jueves, 26 de mayo de 2011

LIBROS “APÓCRIFOS”

En los primeros siglos cuando se iba formando y perfilando el “Kanón" o lista de los libros del Nuevo Testamento que quedó completo y cerrado en el siglo IV con el número de 27, aparecieron unos libros que por su título o seudo-título, por su contenido y por su forma tenían alguna relación con los libros canónicos del Nuevo Testamento y que algunas sectas reclamaban igualmente la autoridad apostólica y su canonicidad.
Estos libros se conocían con el nombre de “Apócrifos”.
La Iglesia echó mano de este término “apócrifo” que la doctrina gnóstica tenía para sus libros sagrados, propios, secretos y ocultos.
La gnosis tenía a estos libros en tan alta estima y valoración que solo los iniciados –los perfectos- miembros plenos de las comunidades gnósticas, tenían derecho a exigir su conocimiento y eran mantenidos en secreto para todos los demás.
“Apócrifo” significa secreto y oculto; no falso, herético o reprobable.
Conocemos ya dos vocablos sinónimos: Apocalipsis y Apócrifo.
“Apocalipsis” vocablo compuesto de la partícula de separación y alejamiento “Apo” y del verbo “Kalipto” que es ocultar, guardar secreto. Apocalipsis es revelación y manifestación, algo abierto y claro, manifiesto, fuera de lo oculto.
“Apócrifo” con la misma partícula “apo” y del verbo “kripto” que es ocultar, tener secreto. Libros abiertos, claros, manifiestos y conocidos sólo por los gnósticos.
En polémica literaria y doctrinal entre la Iglesia y el gnosticismo, mientras para los gnósticos estos libros son de gran fiabilidad y de suprema valoración, la Iglesia los calificó de Apócrifos en el sentido de falso, herético y reprobable e incluso califica de Apócrifo todo libro herético.
Por supuesto que abundan cantidad de Apócrifos que pretendían el mismo rango y categoría que los Evangelios canónicos, los Hechos de los Apóstoles, cartas seudo-epígrafes y Apocalipsis.
La Sagrada Escritura tiene su historia y especialidad teológica propia y sigue su camino paralelo a la Tradición, pero los “Agrafa” y los libros “Apócrifos” por pertenecer a la historia de la literatura antigua cristiana forman parte del estudio de la Patrología.
Me gusta recordar para finalizar en este trabajo etimológico el conocido vocablo botánico “Eucalipto” que significa “árbol que guarda bien como en secreto su semilla”. Eucalipto: compuesto de “eu”que es bien y del verbo “kalipto” que es guardar, encerrar. Que guarda y protege bien su semilla.

  Manuel Latorre de Lafuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.