“Doxokalia” es doctrina hermosa y bella precisamente porque no es humana sino divina, revelada por Dios para dar vida y vida eterna.
Válida y necesaria –Dios no engaña ni se engaña- para todos los hombres en cualquier tiempo y lugar, es decir, común –koinónica- y universal.
Es doctrina para la vida –Doctrina y vida- no vale el distanciamiento ni el paralelismo ni la dicotomía o doblez de vida. No puede campear la doctrina por una lado y la vida cotidiana por otro. La “Doxokalia” exige coherencia, unidad o simbiosis. No sirve para nada si no es para vivirla.
“Doxokalia” es un vocablo griego derivado de “doxa” que es doctrina y de “Kalé” que es hermosa, bella, bonita.
Obviamente ninguna otra cosa o terapia podrá hacer tan feliz ni tanto bien al hombre como esta doctrina y sabiduría enseñada por el mismo Dios en la Sagrada Escritura –divinamente inspirada- - pasa grafé theoneustos- y en la Tradición o transmisión desde las enseñanzas o Didaskalia de los Apóstoles pasando por los Santos Padres, Concilios, Papas, Santos, credos-símbolos de la Fe que configuran la misión de la Santa Iglesia que es guardar, custodiar, defender, enseñar, transmitir fielmente y proclamar la “Doxokalia” o tesoro o “Depositum fidei”como única medicina para la humanidad, asistirla siempre hasta el final de los tiempos por Dios-Espíritu Santo.
Ni las fuerzas ni las puertas del mal podrán contra ella.
El que crea esta doctrina y la ponga por obra se salvará. No hay alternativas ni otro discurso ni otra doctrina ni otra sabiduría ni otra medicina que pueda salvarnos.
Por gracia y por suerte –mejor que por desgracia- no hay más que un “Sosterós” o salvador, una Palabra, un hombre y un nombre que salva: Jesús.
Manuel Latorre de Lafuente
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