  y otras  impregnada   de elementos   de religiosidad  y  filosofías   helenistas , extrañas  al mensaje   cristiano, por eso   era la primera responsabilidad  de quién presidía  la comunidad   que    consistía   en vigilar  - episkopein  - episkopos -  obispo  -     por la recta doctrina. Pero  entremos  en la carta:  Pablo, apóstol   de Cristo Jesús   por disposición    de Dios,  nuestro Señor  y de Cristo  Jesús, nuestra  esperanza, a Timoteo, verdadero  hijo   en la fe: gracia, misericordia  y paz   de parte  de Dios Padre  y de Cristo  Jesús, Señor  nuestro. Ya  te encarecí, al marcharme a Macedonia, que permanecieras en Efeso    para  que  ordenases  a algunos  que   no enseñaran  doctrinas  diferentes, ni    prestaran  atención  a mitos  y genealogias   interminables, que más  que servir  al designio   de Dios  en la fe  fomentan  discusiones.  El fin  de este  mandato es la caridad, que brota  de un corazón  limpio, una conciencia  buena  y una fe  sincera. algunos, al apartarse  de esto,    se han convertido  en charlatanes,  pretendiendo ser doctores  de la ley cuando  no entiende  lo que dicen  ni lo  que  rotundamente  afirman. Sabemos que la Ley  es buena  si uno   la usa  legitimamente, teniendo  en cuenta  que la Ley  no se ha dado  para el justo  sino  para quienes  no admiten  norma  ni sometimiento, para los impios  y pecadores, sacrílegos  y  profanadores, parricidas  y matricidas, homicidas, adúlteros, sodomitas, traficantes   de hombres, mentirosos, perjuros  y para todo  cuanto  se opone  a la sana doctrina, según el Evangelio  de la gloria  de Dios  bienaventurado, que  me ha  sido   confiado. Doy gracias  a aquel   que me  ha llenado    de fortaleza, a Jesucristo  nuestro  Señor,  porque  me ha  considerado  digno  de su  confianza  al conferirme el ministerio, a mí,  que antes era blasfemo, perseguidor  e insolente. Pero  alcancé, misericordia  porque  actué por ignorancia cuando no tenía  fe. Y  sobreabundó en mí  la gracia  de nuestro  Señor, junto  con la fe  y la caridad  en Cristo  Jesús. Podéis estar seguros  y aceptar  plenamente  esta verdad  que Cristo Jesús   vino al mundo  para salvar  a los pecadores  y de ellos  el primero soy yo. Pero  por eso  he alcanzado  misericordia, para  que yo  fuera  el primero   en quién Cristo  Jesús  mostrase  toda su  longanimidad    y sirviera  de ejemplo  a quienes van  a creer  en   él  para llegar  a la vida eterna. Al rey de los siglos, al inmortal,  invisible y único  Dios, honor y  gloria  por los siglos de los siglos. Amen. Este mandato te confío,   Timoteo,  hijo mío,  conforme  a las profecías  hechas  sobre  ti anteriormente:  que de acuerdo  con ellas  milites  en este   noble  combate, mantengas  la fe  y la buena  conciencia. Algunos, por haberla  desechado, naufragaron  en la fe. Entre ellos  están  Himeneo  y Alejandro, a quienes  entregué a Satanás   para que    aprendan  a no blasfemar. Nota  bene:   la  fe es un   don  gratuito   de Dios que se puede perder. Lo  advierte  San Juan Crisóstomo:  "  El que dice adiós a la  vida cristiana  se forma   una creencia    semejante  a sus costumbres "   es decir,   el que no vive como piensa, termina  pensando como  vive,  inventando  una  fe  falsa y a la carta.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.