domingo, 15 de diciembre de 2019

DECANOMIA - 101 : MORAL Y SOCIEDAD





                  Short preludes  and fugues  nº  1   de Bach                    

                               




MORAL Y SOCIEDAD

Hoy nuestra sociedad se debate y vive en medio de un marco social y cultural muy complejo y confuso. Vive inmersa en un ateismo práctico o al menos camina indiferente con respecto al plan de amor de Dios; vive
y actúa como si Dios no existiese. La política no fundamenta sus programas de acuerdo con los planes de Dios…

Para afrontar esta situación “La Iglesia invita a sus fieles ha hacer resplandecer su luz ante los hombres”. La Iglesia tiene la obligación y el deber de transmitir a la sociedad principios religiosos y éticos que dan pleno significado a la vida humana. Decía el Papa en Denver a los jóvenes: Solo con una elevada visión moral puede la sociedad garantizar que sus jóvenes tengan la posibilidad de madurar como seres libres e inteligentes dotados de un gran sentido común y capaces de trabajar por los demás para crear una comunidad y una nación con un fuerte temple moral”.

Todos debemos aceptar las leyes universales y estables de la ley moral y la ley natural. Allí leeremos y aprenderemos la absoluta inviolabilidad de la vida humana desde el momento de su concepción hasta su muerte natural. Nuestro siglo pasará a la historia como una página de desamor,
de aborto y de la civilización de la muerte. Nunca será lícito hacer un
mal para que venga un bien.

La sociedad de hoy tiene como desafío “el poner en primer lugar a
los hijos y a las familias”. Desafiar las graves amenazas contra la dignidad
humana que no disminuye por el dolor o por las enfermedades graves.
Nos recuerda el “Catecismo de la Iglesia Católica” que la “eutanasia

directa”, el suicidio asistido y otras acciones que ponen en peligro a
los ancianos, a los enfermos y a los desamparados son actos siempre y
per se” intrinsecamente malos son violación de la ley divina y una
ofensa de la dignidad humana.

La sociedad de hoy debe defender “la transmisión responsable de la
vida humana dentro del matrimonio”, según la verdad del evangelio. Ni
el hombre ni la sociedad pueden separar por iniciativa propia los dos
significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado
procreador, dos aspectos ligados intrinseca y sabiamente a la sexualidad
humana que hace resplandecer y brillar la belleza y el esplendor del
verdadero amor conyugal.

La moral para la sociedad es como un pulmón que oxigena e
ilumina el corazón y la mente de los hombres.

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