sábado, 14 de diciembre de 2019

DECANOMIA - 90 : TANATOLOGIA

                                     Les   parisiennes

TANATOLOGIA

Tanatología del vocablo griego “zana-zanatos”, muerte y de los
logos”, tratado, estudio, es el tratado de la muerte.

No matarás” es un mandamiento del autor y dueño de la vida, de la
que nosotros somos simples administradores. Todos tenemos derecho a
la vida. A la dignidad humana se oponen y ofenden las condiciones
infrahumanas de vida, detenciones arbitrarias, deportaciones, secuestros,
esclavitud, terrorismo, el aborto… y cuanto atenta a la vida.

Toda vida humana debe ser absolutamente respetada.

Traigo una antigua cita sobre el tema del aborto de San
Clemente Romano: “No matarás a tu hijo por medio del aborto,
ni matarás lo nacido porque todo lo formado que ha recibido alma
de Dios si es muerto, será vengado como muerto injustamente…”.
Ante la facilidad y arbitrariedad de la muerte siempre y sobre
todo nuestro siglo XX nos viene a decir este autor que Dios librará
sus letras de cambio a grande plazo…

El homicidio es un gran crimen y el suicidio es otro.

Al acabar Caín de matar a su hermano Abel, Dios le dijo: ¿Qué has
hecho? La voz de la sangre de tu hermano está clamando a Mi desde
la tierra… (Gen. 4,10-11).

El comportamiento de los humanos con los humanos en este campo
está muy perfilado y detallado prohibiendo hacer daño a la propia vida
y a la vida de los otros con palabras, obras y deseos y también con
imprudencias.

El Papa Pablo VI en 1965 en la sede de las naciones unidas abogando
por la paz dijo: “La violencia no es progreso, la venganza no es justicia, el
odio no es civilización…”.

Aunque las nubes del siglo XX cargadas de muerte y de sangre
quieran ocultar la claridad solar de Dios que no quiere que el hombre
corte la vida de otro hombre, sin embargo, no prevalecerán.

La sensibilibidad humana en este punto ni se apagará ni aniquilará
y después de los nubarrones vendrán necesariamente los claros y aquellos
rescoldos y cenizas producirán nuevas y grandes llamas y sonará con gran
estruendo y rotundidad en esta tierra aquellas viejas y antiguas leyes:
No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti”. “Haz a otros lo que
razonablemente quisieras que te hiciesen a ti” o estas otras novísimas y
más próximas: “Haz el bien a los que te odian y reza por los que te persiguen
y calumnian”.

Concluyendo, siendo la muerte tan antigua como la vida sin
embargo, la última palabra de la historia no será la muerte sino la vida,
el último relevo lo tendrá la vida.

El hombre tiene derecho a la vida, a recibirla, cuidarla y defenderla,
pero nunca ha tenido ni tendrá el derecho a maltratar la vida, a cortar
la vida, a matar la vida, propia ni ajena.


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