miércoles, 8 de febrero de 2023

                                                             SPRICH    -WORTEN   -482 

                                                            "CORPUS PAULINUM  "  Nº.- 1

                                      "EPISTOLE   PROS KOLASSAEIS  - A LOS COLOSENSES " 

       " PRESENTACIÓN  "      " HIMNO CRISTOLÓGICO "   SOBRE LA  PRIMACIA  DE CRISTO "  

Pablo  vigila,  ratifica  y  bendice  la labor apostólica  de su  colaborador  Epafras   y manifiesta la  alegría    por la fe de los colosenses. Con la  expresión   "    poder   de las tinieblas "   designa   la situación   de esclavitud   bajo el yugo    del demonio  en la que se encuentra  el hombre  que está en pecado  mortal. El bellísimo himno  " al Señorío    de Jesucristo  "  sobre toda la creación   evoca  el prologo     del Evangelio    de San Júan :   En  arjé  =   in principio  erat     Verbum.......  y el comienzo    del  Genesis:    En  arjé:  bereshit   bará ......En  principio   creó  Dios el cielo y la tierra. La  expresión   "  imagen  del Dios invisible  "  significa  la identidad   de naturaleza   divina  entre el Padre y el Hijo  y alude también  a que el Hijo  procede del Padre, sin que el Padre  proceda  de  El "  .  Al   llamarle   a Jesucristo  "   primogénito "     del Padre   indica   que no solo  es anterior  a todas  las creaturas, sino que  todas  han sido creadas  " en él ",  " por él  "  y    " para él " . En  él,  - en Jesucristo  -  como en su principio  y su centro. como su modelo  o causa ejemplar;  "  por él  "  , porque  Dios  Padre, por medio   de Dios Hijo, crea  todos los seres;  y   "  para él " ,    `porque  Cristo   es el fin  último   de todo. Y añade  "  que todas las cosas   subsisten  en él "  esto es,  que Cristo  las conserva  en el ser.  Pero  "  Veniamus  ad quaestionem  nostram:  Nos  metemos en nuestra   asunto  la  carta  a los  Colosenses:   Pablo, apóstol   de Cristo Jesús  por  la voluntad   de Dios  y Timoteo, el  hermano, a los santos  y   fieles  hermanos  en Cristo  que están  en Colosas:   la gracia y la paz  de Dios, nuestro Padre  estén con vosotros.  Demos gracias  a Dios, Padre   de nuestro Señor  Jesucristo, orando siempre   por vosotros, al  llegarnos noticias   de vuestra  fe en Cristo  Jesús   y del amor  que tenéis  a todos   los santos, a causa   de la esperanza  en lo que  os está    reservado    en los cielos. De ello  ya habéis  sido instruidos   al recibir  la palabra   de la verdad, el Evangelio  que os llegó  y que da fruto  y crece  entre vosotros  como en todo el mundo, desde el día  en que  oísteis  y conocísteis   de verdad  la gracia  de Dios. Así lo  aprendísteis   de Epafras, nuestro  amado  compañero  en el servicio, que hace  las veces   de nosotros como fiel  ministro   de Cristo  y que  también  nos   manifestó  vuestro  amor  en el Espíritu. Por eso  también    nosotros,      desde el día   en que nos enteramos,  no cesamos   de rezar  y pedir  por vosotros, para que  alcancéis  un pleno  conocimiento   de su voluntad  con toda  sabiduría  y entendimiento  espiritual. Rezamos  para que viváis   de una manera  digna   del Señor, agradándole  en todo,  dando  como fruto   toda clase   de obras buenas  y creciendo  en el conocimiento   de Dios.  Así seréis  fortalecidos  con toda  la fuerza   propia  de su glorioso  poder  para tener  en todo paciencia  y longanimidad, con alegría, dando gracias  al Padre, que os hizo  dignos  de participar  en la herencia   de los santos  en la luz. El  nos arrebató  del poder  de la tinieblas  y nos trasladó  al reino    del Hijo   de su amor, en quién  tenemos  la redención, el perdón  de los pecados. El cual es imagen de Dios  invisible, primogénito   de toda creación,  porque  en él fueron  creadas  todas las cosas  en los cielos y en la tierra, las visibles y  las invisibles,  sean  los tronos  o las dominaciones, los principados  o las potestades. Todo ha sido  creado   por él  y para él. El  es antes   que todas  las   cosas   y todas  subsisten   en él. Ël   es también  la cabeza   del cuerpo, que es la Iglesia;  él  es el principio, el primogénito   de entre los muertos, para que  él  sea  el primero en todo,  pues  Dios  tuvo  a bién  que  en él  habitase   toda  la plenitud,  y por él  reconciliar  todos  los seres  consigo, restableciendo  la paz, por medio  de su sangre  derramada  en la cruz,  tanto  en las  criaturas    de la tierra  como en las celestiales. Nota   bene:   El   pecado  separó  y  provocó  la ruptura del orden perfecto  que había  originariamente  y Jesucristo  restauró   la paz   derramando  su sangre  en la cruz  y  ya nada queda excluido   de este  influjo  santificador  y pacificador.

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