viernes, 27 de mayo de 2011

CAMINOS TORCIDOS


Los caminos y planes de Dios en la historia de la salvación no coinciden con la programación de los hombres.
Para bien de todos y sin saberlo los hermanos de José el de Jacob fallan y venden a unos mercaderes y camelleros de Egipto por 30 monedas de plata . Es necesario que el pueblo elegido y querido por Dios –los israelitas y su Iglesia- pasen por el yugo y la cruz de los imperios.
Dios que sabe y puede mas salva a Moisés que saca y conduce el pueblo de Dios al desierto, al monte Sinai y luego la patria prometida.
Cuantos símbolos, caminos, figuras y remedos viejos de lo que sucede de verdad en la Nueva Alianza.
Los hermanos de José –llenos de envidia- prototipos de toda la humanidad hasta el final vendieron a José.
La venta de José fue la salvación para el pueblo de Israel en tiempos de gran hambre y miseria.
La traición, venta y entrega de Jesús significa la salvación total y perfecta, plena y definitiva para toda la humanidad.
Es necesario el fallo, el renglón torcido y misterioso que Dios siempre endereza para el bien.
José se encuentra en el banquillo en Egipto, fiel al Señor, acusado falsamente y metido en la cárcel.
El siervo de Dios, José, con fama de iluminado y lleno de fe, preso, interpreta sabiamente un sueño del Faraón, siete vacas gordas y siete vacas flacas, siete años de escasez y de hambre. Solo la fe interpreta verdaderamente los acontecimientos y la historia, todas las cosas son lo que son desde el ojo de la fe.
Dice el Faraón que no hay nadie tan inteligente y sabio como José en todo Egipto –ofuscado por el vicio- por eso nombra virrey de Egipto para hacer previsiones suficientes ante los próximos años de poquedad.
Puesto al frente de Egipto con sandalias, anillos, collares de oro al cuello vestidos, recuerda la escena del hijo prodigo del Evangelio.
Durante los años pobres todos los pueblos bajaron al rico y poderoso Egipto para comprar trigo y también aparecen los hermanos de José que con trampas, astucias y escaramuzas, sacos de trigo, copas de oro, ladrones, policía y el hermano pequeño Benjamín retenido como esclavo –líneas torcidas- provocan la venida de su anciano padre Jacob, el encuentro gozoso e importante, perdonando la traición y venta por el bien de sus hermanos.
Dios, origen de todo bien, siempre saca bienes incluso de los males, esa es su política amorosa y no cruel y vengativa.
Si Dios trata así a los pájaros del aire y a los lirios del campo que no saben de líneas y caminos, cuanto mas cuidara de sus amigos los hombres aunque no veamos mas que caminos y líneas torcidas.

Manuel Latorre de Lafuente

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