Hipólito vivió en Roma entre los pontificados del Obispo Víctor y Ponciano sobre los años 189-235.
Hipólito fue Obispo o Antiobispo EN LA CONFRONTACIÓN O CISMA de Calixto que al parecer era “un mitigado monarquiniano” y fue un gran enemigo y adversario de Noeto de Esmirna y de Sabelio que predicaba su doctrina monarquiniana por Egipto.
Hipólito se oponía a la indulgente praxis penitencial que Calixto practicaba con una readmisión fácil a los sacramentos a todos aquellos “lapsi” que durante la persecución habían recurrido a indultos, libelos y engaños: apostasía, sacrificati, thurificati y libelaticos.
El cisma y la confrontación Calixtina dura hasta el año 235 cuando Maximino siendo nombrado emperador desterró a Cerdeña a los dos polémicos Obispos de entonces Ponciano ye Hipólito. Ambos murieron en el destierro, reconciliados, y el Obispo Fabián mandó trasladar sus restos a Roma y le dio sepultura el mismo día; la Iglesia los venera como santos.
Hipólito fue un escritor prolífico: Comentarios al libro Cantar de los Cantares y al libro de Daniel, una crónica de la historia universal hasta el año 235.
Como literatura ANTIHERÉTICA se conservan de Hipólito dos grandes obras: “Refutatio omnium heresiarum” -Refutación de todas las herejías- y la “Traditio Apostólica” -Tradición Apostólica-
En la “Refutatio omnium heresiarum” siguiendo el “Adversus haereses de Orígenes en 10 libros rebate y demuestra a los “gnósticos” que no han inventado nada que están emparentados y tienen sus precursores en las viejas filosofías y mitologías griegas. Al final de su trabajo recapitula toda la doctrina en un breve “Epitome”.
El primer libro de las “Refutatio omnium heresiarum” por su belleza y claridad fue transmitido separadamente y muy usado como manual de filosofía bajo el título de “Philosophumena” donde hace una exposición brillante de la filosofía griega y helenística.
En la otra obra “Traditio Apostólica” escrita sobre el año 215 es una obra que junto a la “Didaché” y al “Didaskalia Apostolorum” configuran las “Constituciones eclesiásticas de la antigüedad cristiana”.
Habla del rito de la elección y ordenación del Obispo, sacerdote y diácono, oraciones de la Santa Misa, ministerios de las viudas, lectores, vírgenes, subdiáconos y terapeutas. Rica variedad de ministerios. Mistagogias, catequesis, adeptos y catecumenado, rito de los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
Enumera en una lista dilatada las profesiones moralmente escandalosas idolátricas o mágicas que un cristiano no debe ejercer: ser propietario de un burdel, actor, prostitución, gladiador y astrólogo.
Al final da normas y regula las prácticas religiosas: agapes, ayunos, sepelios, catequesis y utilización de la señal de la cruz.
Manuel Latorre de Lafuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.