SPRICH    -WORTEN  -  492 

                                                   " CORPUS PAULINUM "  Nº.-  3

                               "  EPISTOLE  PROS TIMOTEON  - A TIMOTEO " 

                                           " LOS MINISTROS EN LA IGLESIA  " 

En el Nuevo  Testamento  la expresión  "  Profecía  "  ya no significa  habitualmente  el anuncio  de un acontecimiento  futuro  - Pro-femi "  =   predecir el futuro  o anunciar  sucesos  futuros,  sino hablar en nombre  de Dios   y dar testimonio   de la fe,  que es propio  y   específico   de  todo  cristiano   con  el ontologíco  - tria munera  -   santificar, reinar  y  predicar  que imprime el Bautismo    directamente y sin mediación alguna  a todos  y a cada uno  de los  Bautizados  cuando le   recomiendan   aquello   de  ser: sacerdote, profeta y rey. Logicamente  San Pablo  se lo recomienda  por antonomasia   al Obispo   Timoteo.. Los Obispos  -  episkopoi - estaban  al frente    de alguna comunidad  particular  y tenían  la misión  de  enseñar,  presidir  y vigilar,   dar ejemplo  de vida cristiana. Casado una sola vez, es decir, hombre de una sola mujer. Esta condición  o currículum  que se pide también a los presbíteros y diáconos, no estar casados  en segundas nupcias. En   esta época  apostólica     a los ministros sagrados  no se le exigía   el celibato  a quienes     estaban  al frente   de las comunidades cristianas, entre otros motivos  porque muchos  abrazaban  la fe  en edad adulta, estando  ya casados. No obstante,   por muchas razones   de conveniencia, muy pronto fué  imponiéndose  el celibato  sacerdotal. Los  diaconos  o diaconisas   eran en general los "  servidores  y ayudantes  "   de  "  Diakonia  " =  auxilio, servicio,   para  el   ayuda   de los  Obispos y Presbíteros  y  de la comunidad. Pero  sigamos la lección   de  Pablo:   Podéis estar seguros:  si alguno aspira  al episcopado, desea un buena  función  -  qui episcopatum desiderat, bonum opus  desiderat  - .  Ahora  bién,  es necesario  que el Obispo  sea irreprensible,  casado una sola vez, sobrio, prudente, hospitalario,  buén educador; que no sea bebedor  ni provocador, sino  moderado, no dado a las  discordias  ni apegado  al dinero;  que gobierne  bién  su propia casa  y mantenga  sumisos  a sus hijos  con toda dignidad   - pùes  quién  no sabe  gobernar su propia casa, ¿  Cómo  podrá  cuidar de la  Iglesia   de Dios ? ; que no  sea néofito, no vaya a ser que se llene   de vanidad  y caiga  en la misma  condena   que el diablo. También es necesario  que goce   de buena fama  ante  los  de fuera, para que  no caiga  en descrédito   ni en las redes  del diablo. También  los diaconos  deben ser  dignos, sin doblez  en el hablar,  no  aficionados  al mucho vino, ni a buscar  ganancias  turbias, que  guarden  el  misterio  de la fe   con una conciencia pura.  A éstos primero  se les debe someter  a prueba  y después  podrán  ejercer  el diaconado  si son  irreprochables.. Las  mujeres  también  deben  ser dignas, no calumniadoras, sobrias, fieles  en todo. Que los diáconos estén  casados una sola vez  y gobiernen bién a sus hijos  y su propia casa. Porque  quienes  ejercen  bién el diaconado  consiguen  un puesto de honor  y una gran  confianza  en lo que atañe  a la fe, en Cristo Jesús. Te escribo esto -  Timpteo  -   con la esperanza   de ir pronto   a estar contigo;  pero si tardo, para que así  sepas  cómo  hay que  comportarse  en la casa  de Dios, que  es la iglesia    de  Dios  vivo, columna  y   fundamento   de la verdad. Unánimemente  confesamos  que es  grande  el misterio   de la piedad:  El ha sido manifestado  en la carne,  justificado  en el Espíritu;  mostrado  a los ángeles, predicado  a las naciones,  ascendido   en gloria. Nota   bene:  San  Pablo   en alguna  carta  habla  de  la diaconisa   Febe  que  parece ser que empezaban  a ayudar  en la instrucción  y catequésis   de los catecúmenos  o   bautizandos  en los bautismos  por inmersión  y asistían  a los enfermos  y  a  las viudas  y a los enfermos  y asistían  a otras tareas  de servicio   de la comunidad  naciente   -  barruntos y atisbos  de  cáritas  o servicios sociales  o  de  sacristanes o sacristanas   actuales. -