Ya no te llamaras Jacob, sino Israel porque has luchado contra Dios y contra los hombres. Gen. 32,27.
Israel se constituye como pueblo cuando nace la monarquía entre los siglos XI y X con Saúl y David, previo el “periodo constituyente del pueblo errante”.
Ya sedentario, el sistema tribal con los jueces era insuficiente para afrontar saqueadores nómadas, cananeos y sobre todo los filisteos y otros pueblos limítrofes.
Después del intento de reinado por parte de Saúl, aparece David para consolidar e institucionalizar el modelo monárquico con un ejercito de mercenarios y funcionarios. Con su hijo Salomón culmina la organización del reino, construye el templo de Jerusalén, fomenta la actividad literaria y aparecen dos instituciones: el profetismo y el sacerdocio.
El reinado de Salomón termino con graves problemas internos y externos causando la división del reino.
Roboan, hijo de Salomón, no supo contentar a las tribus del norte y con su despotismo y discriminación provocó la separación de las tribus del centro y del norte que constituyen un reino independiente al mando de Jeroboan, mientras las tribus del sur permanecen fieles al sucesor de David, quedando así divididos y como rivales.
Israel, al norte mas rico y poblado, sometido a mas presiones externas y después de tiempos de esplendor cae bajo la expansión y dominación Asiria y la ultima resistencia –Samaria- es sometida en el año 722 a . C. y es deportada y se convierte en una provincia asiria.
Juda , al sur, mas reducido y con menos recursos e influenciado por Egipto, pudo librarse de la amenaza Asiria, pero luego un siglo mas tarde, después de momentos brillantes, sucumbe ante la invasión de Babilonia, en el año 587 fue deportado por Nabucodonosor a Babilonia.
Las conquistas de Samaria y Jerusalén suponen un duro golpe para el pueblo de Israel, amenazan sus esperanzas y promesas, de nuevo errantes, empobrecidos, desorganizados, abandonados, mezclados, huidos a la Transjordania y a Egipto, agrupados en aldeas y ciudades asirias y babilónicas, continuando así su dispersión y diáspora.
Logro sobrevivir al exilio gracias a la labor de los profetas y sacerdotes, reflexionando sobre el pasado, descubriendo las antiguas tradiciones, avivando la esperanza y confianza en Dios y su promesa, poniendo la base y los pilares: la circuncisión, el sábado, la ley, el sacerdocio y la fe en el único Dios.
En menos de 50 años internacional experimento un cambio rotundo: el año 539 a . C. Ciro rey de Persia conquista Babilonia y dentro de una política de tolerancia publica un edicto de repatriación y que el pueblo de Israel vuelva a su tierra y pueda reconstruir el templo.
Manuel Latorre de Lafuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.