sábado, 14 de diciembre de 2019

DECANOMIA - 86 : MARTIRES MODERNOS

                    Extiende  la red - canción popular  cantabra

MARTIRES MODERNOS

Muanga es un joven rey negro con instintos sanguinarios y alma salvaje que rige los destinos de Uganda en el Africa tropical a finales del siglo XIX.

Tanto aprecia y respeta a los hechiceros como al pequeño grupo de cristianos que ve crecer a su alrededor.

Pronto advierte que alguno de sus pajes se niega a satisfacer sus instintos sexuales y bestiales. El rey empieza a sentirse tenso y molesto y arremete con recelo y luego con odio contra los cristianos.

El cristianismo es exigente, condena los sacrificios humanos, la poligamia, la injusticia, la crueldad.

Inmediatamente se levanta una de aquellas horribles matanzas tan frecuentes en tierras africanas.

Un dia al atardecer volvía el rey de sus cacerías y mandó llamar a uno
de sus pajes, le avisaron que estaba en una de sus catequesis.

Una de las primeras víctimas que mandó a la hoguera fue el
joven José Mkasa, uno de los primeros oficiales de palacio.

Mas tarde ruge y manda presentar en palacio a otro grupo de
muchachos con Carlos Luanga a la cabeza. Se presentan con cortesía
y cariño delante del rey y de su mujer Nassiwa. El rey los insulta
diciendo: “Vaya con los cristianos. Mis perros valen más que vosotros”.

Furioso añadió: “ Los que rezan vayan a aquel rincón para saber a
quien hay que quemar…” Se apartó ungrupo siguiendo a Carlos Luanga.

Hubo deserciones, conversiones, bautismos, cobardías, traiciones,
miedos, apostasías. El grupo restante gritó: “Aquí ya no reza nadie”.

El grupo de los jóvenes valientes y atletas fué llevado a la cárcel.
Allí se animaban unos a otros, rezaban, estaban firmes, ¡mañana será el
combate!, nuestro dolor momentáneo, no moriremos dos veces.

Llegado el momento, al son de tambores y al canto de melodia los
llevaron hacia la leña encendida. Entre los 16 perdonaron a tres que
repetían y lloraban diciendo: “Nosotros también rezamos porque somos
cristianos…”.

El verdugo ante la hoguera les preguntó por última vez: “Declarad
simplemente que no volvereis a rezar y Muanga os perdonará…”.
Respondieron: “No, rezaremos mientras vivamos”.

Entró primero Carlos Luanga en el fuego bromeando con el verdugo:

Suéltame las manos para que yo te pueda ayudar a atizar las llamas…”

Kizito, el más joven sigue sonriendo y provocando a los
verdugos. Dionisio que cantaba en medio de las llamas. Mugaba
Tuzindé, hijo de uno de los verdugos. Hizo todos los medios
posibles para que su hijo cediese, le contestó: “No es posible,
soy cristiano y permaneceré cristiano…” Tengo miedo a las
llamas, mátame antes de que se encienda más la hoguera. El padre hizo
señas a un subalterno, mientras volvió la cabeza, que con un mazo le
rompe la nuca.

Así escribieron una página de la historia aquellos jóvenes de Uganda
conquistando la lureada corona del martirio enriqueciendo la familia
de los mártires y amigos del Señor.

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