jueves, 26 de mayo de 2011

PATROLOGÍA

     Patrología es vocablo griego compuesto de “Pater-Patros” que es padre y de “logos” que es estudio, analiza y expone la vida y doctrina de los Padres de la Iglesia en la época inmediata y posterior a los Apóstoles entre los siglos II y VIII.
     Los Padres de la iglesia son unos testigos fundamentales y excepcionales como los primeros anillos y eslabones en la cadena de la Tradición o transmisión de la fe y de la vida cristiana desde el arranque en Cristo y en sus Apóstoles hasta la edad media.
     El “consentimiento unánime” de los padres en materia de fe y vida cristiana constituyen en la iglesia la “Quelle Patrística” como fuente, garantía, argumentación y fidelidad a la Tradición y a la Sagrada Escritura.
     Los Padres de la Iglesia viven y transmiten la Tradición  o depósito de la doctrina cristiana en medio de la cultura greco-romana, en la caída del imperio, en la venida de los pueblos de norte hasta la Escolástica en la edad media, así empujada hasta el Concilio de Trento y después del “Lapsus” y ruptura Protestante en el siglo XVI continúa hasta el Concilio Vaticano II y el Catecismo actual y moderno que enseña la misma y única Tradición, depósito de la fe y doctrina cristiana.
     Eximia y elocuente catequización y evangelización de los Padres latinos y griegos que supieron entroncar la doctrina cristiana revelada con la cultura greco-romano, estudiando en sus escuelas y en sus lenguas, sus filosofías paganas y admitiendo sus logros y adquisiciones en busca de la verdad hasta donde había llegado su cultura.
     Las notas esenciales que caracterizan y marcan como sellos la identidad de los Santos Padres son: La doctrina ortodoxa en la fe, doctrina y costumbres cristianas. Santidad de vida, testimonio y unidad entre doctrina y vida. Aprobación al menos –tácita- de la Iglesia. Antiquitas o antigüedad de vida entre los siglos II y VIII.
     En la Iglesia occidental o latina se considera como Padre postremo al español San Isidoro de Sevilla muerto en el año 636.
     En la Iglesia oriental o griega pone el colofón San Juan Damasceno muerto en el año 750.  
Los santos Padres de la Iglesia sin ponerse de acuerdo, distantes en el tiempo y en la geografía, fieles a la doctrina y dóciles a Dios-Espíritu Santo, sirvieron de untura, aceite y bálsamo para unir de una manera aurea, solemne y fuerte el naciente cristianismo con la cultura helenística, y relacionar la fe con la razón.
En sucesivos trabajos iremos recorriendo uno a uno la vida y la doctrina de estos excepcionales maestros haciendo una pequeña “Patrística” que nos puede encorajar en nuestra andadura cristiana.

 Manuel Latorre de Lafuente

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