DOXOKALIA - 85
EL RINCON DE MANOLO: TO ORGANON : Prelude en F menor ( BWV 534 )...
CIRILO DE JERUSALEN
Cirilo, natural de Jerusalén, sufrió tres veces el destierro por
defender la ortodoxia lo mismo que Atanasio fué exiliado seis
veces. Por su categoría y valer el mismo Obispo Acacio -
arriano - eusebiano - lo nombró Obispo metropolitano de Jerusalén.
Asistió al Concilio de Constantinopla en el año 381 no por
impulso teológico sino porque está muy sacudido y afectado por
los bandos y obscuridades de los “ arrianos, semiarrianos,
hmoioousianos, pneumatomakos, y macedonios .” Por desavenencias
disciplinares – no doctrinales- con Acacio de Cesarea, por
luchas hegemonicas, divisiones, limites y disciplina lo destituye
de su cargo, pero en un vaiven de partidos se celebró un sinodo
en Jerusalén y depusieron a Acacio por sus doctrinas
heréticas. Con la llegada del emperador Constancio que se adhirio
a la doctrina “ homoiana “ de Acacio, Cirilo debió partir de
nuevo al exilio por poco tiempo porque con el emperador Juliano
desinteresado por las controversias eclesiásticas y teológicas el
“ Apostata “ permitió que todos los exiliados regresaran de
nuevo. Pero al llegar al trono el emperador Valente que seguía la
política – homoiana - de Constancio sentenció el destierro por
tercera vez de Cirilo de Jerusalen ahora durante cinco años.
Evidentemente con Teodosio el Grande y el triunfo de la doctrina
de Nicea, Cirilo regresó a Jerusalén donde vivió una vida -
cuasitranquila - hasta su muerte en el año 387. Sus obras no son
escritos dogmaticos, sino instrucciones y enseñanzas catequéticas
que impartió durante la Cuaresma y en tiempo pascual a los
bautizados, catecumenos y neofitos. Metidos ya de lleno en nuestro
recorrido por la Patrologia vamos oliendo los elementos y
componentes que configuraron el marco de la historia en los
primeros siglos despues de la paz constantiniana: la ideologia y
las luchas fratricidas de los hijos de Constantino, la borrascosa
y agitada situación de bandos y partidos políticos,
eclesiásticos, usurpadores, batallas internas y fronterizas,
doctrinas y herejias, condenas, destierros, sinodos, grandes
Concilios, definiciones y declaraciones de la ortodoxia, altos
jerarcas formados en las mejores escuelas, sedes episcopales,
partidarios del emperador que ya vivían aquel axioma moderno “
Cuius regio, eius religio ….” Según sea el mandante así se
baila. Estos son los ingredientes junto con los problemas
cristologícos y trinitatrios y cuestiones disciplinarias que exigían
grandes pastores, catequetas, exégetas, asceticos y santos
como Cirilo de Jerusalén...
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