SPRICH    -WORTEN  - 488

                                                        " CORPUS PAULINUM   "

                                "EPISTOLE   PROS  TIMOTEON  - A TIMOTEO  "

                                                      " PROLEGOUMNEA "  (B)

Estas  tres cartas  " Patorales "     de  San  Pablo:   Primera y segunda   a Timoteo   y   una a Tito,   prescriben normas  y consejos  para la buena    marcha  y pastoreo   de las comunidades cristianas, la organización     de las iglesias  y la función     de los ministros  sagrados. Las  tres están redatadas  con un estilo sencillo  y familiar, que denota   la preocupación   por formar  a quienes  desempeñan  la tarea   del Buén Pastor  en  las primera comunidades  cristianas. Timoteo    de  Listra,  Asia Menor,   hijo  de una madre  piadosa  cristiana  y   nieto  de  Loida,  también  cristiana, que Pablo  conoció  en su primer viaje  y lo llevó consigo  como colaborador  en la fundación   de las iglesias   de Filipos y  Tesalónica, estuvo en Berea y   desde  Atenas  el apóstol  lo envió  a Tesalónica. De nuevo  aparece  en Corinto junto a Pablo  y  lo acompaña por Efeso, Macedonia  y Asia menor  en   su  tercer viaje. Por las  "  Cartas  de la cautividad  "  -  a  los Efesios, a los Filipenses,   a los Colosenses, segunda a Timoteo  y a  Filemón  -   sabemos que estuvo junto al apóstol  en la cárcel   romana. En la " Carta a los Hebreos  "   habla     de  su  puesta en libertad. Conocida la fidelidad   de Timoteo  a su maestro, lo califican los  Escrituristas  como  el "  alter ego  "  y    la  " manus longa "     de  Pablo. Era muy joven cuando recibió la misión   de presidir la Iglesia   de Efeso.. San Pablo  escribe   esta carta  para  defender  la  "  sana doctrina  ",  frente a las desviaciones   que conducen al  error  y para mostrar las  consecuencias  que se derivan   del  Evangelio para la organización   de la Iglesia y la labor apostólica y  pastoral   en Efeso. El tema central es la salvación  dispensada  por la Iglesia que prolonga  y actualiza  la  acción  redentora   de Cristo, el  único  Mediador  y Salvador   que vino al mundo  para  salvar  a los pecadores. El tono  de la carta,  cordial y exigente  a la vez,  muestra  que la Iglesia  es juntamente  familia   y  columna y fundamento de la verdad   y por eso  le   corresponde    conservar  el  depósito  recibido. De modo especial esa responsabilidad  recae  sobre    aquellos   que,  como Timoteo, han recibido  la gracia  del ministerio  sagrado  mediante  la imposición   de las manos  y por   tanto,  les corresponde  mantener  la fe   y el orden  en la comunidad  cristiana. El  título  de  " Soteros "  " Salvador "   era aplicado en el mundo grecorromano   a los emperadores  y a los dioses paganos , en la cartas Pastorales  se aplica solo  al     "  Theos  Soteros "   " Dios Salvador " que lleva a cabo  su misión salvadora  por medio  de Jesucristo.  Finaliza   San Juan Crisóstomo:  "  Tenemos un   Salvador, que no es un hombre, sino Dios. A nuestro Salvador no le pueden faltar fuerzas, puesto que es Dios,  y por grandes  que  sean    los peligros  y  las dificultades,  las superaremos  ".